Nueve vías hacia una economía del bienestar: desarrollar los cantones
El emprendimiento: un grito de subsistencia y esperanza de hogares empobrecidos
Doña Madeleyne Rivas Loría y don Douglas Gavinet Zambrana son una de las muchas familias en condición de pobreza en La Cruz de Guanacaste. El emprendimiento ha sido su puerta de salida para intentar escapar de la miseria.
Doña Madeleyne Rivas Loría es una siquirreña de 44 años
que, desde hace casi siete, vive con su esposo, don Douglas Gavinet
Zambrana, en una casa que alquila en
Juntas de Caoba. Esta es una comunidad rural situada muy
cerca del límite con Nicaragua, se ubica en el distrito de
Santa Cecilia, a 47 kilómetros (o
una hora en vehículo) de la ciudad de La Cruz, en
Guanacaste.
Su vivienda es como muchas otras de ese cantón: con
paredes de láminas de cemento liviano sin pintar, piso rojo
“chorreado” y un corredor de tierra (bien limpio y cuidado),
delimitada por una cerquita de madera y un patio amplio donde
guardan un caballito negro, de tamaño medio y muy manso, que es
fundamental para la economía familiar (más adelante, diremos por
qué).
Esta casita de 42 metros cuadrados, que tiene una pequeña
sala, cocina, baño y dos cuartitos, está situada sobre una loma
rodeada de campo y naturaleza, donde hay una vista privilegiada al
lago de Nicaragua y sus volcanes. Justamente, por los caminos de su
comunidad, es común ver ir y venir migrantes de ese país o incluso
de costarricenses, que no necesitan papeles ni filas para entrar a
cualquiera de los dos territorios. Ahí la frontera es solo una
línea imaginaria que nadie ve.
Su situación de pobreza empezó a mejorar un poco en el
2019. Un familiar les habló del fideicomiso de
FideIMAS, una iniciativa del Instituto Mixto de Ayuda Social
(IMAS) que da un préstamo y capacitaciones para lanzar
emprendimientos a familias de escasos recursos. Este proyecto es
acompañado, entre otras entidades, por la Escuela de Administración de Negocios
(EAN) de la Universidad de Costa Rica (UCR) mediante dos
trabajos comunales universitarios (TCU), en los que un
grupo de estudiantes de diferentes carreras brindan asesoría a
estas personas para poder aprovechar este impulso económico lo
mejor posible y que su negocio pueda surgir y sostenerse a sí
mismo.
Gracias a FideIMAS, esta familia pudo comprar siete vacas
y consiguió un terreno prestado (que queda como a unos dos
kilómetros de calles empinadas de su casa) para empezar a
producir leche y cuajada, la cual pueden transportar hasta su
vivienda con la ayuda del caballito manso que mencionábamos al
inicio. Esta microempresa es fundamental para poder
sobrevivir con dignidad, a pesar de su pobreza… pero es mejor
que usted conozca la historia completa observando este corto
video:
La historia de Madeleyne Rivas Loría, microempresaria de La Cruz de Guanacaste y beneficiaria de FideIMAS
La Cruz: el cantón más golpeado económicamente por la
pandemia
El caso de doña Madeleyne es simbólico porque ella y su esposo
son parte de los muchos hogares de La Cruz
donde el ingreso de dinero durante el 2020 era de apenas 150
mil colones en promedio. Es decir, el menor de todos los
cantones del país.
Aunque ese cantón guanacasteco no siempre ha
caído en esa lamentable posición, sí ha estado entre los
primeros cuatro lugares de menos recursos por familia desde el
2010, año en que el Atlas de Desarrollo Humano Cantonal del Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD) empezó a contabilizar este y
otros datos de cada cantón del país, el cual es apoyado con
conocimiento desde la Escuela de Estadística de la UCR y el Sistema
Nacional de Información y Registro Único de Beneficiarios del
Estado (Sinerube), del IMAS.
El Atlas considera datos como la esperanza de
vida al nacer, la escolaridad de la población y el dinero que entra
cada mes a los hogares para establecer el Índice de Desarrollo
Humano (IDH) de los 82 cantones que existían en el país en
el 2020.
Cantones con menos ingreso por familia durante el primer año de la pandemia (2020):
Posición
Cantón
Ingreso (colones)
1
La Cruz
150528
2
San Mateo
164544
3
Matina
166655
4
Hojancha
175531
5
Buenos Aires
178861
6
Los Chiles
190043
7
Nandayure
201765
8
Guácimo
207824
9
Turrubares
209459
10
Talamanca
211063
Fuente: Atlas de desarrollo humano cantonal - PNUD.
La Cruz es un ejemplo claro de cómo la pandemia del Covid-19
golpeó el turismo y, por lo tanto, los recursos que produce de
esta actividad para quienes dependen de ella: la última vez que
este cantón ocupó el primer lugar en la categoría de menos recursos
por familia fue en el 2014. Es decir, el fenómeno se reprodujo tras
una década, en buena parte, debido al efecto del cierre de
fronteras que aplicó el país durante casi todo el 2020.
Esta situación no fue exclusiva de La Cruz. De hecho, según el
Atlas, mientras que en 2019 solo La Cruz y Nandayure se ubicaron
con un IDH medio, el más bajo de esta medición en Guanacaste,
un año después se les sumaron seis cantones en esa
provincia. Incluso, mientras que para el 2019 Liberia y Tilarán
estaban en el promedio del IDH del país o por encima de este,
respectivamente, el año siguiente se ubicaron por debajo del
mismo.
Las dos Costa Ricas: la del centro y la costera-fronteriza
El fenómeno descrito anteriormente no fue único de Guanacaste.
De hecho, si se ve la gráfica del mapa en el Atlas, se observa que
lo mismo pasó en las otras provincias costeras. Esto
recuerda que Costa Rica es un país con dos (o más) realidades
socioeconómicas muy diferentes.
Las regiones costeras o fronterizas presentan serias
desventajas en comparación con la Gran Área Metropolitana. Y no
es que esta última sea una zona súper desarrollada ni libre de
pobreza o desigualdad (ni mucho menos), pero sí cuenta con muchas y
mejores facilidades y servicios que los territorios en la periferia
del país.
Solo para tener una idea de cuán dispar es Costa Rica y de las
diferencias de ingresos entre cantones, en el 2020 una familia
de La Cruz recibía, en promedio, casi ¢ 500 mil colones menos que
otra de Escazú, el cantón que encabezaba esta categoría.
Como lo señala la especialista en estadística del PNUD,
Paola Omodeo Cubero, incluso dentro de un mismo cantón hay
distritos con mejores índices de desarrollo humano que otros; o
bien, en un mismo distrito suele haber barrios con poblaciones más
pobres y otros con habitantes más acomodados económicamente.
Paola Omodeo Cubero, especialista en estadística del PNUD: las diferencias económicas en pequeños territorios de Costa Rica
La disponibilidad de información es una base sólida para la toma de
decisiones de las Mipymes y los gobiernos locales
Imagen con fines ilustrativos. Foto de Jana Schneider / Pixabay.
Conozca si su cantón incentiva la creación de pequeñas
empresas o es todo lo contrario
Si doña Madeleyne y don Douglas no se hubieran atrevido a
emprender, posiblemente hubiera sido imposible para ellos
contar con una calidad de vida medianamente digna en este momento y
su situación sería muy diferente y posiblemente mucho más
incómoda.
Su situación es la de muchas familias que sufren de la falta
de un empleo formal que permita llevar recursos con seguridad y
regularidad al hogar. Es ahí donde es fundamental la inversión
social y el impulso del Estado en general (y de las
municipalidades, en particular) para promover y sostener la
aparición de pequeñas empresas, sobre todo tras la crisis
sanitaria del 2020 - 2022.
José Vicente Troya Rodríguez, representante residente del PNUD en Costa Rica:
“Las oportunidades para la empleabilidad y el
emprendimiento, es decir, contar con ingresos suficientes para
atender las necesidades vitales de la población, son menores en los
cantones de las zonas costeras y fronterizas”.
Pero no se trata solamente de llevar ingresos a hogares
empobrecidos por medio de la generación de micro, pequeñas y
medianas empresas (mipymes). También es fundamental crear nuevos
recursos para las municipalidades a través de patentes, así
como al sistema de seguridad social del país.
Este instrumento, que estará completamente disponible en formato
de atlas para los gobiernos locales y el público en general el
próximo año, analiza la ubicación geográfica y el desarrollo de
actividades económicas en los cantones a través de diversas
variables, de modo que los gobiernos locales sepan cuáles
oportunidades de negocios son más factibles de crear y
fomentar.
Su coordinador e investigador,
Agustín Gómez Meléndez, comentó Territorio Vivo es una
herramienta fundamental para que tanto municipalidades como
potenciales emprendedores encuentren nichos en el mercado
que permitan a las mipymes tener más éxito al crearse y
posicionarse como generadoras de recursos que permitan
sostenerse a miles de familias.
Agustín Gómez Meléndez, investigador del CIOdD: La importancia que reviste el proyecto de Territorio Vivo
Los trámites municipales asfixian el desarrollo
económico
Este mismo proyecto realizó una encuesta entre 71 gobiernos
locales sobre la agilidad de los trámites municipales para obtener
un permiso de patente de negocios. El estudio arrojó que solo el
21 % de estos municipios afirmaron tener un sistema de ventanilla
única o de simplificación de trámites para obtener este
requisito.
Es decir, 56 municipalidades de las que participaron en
la encuesta todavía muestran rezagos para crear un sistema más
ágil de revisión y otorgamiento de patentes. Eso sí, de ese
número, 24 aseguraron que ya estaban en proceso de abrir un
procedimiento similar (el 42 %).
Territorios Vivos también evidenció el desorden y la poca
estandarización de los procesos en las municipalidades para
otorgar patentes a quienes lo necesitan. Mientras que en algunas
basta con enviar un correo electrónico o una carta al alcalde de
turno, en otras es necesario aportar carpetas repletas de
documentos que justifiquen la entrega de este requisito.
En otras palabras, si usted necesita o le interesa abrir un
negocio, puede que el gobierno de su cantón no sea muy colaborador,
pero tal vez a unos cuantos kilómetros, la Municipalidad de al lado
le facilite las cosas. Entonces, en algunos casos se genera una
competencia por atracción de emprendimientos, ya que
evidentemente muchas personas preferirán poner su pequeño negocio
en el cantón vecino en lugar de hacerlo en el propio.
¿En qué repercute esto para el cantón donde se vive? En
muchas cosas. Empezando porque se pierde una mipyme que pagaría
impuestos, generando además menos producto interno bruto local
para el cantón y, por lo tanto, competitividad. Pero además se
crean menos empleos, la economía del cantón se estanca y se
propician menos encadenamientos productivos que podrían
beneficiar a otras empresas o emprendimientos. Así lo señaló el
propio Gómez:
Agustín Gómez, investigador del CIOdD: el exceso de trámites municipales afecta la competitivdad
Sin cacao (ni procesos) no hay chocolate
Otro tema es la falta de apoyo desde el Estado como un
todo o las municipalidades como células de gobierno para
personas que necesiten emprender. Si no hay recursos para
lanzar esas mipymes (conocido como “capital semilla”) y tampoco la
capacitación adecuada, es muy difícil que un negocio de este tipo
se consolide.
Como se ha mencionado, es muy normal que muchos pequeños
emprendimientos sean intentos de personas en condición de
pobreza (o cercana a ella) para salir de una situación
económica que las ahoga.
Hay que destacar que las características de este tipo de
individuos emprendedores son muy diferentes a las del empresariado
con cierto recorrido, porque su negocio se crea para asegurar su
subsistencia. De hecho, el CIOdD cuenta con estudios que señalan
que los primeros tres años de este tipo de mipymes son los más
críticos, ya que no tienen un capital fuerte para empezar y
muchas veces utilizan recursos de tarjetas de crédito para
apalancar deudas con entidades financieras, estrategia
excesivamente riesgosa.
Como si fuera poco, la falta de experiencia o de una cultura
de emprendedurismo termina de zancadillear sus expectativas de
éxito. Y todo esto sin contar la carga fiscal que conlleva
desarrollar esta actividad.
Cuando una persona en condición de pobreza cae en cuenta de
todos estos riesgos, muchas veces prefiere eliminar la idea de
comenzar un negocio, ya sea porque teme “salir perdiendo”
recursos o porque la ganancia al final va a ser ínfima para todo el
desgaste que hay que pasar. Esto, según Gómez, muchas veces
lanza a esta población a la informalidad, lo cual tampoco le
asegura a la persona que haya una ganancia, pero al menos evita el
tener que pagar patentes, permisos y otros impuestos.
Agustín Gómez Meléndez, investigador del CIOdD: el miedo a emprender y el riesgo de la informalidad
Nowcasting de pobreza: el bienestar del país bajo la lupa de la
UCR
Doña Madeleyne Rivas Loría es una siquirreña de 44 años
que, desde hace casi siete, vive con su esposo, don Douglas Gavinet
Zambrana, en una casa que alquila en
Juntas de Caoba. Esta es una comunidad rural situada muy
cerca del límite con Nicaragua, se ubica en el distrito de
Santa Cecilia, a 47 kilómetros (o
una hora en vehículo) de la ciudad de La Cruz, en
Guanacaste.
Su vivienda es como muchas otras de ese cantón: con
paredes de láminas de cemento liviano sin pintar, piso rojo
“chorreado” y un corredor de tierra (bien limpio y cuidado),
delimitada por una cerquita de madera y un patio amplio donde
guardan un caballito negro, de tamaño medio y muy manso, que es
fundamental para la economía familiar (más adelante, diremos por
qué).
Esta casita de 42 metros cuadrados, que tiene una pequeña
sala, cocina, baño y dos cuartitos, está situada sobre una loma
rodeada de campo y naturaleza, donde hay una vista privilegiada al
lago de Nicaragua y sus volcanes. Justamente, por los caminos de su
comunidad, es común ver ir y venir migrantes de ese país o incluso
de costarricenses, que no necesitan papeles ni filas para entrar a
cualquiera de los dos territorios. Ahí la frontera es solo una
línea imaginaria que nadie ve.
Su situación de pobreza empezó a mejorar un poco en el
2019. Un familiar les habló del fideicomiso de
FideIMAS, una iniciativa del Instituto Mixto de Ayuda Social
(IMAS) que da un préstamo y capacitaciones para lanzar
emprendimientos a familias de escasos recursos. Este proyecto es
acompañado, entre otras entidades, por la Escuela de Administración de Negocios
(EAN) de la Universidad de Costa Rica (UCR) mediante dos
trabajos comunales universitarios (TCU), en los que un
grupo de estudiantes de diferentes carreras brindan asesoría a
estas personas para poder aprovechar este impulso económico lo
mejor posible y que su negocio pueda surgir y sostenerse a sí
mismo.
Gracias a FideIMAS, esta familia pudo comprar siete vacas
y consiguió un terreno prestado (que queda como a unos dos
kilómetros de calles empinadas de su casa) para empezar a
producir leche y cuajada, la cual pueden transportar hasta su
vivienda con la ayuda del caballito manso que mencionábamos al
inicio. Esta microempresa es fundamental para poder
sobrevivir con dignidad, a pesar de su pobreza… pero es mejor
que usted conozca la historia completa observando este corto
video:
La Cruz: el cantón más golpeado económicamente por la
pandemia
El caso de doña Madeleyne es simbólico porque ella y su esposo
son parte de los muchos hogares de La Cruz
donde el ingreso de dinero durante el 2020 era de apenas 150
mil colones en promedio. Es decir, el menor de todos los
cantones del país.
Aunque ese cantón guanacasteco no siempre ha
caído en esa lamentable posición, sí ha estado entre los
primeros cuatro lugares de menos recursos por familia desde el
2010, año en que el Atlas de Desarrollo Humano Cantonal del Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD) empezó a contabilizar este y
otros datos de cada cantón del país, el cual es apoyado con
conocimiento desde la Escuela de Estadística de la UCR y el Sistema
Nacional de Información y Registro Único de Beneficiarios del
Estado (Sinerube), del IMAS.
El Atlas considera datos como la esperanza de
vida al nacer, la escolaridad de la población y el dinero que entra
cada mes a los hogares para establecer el Índice de Desarrollo
Humano (IDH) de los 82 cantones que existían en el país en
el 2020.
La Cruz es un ejemplo claro de cómo la pandemia del Covid-19
golpeó el turismo y, por lo tanto, los recursos que produce de
esta actividad para quienes dependen de ella: la última vez que
este cantón ocupó el primer lugar en la categoría de menos recursos
por familia fue en el 2014. Es decir, el fenómeno se reprodujo tras
una década, en buena parte, debido al efecto del cierre de
fronteras que aplicó el país durante casi todo el 2020.
Esta situación no fue exclusiva de La Cruz. De hecho, según el
Atlas, mientras que en 2019 solo La Cruz y Nandayure se ubicaron
con un IDH medio, el más bajo de esta medición en Guanacaste,
un año después se les sumaron seis cantones en esa
provincia. Incluso, mientras que para el 2019 Liberia y Tilarán
estaban en el promedio del IDH del país o por encima de este,
respectivamente, el año siguiente se ubicaron por debajo del
mismo.
Las dos Costa Ricas: la del centro y la costera-fronteriza
El fenómeno descrito anteriormente no fue único de Guanacaste.
De hecho, si se ve la gráfica del mapa en el Atlas, se observa que
lo mismo pasó en las otras provincias costeras. Esto
recuerda que Costa Rica es un país con dos (o más) realidades
socioeconómicas muy diferentes.
Las regiones costeras o fronterizas presentan serias
desventajas en comparación con la Gran Área Metropolitana. Y no
es que esta última sea una zona súper desarrollada ni libre de
pobreza o desigualdad (ni mucho menos), pero sí cuenta con muchas y
mejores facilidades y servicios que los territorios en la periferia
del país.
Solo para tener una idea de cuán dispar es Costa Rica y de las
diferencias de ingresos entre cantones, en el 2020 una familia
de La Cruz recibía, en promedio, casi ¢ 500 mil colones menos que
otra de Escazú, el cantón que encabezaba esta categoría.
Como lo señala la especialista en estadística del PNUD,
Paola Omodeo Cubero, incluso dentro de un mismo cantón hay
distritos con mejores índices de desarrollo humano que otros; o
bien, en un mismo distrito suele haber barrios con poblaciones más
pobres y otros con habitantes más acomodados económicamente.
La disponibilidad de información es una base sólida para la toma de
decisiones de las Mipymes y los gobiernos locales
Conozca si su cantón incentiva la creación de pequeñas
empresas o es todo lo contrario
Si doña Madeleyne y don Douglas no se hubieran atrevido a
emprender, posiblemente hubiera sido imposible para ellos
contar con una calidad de vida medianamente digna en este momento y
su situación sería muy diferente y posiblemente mucho más
incómoda.
Su situación es la de muchas familias que sufren de la falta
de un empleo formal que permita llevar recursos con seguridad y
regularidad al hogar. Es ahí donde es fundamental la inversión
social y el impulso del Estado en general (y de las
municipalidades, en particular) para promover y sostener la
aparición de pequeñas empresas, sobre todo tras la crisis
sanitaria del 2020 - 2022.
José Vicente Troya Rodríguez, representante residente del PNUD en Costa Rica:
“Las oportunidades para la empleabilidad y el
emprendimiento, es decir, contar con ingresos suficientes para
atender las necesidades vitales de la población, son menores en los
cantones de las zonas costeras y fronterizas”.
Pero no se trata solamente de llevar ingresos a hogares
empobrecidos por medio de la generación de micro, pequeñas y
medianas empresas (mipymes). También es fundamental crear nuevos
recursos para las municipalidades a través de patentes, así
como al sistema de seguridad social del país.
Este instrumento, que estará completamente disponible en formato
de atlas para los gobiernos locales y el público en general el
próximo año, analiza la ubicación geográfica y el desarrollo de
actividades económicas en los cantones a través de diversas
variables, de modo que los gobiernos locales sepan cuáles
oportunidades de negocios son más factibles de crear y
fomentar.
Su coordinador e investigador,
Agustín Gómez Meléndez, comentó Territorio Vivo es una
herramienta fundamental para que tanto municipalidades como
potenciales emprendedores encuentren nichos en el mercado
que permitan a las mipymes tener más éxito al crearse y
posicionarse como generadoras de recursos que permitan
sostenerse a miles de familias.
Los trámites municipales asfixian el desarrollo
económico
Este mismo proyecto realizó una encuesta entre 71 gobiernos
locales sobre la agilidad de los trámites municipales para obtener
un permiso de patente de negocios. El estudio arrojó que solo el
21 % de estos municipios afirmaron tener un sistema de ventanilla
única o de simplificación de trámites para obtener este
requisito.
Es decir, 56 municipalidades de las que participaron en
la encuesta todavía muestran rezagos para crear un sistema más
ágil de revisión y otorgamiento de patentes. Eso sí, de ese
número, 24 aseguraron que ya estaban en proceso de abrir un
procedimiento similar (el 42 %).
Territorios Vivos también evidenció el desorden y la poca
estandarización de los procesos en las municipalidades para
otorgar patentes a quienes lo necesitan. Mientras que en algunas
basta con enviar un correo electrónico o una carta al alcalde de
turno, en otras es necesario aportar carpetas repletas de
documentos que justifiquen la entrega de este requisito.
En otras palabras, si usted necesita o le interesa abrir un
negocio, puede que el gobierno de su cantón no sea muy colaborador,
pero tal vez a unos cuantos kilómetros, la Municipalidad de al lado
le facilite las cosas. Entonces, en algunos casos se genera una
competencia por atracción de emprendimientos, ya que
evidentemente muchas personas preferirán poner su pequeño negocio
en el cantón vecino en lugar de hacerlo en el propio.
¿En qué repercute esto para el cantón donde se vive? En
muchas cosas. Empezando porque se pierde una mipyme que pagaría
impuestos, generando además menos producto interno bruto local
para el cantón y, por lo tanto, competitividad. Pero además se
crean menos empleos, la economía del cantón se estanca y se
propician menos encadenamientos productivos que podrían
beneficiar a otras empresas o emprendimientos. Así lo señaló el
propio Gómez:
Sin cacao (ni procesos) no hay chocolate
Otro tema es la falta de apoyo desde el Estado como un
todo o las municipalidades como células de gobierno para
personas que necesiten emprender. Si no hay recursos para
lanzar esas mipymes (conocido como “capital semilla”) y tampoco la
capacitación adecuada, es muy difícil que un negocio de este tipo
se consolide.
Como se ha mencionado, es muy normal que muchos pequeños
emprendimientos sean intentos de personas en condición de
pobreza (o cercana a ella) para salir de una situación
económica que las ahoga.
Hay que destacar que las características de este tipo de
individuos emprendedores son muy diferentes a las del empresariado
con cierto recorrido, porque su negocio se crea para asegurar su
subsistencia. De hecho, el CIOdD cuenta con estudios que señalan
que los primeros tres años de este tipo de mipymes son los más
críticos, ya que no tienen un capital fuerte para empezar y
muchas veces utilizan recursos de tarjetas de crédito para
apalancar deudas con entidades financieras, estrategia
excesivamente riesgosa.
Como si fuera poco, la falta de experiencia o de una cultura
de emprendedurismo termina de zancadillear sus expectativas de
éxito. Y todo esto sin contar la carga fiscal que conlleva
desarrollar esta actividad.
Cuando una persona en condición de pobreza cae en cuenta de
todos estos riesgos, muchas veces prefiere eliminar la idea de
comenzar un negocio, ya sea porque teme “salir perdiendo”
recursos o porque la ganancia al final va a ser ínfima para todo el
desgaste que hay que pasar. Esto, según Gómez, muchas veces
lanza a esta población a la informalidad, lo cual tampoco le
asegura a la persona que haya una ganancia, pero al menos evita el
tener que pagar patentes, permisos y otros impuestos.
Nowcasting de pobreza: el bienestar del país bajo la lupa de la
UCR
Mujeres, personas de la región Chorotega, residentes en áreas
urbanas y con niveles educativos nulos o con primaria incompleta
fueron las que más perdieron su trabajo tras la pandemia.
Hace casi dos años, el Instituto de Investigaciones en Ciencias
Económicas (IICE) de la UCR creó el proyecto Nowcasting de Pobreza, un instrumento que permite hacer
una estimación sobre este indicador de manera mensual, con
un rezago de apenas tres meses (es decir, ya en octubre se conoce
el porcentaje de pobreza que hubo en julio).
Se trata de un gran avance, si se toma en cuenta que antes de la
aparición de esta herramienta, el país debía esperar a cada mes de
octubre para que el INEC publicara los índices de pobreza en el
país, con un rezago de casi un año. En cambio, ahora los
investigadores del IICE pueden ver las variantes mensuales
de los ingresos de los hogares en el país para determinar cuáles
quedan por encima o por debajo del umbral de la pobreza en
el país.
Además, es gracias a la ECE y al Nowcasting de Pobreza
que se puede establecer el perfil de las personas que resultaron
económicamente más afectadas por la pandemia, así como aquellas
a las que les ha resultado más fácil y más difícil recuperar un
trabajo después de la crisis sanitaria, que también lo fue
económica.
El perfil de las personas más golpeadas económicamente por la
pandemia
De acuerdo con este instrumento estadístico, quienes más
perdieron su trabajo entre 2019 y 2020 (efecto pandemia) fueron
los individuos que viven en la región Chorotega (cayó casi 30
puntos porcentuales o p. p.), residentes en áreas urbanas (descenso
de casi 20 p. p.) mujeres (-27,1 p .p.), con niveles educativos
nulos o de primaria incompleta (uno de cada tres individuos), gente
joven con edades menores a los 24 años (-29,2 p. p.), inmigrantes
nicaragüenses (casi uno de cada cuatro), y personal que trabajaba
más de 48 horas a la semana.
Con respecto a los datos más recientes, podemos saber que la
población que ha podido recuperar el trabajo que tenía antes de
la pandemia de la mejor manera son hombres (el 99,3 % ocupa un
puesto laboral en comparación con el 2019), con edades entre los 34
y los 44 años (hay incluso una mejora de 10,2 p. p. con respecto a
la prepandemia), la del Pacífico Central (+12,7 p. p.), personas
con secundaria completa pero universidad incompleta (+12 p. p.),
que reciben un salario formal (+0,9 p. p.), que se desempeñan en
labores de calificación media (la totalidad volvió a tener trabajo)
y con empleos ocasionales (+7,1 p. p.).
En cambio, el perfil de la gente que aún no recupera su
trabajo tras tres años de haber iniciado la pandemia son
mujeres (todavía hay un 6,2 % sin ocupación), de entre 45 y 59 años
(una de cada 10 personas sigue sin empleo), pobladores de la región
Huétar Norte (el 10 % aún no encuentra un puesto laboral), con
secundaria incompleta o menos (11,7 %), sobre todo de nacionalidad
nicaragüense (10 % aún no se coloca), que laboran menos de 15 horas
por semana y con ocupaciones no calificadas (40 % y el 9,5 %,
respectivamente, sigue en este estado).
En este mismo sentido, el investigador del
IICE, Luis Oviedo
Carballo, resumió así las poblaciones que están más
vulnerables frente a la pobreza: mujeres, menores de edad,
personas mayores de 65 años y de áreas rurales.
Luis Oviedo Carballo, investigador del IICE: las poblaciones con mayor pobreza en el país
Todos estos resultados tan actualizados son muy valiosos para
poder crear políticas públicas adecuadas para atender la
pobreza de forma rápida y efectiva. El gran problema: el
Gobierno no toma en cuenta esta herramienta para diseñar su
estrategia de combate a la miseria, pese a la riqueza de datos
sociodemográficos que aporta.
Para Oviedo, el Nowcasting de Pobreza
debería ayudar al Estado a canalizar recursos económicos hacia
poblaciones vulnerables y más necesitadas de una mejor manera
de la que se hace actualmente.
Luis Oviedo, investigador del IICE: importancia del Nowcasting de Pobreza como instrumento público
El investigador del IICE también recordó que es importante
enfocar el caso de las mujeres con especial atención dentro
de la problemática de los sectores más afectados por la crisis
económica y la pandemia, ya que ellas son muchas veces jefas
solitarias de hogar y esto hace que no cuenten con otra persona
económicamente activa en su familia que ayude con el cuido de los
hijos y de los gastos propios de la casa.
A lo anterior hay que agregar que las mujeres siguen sufriendo
en muchos casos discriminación salarial o dificultad para
acceder a puestos de trabajo que suelen ser acaparados por los
hombres.
La UCR tiende la mano a emprendimientos en las zonas más
empobrecidas
Unas 300 Mipymes en los sectores con mayores dificultades
económicas han recibido asesorías individualizadas por parte de
docentes y estudiantes de diversas carreras desde el 2020.
Ante tanta necesidad y carencias de recursos de las personas en
condición de pobreza que se animan a empezar este tipo de
emprendimientos en todo el país, la acción de este TCU puede
parecer una gota en medio del mar. Pero, lo cierto del caso, es que
sin la asesoría que brinda la EAN y el estudiantado, así
como la colaboración de otras instituciones que brindan su aporte a
este proyecto, posiblemente muchas de estas iniciativas ya
habrían quedado en un intento fallido y las personas que
hicieron la inversión para mejorar su calidad de vida, lo habrían
perdido todo…
Además de diferentes cantones de Guanacaste, estos TCU también
se desplazan al Pacífico
Central y al
Pacífico Sur para brindar este acompañamiento
personalizado – que suele durar entre seis y ocho meses
– a micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) donde están
vinculadas personas de escasos recursos, muchas (o la
mayoría) mujeres y jefas de hogar.
Una de ellas es doña Reyna Mercedes Tercero Bonilla,
quien es agricultora de granos y tubérculos y representante
legal de una cooperativa conformada por 64 personas productoras (la
mitad de ellas, también mujeres) de su comunidad, Santa
Cecilia de La Cruz de Guanacaste.
Ella ha tenido que hacer frente a una discapacidad de su
esposo en su mano derecha y a una enfermedad crónica de su hijo que
le ha imposibilitado trabajar con su familia. Pero esta no es la
única dificultad que ha tenido que atravesar en los últimos años:
la pandemia, la falta de trabajo y los pocos recursos para
sostener su humilde vivienda y para pagar los servicios básicos son
parte de su problemática socioeconómica.
Pese a todo lo anterior, doña Reyna no se
rinde. Y ese espíritu de resiliencia fue lo que la llevó a
contactar con FideIMAS, para poder sostener sus cultivos y
hacerlos más productivos.
Como parte de este proyecto, estudiantes de la UCR se
han acercado a ella y a su comunidad desde el 2020 para brindarles
capacitación en el manejo de sus finanzas personales, las
del préstamo adquirido y las de su negocio como agricultora.
Acompañamiento para evitar el fracaso
Para saber qué tipo de ayuda necesita el emprendimiento, el
grupo de docentes y estudiantes se reúne con las personas
beneficiarias para hacer un diagnóstico de su situación y
determinar qué áreas son las que más necesitan reforzar: si
se trata del mercadeo, de la contabilidad, del proceso de
producción, de temas financieros o de cualquier otra adicional.
A la fecha, Petry calcula que se ha brindado un
acompañamiento personalizado a alrededor de 300 personas
beneficiarias, sin contar otros integrantes de los
emprendimientos que colaboran en la producción, posicionamiento y
venta de los diferentes productos y servicios. También suelen dar
charlas masivas sobre temas específicos que sea de interés
para las Mipymes de las zonas a las que asisten, en las que han
participado al menos 400 individuos.
Algo que preocupa mucho a la
coordinación de estos espacios es la alta tasa de fracaso
que sufren este tipo de emprendimientos en sus primeros tres años
de funcionamiento. Se calcula que ocho de cada 10 iniciativas no
superan esta primera etapa de afianzamiento, algunas veces por
falta de conocimiento o de recursos, otras por factores externos
(como la pandemia). Ahora, la coordinadora de estos esfuerzos
espera que con un aumento de esta asesoría personalizada se
pueda reducir ese número de intentos fracasados.
Una vez que concluyen los meses de acompañamiento, el
FideIMAS hace un seguimiento desde el IMAS para evaluar los
resultados logrados y medir su posible progreso a corto,
mediano y largo plazo.
Mujeres, personas de la región Chorotega, residentes en áreas
urbanas y con niveles educativos nulos o con primaria incompleta
fueron las que más perdieron su trabajo tras la pandemia.
Hace casi dos años, el Instituto de Investigaciones en Ciencias
Económicas (IICE) de la UCR creó el proyecto Nowcasting de Pobreza, un instrumento que permite hacer
una estimación sobre este indicador de manera mensual, con
un rezago de apenas tres meses (es decir, ya en octubre se conoce
el porcentaje de pobreza que hubo en julio).
Se trata de un gran avance, si se toma en cuenta que antes de la
aparición de esta herramienta, el país debía esperar a cada mes de
octubre para que el INEC publicara los índices de pobreza en el
país, con un rezago de casi un año. En cambio, ahora los
investigadores del IICE pueden ver las variantes mensuales
de los ingresos de los hogares en el país para determinar cuáles
quedan por encima o por debajo del umbral de la pobreza en
el país.
Además, es gracias a la ECE y al Nowcasting de Pobreza
que se puede establecer el perfil de las personas que resultaron
económicamente más afectadas por la pandemia, así como aquellas
a las que les ha resultado más fácil y más difícil recuperar un
trabajo después de la crisis sanitaria, que también lo fue
económica.
El perfil de las personas más golpeadas económicamente por la
pandemia
De acuerdo con este instrumento estadístico, quienes más
perdieron su trabajo entre 2019 y 2020 (efecto pandemia) fueron
los individuos que viven en la región Chorotega (cayó casi 30
puntos porcentuales o p. p.), residentes en áreas urbanas (descenso
de casi 20 p. p.) mujeres (-27,1 p .p.), con niveles educativos
nulos o de primaria incompleta (uno de cada tres individuos), gente
joven con edades menores a los 24 años (-29,2 p. p.), inmigrantes
nicaragüenses (casi uno de cada cuatro), y personal que trabajaba
más de 48 horas a la semana.
Con respecto a los datos más recientes, podemos saber que la
población que ha podido recuperar el trabajo que tenía antes de
la pandemia de la mejor manera son hombres (el 99,3 % ocupa un
puesto laboral en comparación con el 2019), con edades entre los 34
y los 44 años (hay incluso una mejora de 10,2 p. p. con respecto a
la prepandemia), la del Pacífico Central (+12,7 p. p.), personas
con secundaria completa pero universidad incompleta (+12 p. p.),
que reciben un salario formal (+0,9 p. p.), que se desempeñan en
labores de calificación media (la totalidad volvió a tener trabajo)
y con empleos ocasionales (+7,1 p. p.).
En cambio, el perfil de la gente que aún no recupera su
trabajo tras tres años de haber iniciado la pandemia son
mujeres (todavía hay un 6,2 % sin ocupación), de entre 45 y 59 años
(una de cada 10 personas sigue sin empleo), pobladores de la región
Huétar Norte (el 10 % aún no encuentra un puesto laboral), con
secundaria incompleta o menos (11,7 %), sobre todo de nacionalidad
nicaragüense (10 % aún no se coloca), que laboran menos de 15 horas
por semana y con ocupaciones no calificadas (40 % y el 9,5 %,
respectivamente, sigue en este estado).
En este mismo sentido, el investigador del
IICE, Luis Oviedo
Carballo, resumió así las poblaciones que están más
vulnerables frente a la pobreza: mujeres, menores de edad,
personas mayores de 65 años y de áreas rurales.
Luis Oviedo Carballo, investigador del IICE: las poblaciones con mayor pobreza en el país
Todos estos resultados tan actualizados son muy valiosos para
poder crear políticas públicas adecuadas para atender la
pobreza de forma rápida y efectiva. El gran problema: el
Gobierno no toma en cuenta esta herramienta para diseñar su
estrategia de combate a la miseria, pese a la riqueza de datos
sociodemográficos que aporta.
Para Oviedo, el Nowcasting de Pobreza
debería ayudar al Estado a canalizar recursos económicos hacia
poblaciones vulnerables y más necesitadas de una mejor manera
de la que se hace actualmente.
Luis Oviedo, investigador del IICE: importancia del Nowcasting de Pobreza como instrumento público
El investigador del IICE también recordó que es importante
enfocar el caso de las mujeres con especial atención dentro
de la problemática de los sectores más afectados por la crisis
económica y la pandemia, ya que ellas son muchas veces jefas
solitarias de hogar y esto hace que no cuenten con otra persona
económicamente activa en su familia que ayude con el cuido de los
hijos y de los gastos propios de la casa.
A lo anterior hay que agregar que las mujeres siguen sufriendo
en muchos casos discriminación salarial o dificultad para
acceder a puestos de trabajo que suelen ser acaparados por los
hombres.
La UCR tiende la mano a emprendimientos en las zonas más
empobrecidas
Los acompañamientos individualizados, las capacitaciones y los talleres impartidos por la EAN en diversas partes del país donde se encuentra FideIMAS, como esta imagen en La Cruz de Guanacaste, elevan las posibilidades de supervivencia de los emprendimientos en poblaciones con condición de pobreza. Foto cortesía de la Escuela de Administración de Negocios.
Unas 300 Mipymes en los sectores con mayores dificultades
económicas han recibido asesorías individualizadas por parte de
docentes y estudiantes de diversas carreras desde el 2020.
Ante tanta necesidad y carencias de recursos de las personas en
condición de pobreza que se animan a empezar este tipo de
emprendimientos en todo el país, la acción de este TCU puede
parecer una gota en medio del mar. Pero, lo cierto del caso, es que
sin la asesoría que brinda la EAN y el estudiantado, así
como la colaboración de otras instituciones que brindan su aporte a
este proyecto, posiblemente muchas de estas iniciativas ya
habrían quedado en un intento fallido y las personas que
hicieron la inversión para mejorar su calidad de vida, lo habrían
perdido todo…
Petra Petry, coordinadora de dos TCU de la EAN: explicación del acompañamiento que hace la UCR en FideIMAS
Además de diferentes cantones de Guanacaste, estos TCU también
se desplazan al Pacífico
Central y al
Pacífico Sur para brindar este acompañamiento
personalizado – que suele durar entre seis y ocho meses
– a micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) donde están
vinculadas personas de escasos recursos, muchas (o la
mayoría) mujeres y jefas de hogar.
Una de ellas es doña Reyna Mercedes Tercero Bonilla,
quien es agricultora de granos y tubérculos y representante
legal de una cooperativa conformada por 64 personas productoras (la
mitad de ellas, también mujeres) de su comunidad, Santa
Cecilia de La Cruz de Guanacaste.
Ella ha tenido que hacer frente a una discapacidad de su
esposo en su mano derecha y a una enfermedad crónica de su hijo que
le ha imposibilitado trabajar con su familia. Pero esta no es la
única dificultad que ha tenido que atravesar en los últimos años:
la pandemia, la falta de trabajo y los pocos recursos para
sostener su humilde vivienda y para pagar los servicios básicos son
parte de su problemática socioeconómica.
Reyna Mercedes Tercero, pequeña agroempresaria de La Cruz: las dificultades económicas el papel de FideIMAS para reducirlas
Pese a todo lo anterior, doña Reyna no se
rinde. Y ese espíritu de resiliencia fue lo que la llevó a
contactar con FideIMAS, para poder sostener sus cultivos y
hacerlos más productivos.
Como parte de este proyecto, estudiantes de la UCR se
han acercado a ella y a su comunidad desde el 2020 para brindarles
capacitación en el manejo de sus finanzas personales, las
del préstamo adquirido y las de su negocio como agricultora.
Reyna Mercedes Tercero, pequeña agroempresaria de La Cruz: importancia de la capacitación de la UCR
Acompañamiento para evitar el fracaso
Para saber qué tipo de ayuda necesita el emprendimiento, el
grupo de docentes y estudiantes se reúne con las personas
beneficiarias para hacer un diagnóstico de su situación y
determinar qué áreas son las que más necesitan reforzar: si
se trata del mercadeo, de la contabilidad, del proceso de
producción, de temas financieros o de cualquier otra adicional.
A la fecha, Petry calcula que se ha brindado un
acompañamiento personalizado a alrededor de 300 personas
beneficiarias, sin contar otros integrantes de los
emprendimientos que colaboran en la producción, posicionamiento y
venta de los diferentes productos y servicios. También suelen dar
charlas masivas sobre temas específicos que sea de interés
para las Mipymes de las zonas a las que asisten, en las que han
participado al menos 400 individuos.
Algo que preocupa mucho a la
coordinación de estos espacios es la alta tasa de fracaso
que sufren este tipo de emprendimientos en sus primeros tres años
de funcionamiento. Se calcula que ocho de cada 10 iniciativas no
superan esta primera etapa de afianzamiento, algunas veces por
falta de conocimiento o de recursos, otras por factores externos
(como la pandemia). Ahora, la coordinadora de estos esfuerzos
espera que con un aumento de esta asesoría personalizada se
pueda reducir ese número de intentos fracasados.
Petra Petry, coordinadora de dos TCU de la EAN: cuidados que se deben tener para la sostenibilidad de los emprendimientos desde FideIMAS
Una vez que concluyen los meses de acompañamiento, el
FideIMAS hace un seguimiento desde el IMAS para evaluar los
resultados logrados y medir su posible progreso a corto,
mediano y largo plazo.