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Especial Seguridad Alimentaria

¿Quién vela porque el precio de los productos agrícolas en los mercados mayoristas sea el adecuado?

Proyecto realizado en el 2017 por la Escuela de Economía Agrícola propone al gobierno buscar una forma más transparente para regular los precios de los productos agrícolas del país.
11 jul 2022Ciencia y Tecnología
Mercado
Fotografía: Daniela Alfaro. 

Los intermediadores agrícolas son personas que le compran el producto al agricultor y se encargan de transportarlo y venderlo a las empresas, esto  representa un incremento en el valor del producto que permite llegar a la mesa de nuestros hogares.

La Dra. Mercedes Montero Vega, directora del Centro de Investigación en Economía Agrícola y Desarrollo Agroempresarial (CIEDA), señala que los intermediarios  son los que negocian, los que normalmente poseen los contactos con las grandes empresas y quienes se encargan de los gastos de transporte.

Es muy difícil pensar que los productores se hagan cargo de toda la cadena productiva, porque, ya con las labores de campo les es suficiente trabajo como para que encima sean encargados del transporte. En algunas familias los hijos u otros familiares son los que se encargan de esta intermediación o transporte. Es difícil imaginar que en un futuro los productores se encarguen de la proveeduría de insumos, la finca, transporte y comercialización.

Con el paso del tiempo ha habido un cambio en la dinámica, antes habían más pulperías o cadenas locales más pequeñas, que se abastecían de personas específicas que les llevaban los productos agrícolas, en el presente la tendencia es comprar en supermercados, cadenas más grandes.

Buscando precios justos

La competencia perfecta no existe, porque siempre habrán condiciones que van hacer que el mercado no se comporte como un mercado perfecto, comenta la Dra. Montero.

Se habla de que deberían de haber precios justos para los productores y entramos en esa disyuntiva de que es justo o como se define que es justo. 

Sin embargo, en Costa Rica no existe una regulación particular para cada producto, lo que normalmente se utiliza como margen para definir un precio es el Centro Nacional de Abastecimiento y Distribución de Alimentos (CENADA), y al no existir una regulación esto termina afectando tanto al productor como a los consumidores.

La problemática de la fijación de precios en Costa Rica, es un tema que influye en  todos los productos que se comercializan en plazas mayoristas, y que de alguna forma, son los que le dan de comer al país: frutas, verduras, hortalizas. Dichos alimentos, en su mayoría se comercializan en los mercados Borbón, CENADA y otras ferias grandes, así como por medio de las grandes cadenas de supermercados que son los que mueven la seguridad alimentaria del país.

En Costa Rica, por no tener reglas definidas, las plazas mayoristas tienen tiempos extendidos, no se verifica calidad, inocuidad y trazabilidad, no hay un regente que en esas plazas certifique todo lo anterior, y por ello el precio, no es transparente.

 ¿Qué es lo que sucede en Costa Rica?

Según el M.Sc. Gerardo Cortes Muñoz, investigador de la Escuela de Economía Agrícola y Agronegocios, las plazas mayoristas no están cumpliendo adecuadamente con esa función, el precio que se forma dentro de esas plazas mayoristas está distorsionado por plazas que duran demasiado. 

Un ejemplo es el CENADA, donde no hay encuentro de oferta y demanda ya que los horarios de las plazas son demasiado extensos, eso lo convierte en un mercado, si bien mayorista, pero no con  las características que debe tener.  La experiencia y las buenas prácticas internacionales indican que una plaza de este tipo debe de durar 1 o 2 horas máximo, lo ideal sería que se encuentren los compradores y vendedores, se pongan de acuerdo y resuelvan.

El intermediador es necesario, pero no existen las reglas bien definidas para ellos, un señor que lleva transporte a un mercado mayorista como CENADA, debería cobrar solo por ese transporte y el productor debería pagar el flete, pero resulta que ese transportista se convierte en intermediario que va al mercado y que probablemente ese producto se trance 1 o 2 veces más en una feria sin que el productor lo sepa. Al final es un producto que está “manoseado”, el productor no sabe y es el que menos recibe en la cadena y quién más especula y juega son los intermediarios.

Lo que suele suceder en este tipo de plazas es que a primera hora pasa una persona preguntando a los intermediarios cuál es el precio de referencia y nadie lo sabe, entonces lo inventan. Lo más peligroso es que ese precio de CENADA es el que publican los históricos del programa integral agropecuario que van al Consejo Nacional de Producción (CNP) y se publican bisemanalmente en los boletines, y este se convierte en un precio de referencia distorsionado, un precio que nadie sabe cómo se formó y un precio al que todos en el país le pagan al productor. 

“Inclusive las cantidades que hoy se transan en los mercados mayoristas como el CENADA son tan pequeñas en representación de lo que el país  produce, imagínese el nivel de problema y distorsión que esto está causando, las grandes cadenas mayoristas pagan a este precio de referencia menos el 20% o 30%, todo mundo está feliz y no habido gobierno que soluciones este problema”, explica el investigador Cortes.

La subasta: una alternativa viable

Debido a esta problemática la Escuela de Economía Agrícola y Agronegocios en el año 2017 realizó un estudio de factibilidad para el establecimiento de una subasta de productos hortícolas en la provincia de Cartago. La idea fue presentada por un grupo de agricultores de Cartago ante el Centro de Investigación en Economía Agrícola y Desarrollo Agroempresarial de la Universidad de Costa Rica, en el marco de una propuesta país para implementar mecanismos de comercialización innovadores y modernos en la operación de los futuros mercados mayoristas a desarrollarse en nuestro país.

El M.Sc. Gerardo Cortes Muñoz, señala que la EEAA propone como un mecanismo alternativo la subasta (es un mecanismo que los expertos lo llaman mercado mayorista de tercera generación), en el cual los precios surgen igual entre el encuentro de oferta y demanda pero por medio de una “puja” donde los compradores pueden hacer publica sus ofertas y el productor conoce esas oferta y es él quién toma la decisión de si vende o no. 

Técnicamente es viable para el país, Costa Rica cumple con todas las condiciones para que esto se dé, sencillamente es  porque no ha habido viabilidad política, ningún político ha querido entrar al asunto. Se propone que sea bisemanalmente. Se realizó un estudio de factibilidad financiado por Banca para el Desarrollo para el Gobierno, pero este no se llevó a cabo.

Esta práctica también se utiliza mucho en países desarrollados de Europa como España, Holanda, Bélgica, Francia entre otros, manejan la subasta como mecanismo alternativo, coexiste la subasta con mercados mayoristas, con ferias del agricultor y con todos los sistemas de mercados mayoristas, una opción más que demarca transparencia en la transacción de los productos.

 

Daniela Alfaro Arauz
Comunicadora del instituto de Investigaciones Agrícolas
daniela.akncwlfaroarauz  @ucrsoqt.ac.cr

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