Paja y otros residuos como broza son utilizados para sembrar los hongos (foto Anel Kenjekeeva).

El sustrato se coloca en bolsas plásticas comunes donde se desarrollará el hongo (foto Anel Kenjekeeva)

El sustrato se debe desinfectar con una solución de agua y cal viva (foto Anel Kejenkeeva).

El CIA produce semilla de hongo ostra y puede suplir a los productores de pequeños proyectos. El kilo de semilla tiene un costo de $7.5 (foto Anel Kenjekeeva).

Durante el proceso de siembra es importante mantener la higiene en el área de trabajo para evitar la contaminación (foto Anel Kejenkeeva).

La semilla de hongo se mezcla con el sustrato en capas. La semilla debe ser entre el 3% y el 5% del peso total del sustrato húmedo (foto Anel Kejenkeeva).

Una vez que se siembra la semilla en el sustrato se abren huecos en las bolsas por donde los hongos saldrán (foto Anel Kenjekeeva).

Los hongos se cultivan en un ambiente de baja iluminación y temperatura de 15° donde en 3 o 5 días van apareciendo los primeros hongos (foto Anel Kejenkeeva).
 

El hongo ostra Ostra (Pleurotus ostreatus) es la principal variedad que promueve el CIA (foto Anel Kejenkeeva).

El Centro de Investigaciones Agronómicas (CIA) de la Universidad de Costa Rica (UCR) promueve el cultivo y producción del hongo ostra, un producto saludable y con potencial en el mercado nacional.

Para ello realiza talleres de capacitación donde agricultores, amas de casa, estudiantes y agrónomos aprenden las bases para iniciar el cultivo de hongos comestibles.

La  ingeniera agrónoma M.Sc. Guiselle Alvarado Retana, quien lleva más de 18 años investigando sobre la producción de hongos y más de una década promoviendo su cultivo, asegura que es una interesante oportunidad de negocio para los costarricenses ya que en la actualidad el consumo de este producto está en boga, especialmente entre consumidores jóvenes.

“Por dicha la población está girando hacia una alimentación más sana, y los hongos ostra se pueden producir sin agroquímicos, entonces podemos dar a conocer a esta población entre los 25 y 40 años que quiere comer más saludable para que usen esta alternativa” Guiselle Alvarado (foto Anel Kejenkeeva).

La producción de hongos trae beneficios alimenticios, económicos y ambientales, ya que los sustratos donde se siembran son materiales reciclados como pajas, broza, residuos de piña o aserrín que sobran de otros cultivos o procesos productivos.

Los hongos además son sustitutos de la carne y tienen propiedades antitumorales y antioxidantes, ayudan a perder peso y aumentan el sabor de los platillos pues contienen el quinto sabor llamado “umami”.

El jueves 23 de junio de 2016, se llevó a cabo el más reciente taller de introducción a la producción de hongos comestibles en las instalaciones del Centro de Investigaciones Agronómicas donde participaron 16 personas de Guanacaste, Turrialba, Tilarán y el Valle central.

Estudiantes, agricultores y agrónomos trabajaron juntos durante el taller de hongos comestibles en la preparación del sustrato para la siembra de hongos (foto Anel Kejenkeeva).

Durante el taller, Alvarado ofreció información sobre el proceso de producción; la elección y desinfección del sustrato, la siembra, el mantenimiento y cosecha del hongo ostra. Así como detalles sobre la infraestructura necesaria y el presupuesto inicial para empezar a producir hongos comestibles.

El M.Sc. Oscar Acuña Navarro, coordinador del Laboratorio de Bioquímica de Procesos Orgánicos del CIA, explicó que un aspecto clave para lograr el éxito en este cultivo es mantener la constancia y la esterilidad en el proceso de siembra, ya que los hongos son propensos a la contaminación si no se toman las medidas de higiene correctas.

Los investigadores reconocieron que aunque el cultivo de hongos se perfila como un negocio destinado al éxito, debido a que tiene un amplio mercado y los costos de producción son bajos, ésta actividad aún no prospera en el país por diversas barreras existentes.  

El taller de hongos comestibles se llevó acabo en el Centro de Investigaciones Agronómicas (foto Anel Kejenkeeva). 

Los participantes también señalaron que algunas barreras están en el acceso al mercado, la poca capacidad de inversión y financiamiento para los pequeños productores, la falta de canales de distribución y el mercadeo y la falta de conocimiento para desarrollar subproductos procesados que permitan aprovechar los hongos que no se venden frescos.

Actualmente, según detalló Alvarado, Costa Rica importa alrededor de 25 a 30 toneladas de hongos comestibles al mes y sólo se producen en el país 4 toneladas. Por lo tanto, la producción de hongos comestibles es una alternativa de producción que es de mucho beneficio y en la que aún hay muy pocos productores.

Las personas interesadas en aprender sobre este cultivo pueden comunicarse con la docente e investigadora M.Sc. Guiselle Alvarado del Centro de Investigaciones Agronómicas al teléfono al 2511-2070 o al correo infofyhf.cia  @ucrajuv.ac.cr.