Saltar Navegación

La UCR impulsa el cultivo de la soya en Costa Rica con variedades adaptadas y un alto valor nutricional

Con variedades mejoradas, investigación y una visión hacia la soberanía alimentaria, el Cigras lidera un esfuerzo por posicionar a la soya como un cultivo alternativo en Costa Rica
23 jul 2025Ciencia y Tecnología
Sembradío de soya

El cultivo de la soya podría ser una alternativa para enfrentar problemas relacionados con el cambio climático. Foto cortesía del Cigras.

La soya es un cultivo emergente en Costa Rica con gran potencial por su alto valor nutritivo, su versatilidad en diversas industrias como la alimentaria, la cosmética o la forrajera y su capacidad para contribuir a la seguridad alimentaria y a la reducción de importaciones. Aunque, actualmente, su producción en el país es limitada, su cultivo representa una alternativa frente a productos tradicionales como los frijoles. 

La Universidad de Costa Rica (UCR), por medio del Centro de Investigaciones en Granos y Semillas (Cigras-UCR), desarrolla una diversidad de proyectos para rescatar y mejorar las variedades de soya que se adapten a las necesidades y las condiciones locales. 

Desde la década de los 90, el Cigras ha trabajado en proyectos relacionados con la semilla de la soya. Hoy, esa labor se refuerza gracias a un equipo que retoma el mejoramiento de este cultivo con técnicas modernas. 

Investigación de soya en laboratorio del Cigras

El estudiante Luján Salgado colabora con los proyectos relacionados con la soya que se desarrollan en el Cigras. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

El Dr. Luis Barboza Barquero, director del Cigras, explicó que el grano de la soya contiene cerca de 40 % de proteína, el doble de lo que tiene un frijol común. Por lo que se vuelve fundamental para dietas vegetarianas y veganas, además de ser esencial para la industria alimentaria y la producción animal.

También, ante escenarios de crisis, puede ser un cultivo emergente, que se convierta en una opción viable para diversificar la producción local. “Todo esto lo ligamos siempre a la seguridad alimentaria, buscar alimentos que estén disponibles, pero que no solo estén disponibles en buena cantidad, sino también que tengan un valor nutricional alto”, señaló Barboza. 

Parte de la investigación se centra en desarrollar variedades de soya bajo esquemas de mejoramiento genético convencional con el fin de que adapten a los periodos de 12 horas de luz y 12 horas de oscuridad, y se pueda mejorar su sabor, su tamaño, su contenido nutricional y el rendimiento en términos de producción. 

Semilla de soya

Se busca mejorar el sabor, el tamaño, el contenido nutricional y el rendimiento de la soya. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Para llevar a cabo este mejoramiento, se utilizan tecnologías como la secuenciación de ADN y el uso de marcadores moleculares para seleccionar genes clave relacionados con proteína, sabor y adaptación. También, se llevan a cabo análisis como la cromatografía líquida de alta eficiencia (HPLC) para identificar metabolitos valiosos, por ejemplo, variedades con alto contenido de vitamina E. 

Además, se busca registrar nuevamente, ante la Oficina Nacional de Semillas, la variedad Cigras 06, una semilla de soya de doble de propósito (forraje y grano), para que pueda ser comercializada de manera oficial y que eso también sirva de insumo para las personas productoras. 

Otra propuesta es hacer investigación en aceite de soya, para producir materia prima que se pueda exportar a regiones como África. 

Luis Barboza en laboratorio del Cigras

El Dr. Luis Barboza, director del Cigras, destacó el valor nutricional de la soya, que contiene alrededor de un 40 % de proteína. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

El trabajo del Cigras no se limita únicamente al laboratorio, ya que se está trabajando de la mano con productores, organizaciones internacionales y empresas nacionales. Han establecido alianzas con agricultores en el norte del país, explorado modelos de rotación con arroz y validado el uso de la soya como cultivo de servicio y forraje.  Uno de los retos actuales es encontrar un socio estratégico para la propagación de la semilla. 

Semilla de soya negra

Como parte de las investigaciones, se busca mejorar una variedad de soya negra, que incluso se ha utilizado para elaborar gallo pinto. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Barboza enfatizó en que se buscan desarrollar mayores encadenamientos con las personas productoras, para ofrecer alternativas y que los productos derivados de la soya tengan valor agregado, ya que no se pretende competir en términos de grandes extensiones del cultivo, ni con el grado de mecanización o de subsidios que tienen otros países. 

Así mismo, que tenga un valor social y que sea relevante para las personas, quienes, ya sea por necesidad o por estilo de vida, opten por producir su propia comida. 

Infografía sobre ventajas de la producción de soya

El cultivo de la soya tiene diversas ventajas. Ilustración: Rafael Espinoza Valverde.

Andrea Marín Castro
Andrea Marín Castro
Periodista Oficina de Comunicación Institucional
Áreas de cobertura: artes y ciencias agroalimentarias
andrea.mamhuhrincastro  @ucrmhdd.ac.cr

Comentarios:

0
    Utilizar cuenta UCR
    *

    Artículos Similares:

    Regresar Arriba