En el contexto de la revolución digital en la que vivimos, existe una gran demanda por una variedad de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (AEE): televisores, computadoras, teléfonos móviles, así como electrodomésticos de todo tipo (cada vez, además, más inteligentes), son cada vez más productos indispensables en nuestros hogares.
Sin embargo, el consumo de todos estos AEE tiene un importante impacto ambiental. Por lo tanto, es necesario informarse sobre cómo modificar los patrones de consumo hacia tecnologías más sostenibles con el ambiente.
Los consumidores tienen el poder: pueden decirles a los fabricantes que no solo interesa la computadora más delgada, o el celular con más colores, o electrodomésticos que “hagan juego” con la sala. Si se genera una demanda de aparatos electrónicos verdes o sostenibles ambientalmente, las empresas tendrán un incentivo económico para especializarse en este tipo de aparatos, de forma que sean más eficientes, con menos sustancias tóxicas y con altas expectativas de vida útil.
La principal herramienta de un consumidor ambientalmente responsable es la información. Así lo dejó claro el coordinador nacional para Costa Rica del Proyecto de Residuos Electrónicos de América Latina (PREAL), Luis Roberto Chacón Fernández, quien participó en el streaming Café Digital, del Programa Sociedad de la Información y el Conocimiento (PROSIC) de la Universidad de Costa Rica.
Chacón explicó algunos aspectos relacionados con la sostenibilidad que cualquier consumidor debe tener en cuenta a la hora de adquirir un AEE. Él insistió en que existe una responsabilidad compartida (entre el productor y el consumidor) en el manejo de los residuos generados por esos aparatos.
El experto enumeró nueve preguntas que cualquier persona debe hacerse a la hora de adquirir un aparato electrónico:
Muchas de estas respuestas implican un importante esfuerzo de búsqueda de información para el consumidor. Sin embargo, algunos datos a considerar y que pueden ayudar al proceso de decisión de compra de un AEE son los siguientes:
Chacón señaló que corresponde al sector público promover que este tipo de datos relevantes sean incluidos en los productos que se venden en el país. Un ejemplo de esto son las etiquetas amarillas en refrigeradoras de cualquier marca, donde se presenta la información sobre el consumo eléctrico del aparato, lo cual permite una comparación sencilla para el consumidor.
El experto también increpó que deberían exigirse prácticas similares en otro tipo de artefactos, de manera que sea más sencillo y práctico acceder a la información para poder hacer compras con mejor información.
Todo lo anterior no releva, en ninguna manera, la responsabilidad ambiental que deben tener quienes producen estos aparatos. Si bien hay muchos elementos de la sostenibilidad que deben ser acogidos e impulsados por las empresas productoras y por importadores de AEE, también queda claro que está en la voluntad del consumidor el hacer un esfuerzo por informarse y tomar decisiones más amigables con el ambiente cuando decida comprar un artefacto de este tipo.