Aunque la oportunidad de acceder a la educación superior pública ha sido clave para el desarrollo de estudiantes, familias y comunidades completas en la región atlántica del país, la lista de necesidades por atender sigue siendo extensa.
La realidad descrita fue expuesta de forma contundente durante la segunda sesión del Foro Institucional 2019 celebrado el 4 de octubre en la Sede del Atlántico de la Universidad de Costa Rica (UCR).
El espacio congregó a la comunidad universitaria, figuras políticas y representantes de diversos sectores sociales para analizar el impacto que ha tenido la presencia de la UCR en esta localidad y sus zonas de influencia, como los cantones de Paraíso y Guápiles.
La estudiante de la carrera de dirección de empresas en el Recinto de Guápiles, Arelys Oreamuno indicó que la oportunidad de ser estudiante de la UCR marcó su vida, al igual que lo ha hecho para otras personas a su alrededor.
La joven afirmó ser testigo de procesos transformadores en su comunidad, donde muchos de sus compañeros y compañeras son los primeros miembros de sus familias en ingresar a la Universidad y concluir una carrera, gracias al sistema de becas que se ofrece en este Recinto.
Sin embargo, la universitaria señaló la necesidad de fortalecer la presencia actual de la Institución en la zona y ampliar las posibilidades de ingreso a estudiantes de esta localidad, para quienes la UCR representa su única posibilidad de realizar estudios superiores.
La demanda de mayores opciones de ingreso a la UCR para estudiantes de las zonas rurales fue reiterada por la Mag. Amelia Figueroa Zúñiga, egresada de la primera promoción de Educación Indígena con Énfasis en Lengua y Cultura Cabécar.
La docente, que actualmente labora en una escuela indígena en la localidad de Chirripó, señaló la necesidad de llevar más información sobre los procesos de admisión a los territorios indígenas, como medida para hacer frente a las limitaciones que genera la distancia geográfica y la ausencia de acceso a internet.
Aunque la profesora reconoció el impacto de la labor institucional en la localidad de Turrialba, considera que la presencia de la UCR en la zona sigue resultando lejana para los jóvenes indígenas, quienes deben caminar hasta 6 horas para salir de sus territorios e iniciar el viaje a las aulas universitarias.
Sumado a lo anterior, señaló las limitaciones que vive esta población al enfrentarse a exámenes de admisión en español, idioma que en muchas ocasiones no comprenden plenamente, pues su lengua materna es el cabécar.
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“Antes no había escuelas ni colegios en los territorios, ahora nos falta una universidad”, enfatizó Figueroa, quien contabilizó la existencia de 70 escuelas primarias y siete liceos rurales en esta localidad indígena, espacio que requiere contar con profesionales en diversos campos para atender sus necesidades.
La importancia de preparar profesionales locales para impulsar el desarrollo de las comunidades también fue expresada por el estudiante de Turismo Ecológico del Recinto de Paraíso, Diego Ramírez Calvo, que afirmó que el 60 % de las actividades económicas de su cantón depende de la oferta de servicios.
El universitario destacó la importancia que tiene la actividad turística en la localidad de Paraíso y el papel clave ejercido por la UCR para la formación de profesionales en esta industria, quienes desde su etapa como estudiantes aportan a los emprendimientos locales.
A criterio de Ramírez, la labor de la Universidad en la localidad debe continuar trascendiendo las aulas y generar nuevos espacios de articulación con la comunidad, a fin de generar iniciativas que favorezcan el desarrollo local.
El docente del Recinto de Paraíso y asesor legislativo, Rafael Sánchez Meza, participó en el último espacio de debate de este Foro para señalar la importancia de articular procesos entre la academia y la sociedad, con el objetivo de generar políticas públicas que impacten la realidad de las comunidades.
Sánchez recordó que varios de los cantones de influencia de la Sede del Atlántico de la UCR cuentan con bajos índices de desarrollo humano y afirmó que esta realidad evidencia la necesidad de una mayor intervención académica y gubernamental.