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Investigación con los sentidos

Sonidos de la Península de Osa podrían usarse con fines terapéuticos

Proyecto Osa Sensorial busca mejorar la calidad de vida de personas con discapacidad
20 jun 2017Salud
Playa Península de Osa
En ambientes naturales, como los que ofrece la Península de Osa, existen sonidos que van desde el trinar de las aves por la mañana o al anochecer, hasta las fuertes lluvias y vientos que sumergen a los visitantes en una experiencia sensorial.  Anel Kenjekeeva

La Península de Osa es un sitio privilegiado por la naturaleza donde la diversidad de flora y fauna conforma diferentes ambientes naturales llenos de sonidos. Percibir estos sonidos puede servir para mejorar la calidad de vida de muchas personas y especialmente para realizar intervenciones con personas con discapacidad.

Bajo esta premisa, el proyecto Osa Sensorial ha iniciado un proceso de investigación en la Península de Osa, con el apoyo de la Universidad de Costa Rica, con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad a través de los sonidos de la naturaleza.

En este proyecto trabajan en conjunto un equipo de profesionales, donde se incluyen personas con distintas discapacidades, del Centro Socioambiental Osa y la Asociación en Pro de la Calidad de Vida Jireh y el Recinto de Golfito de la Universidad de Costa Rica a través de la profesora M.Sc. Hellen Solís Hernández, geográfa, especialista en manejo y conservación de vida silvestre.También se contó con el apoyo de personas de las comunidades.

Parte del grupo de trabajo, De izquierda a derecha Verónica Ureña (vecina de la comunidad de Rancho Quemado), Jeanne Valet, Xavier Vaupré, (Turistas franceses invitados) Hellen Solís (Profesora del Recinto de Golfito), Jeannette (invitada), Ana, Jenny Esquivel (Asociación Jireh), Roberval Tavares (Centro Socioambiental Osa) Foto cortesía de Hellen Solís.
 

Frecuencias de bienestar

El objetivo de este equipo es conocer las frecuencias de sonidos presentes en diversos ecosistemas: bosque secundario, bosque de manglar, zona costera y océano y las zonas del cuerpo humano donde intervienen para utilizarlos como herramientas para mejorar la calidad de vida de las personas con distintas discapacidades.

A finales de enero y principios de febrero de 2017 se realizaron grabaciones con el fin de reconocer algunos de los sonidos que la naturaleza de la Península puede ofrecer. En la gira también se buscaba que las personas con discapacidad entraran en contacto con la naturaleza y que lograran percibirla a través de sus sentidos.

Las grabaciones se realizaron en diferentes horas del día, incluyendo la mañana y la noche. Se usaron distintos equipos de grabación, incluyendo aquel que puede registrar ultrasonidos, que son los sonidos que no logramos detectar por ser de frecuencias muy altas.

Se colectaron datos en los poblados de Escondido, en el proyecto ecoturístico Jacana Rey Tours, en la parte marina en el Golfo Dulce, en un ecosistema de playa en el Parque Nacional Piedras Blancas, en el ecosistema de manglar ubicado en Playa Colibrí, en un sitio de recuperación en la comunidad de Rancho Quemado, y por último, en la comunidad el progreso de Drake.

En este mapa interactivo puede observar los puntos donde se realizaron las grabaciones, las frecuencias detectadas y los estados de bienestar asociados a cada lugar:

Conexión entre mente, cuerpo y entorno

Los resultados preliminares muestran que en el poblado de Puerto Escondido las frecuencias promedio en Hz son 10,6, en el Golfo Dulce-Piedras Blancas de 21,9, en el manglar de Playa Colibrí es de 17,8, en Rancho Quemado de 13,7 y en el Progreso de Drake de 43.4.

Los investigadores sostienen que estas frecuencias actúan en diferentes partes del cuerpo humano y se relacionan con distintas emociones. Esas relaciones se establecen con información bibliográfica y datos ya publicados donde se habla de como ciertas frecuencias intervienen en diferentes partes del cuerpo, según detalló la investigadora Hellen Solís.

En Puerto Escondido, por ejemplo, la frecuencia se relaciona con estado de alerta, conexiones entre la mente y el cuerpo, en el eje de sueño y estado de relajación, en Golfo Dulce-Piedras Blancas la frecuencia se relaciona con un cuerpo relajado, liberación de estrés y mejora de la inteligencia.

En el manglar de Playa Colibrí las frecuencias se relacionan con estados de alerta, pensamiento activo, energía y acción; en Rancho Quemado con euforia, aprendizaje, husos del sueño y concentración; por último, en el Progreso de Drake, las frecuencias se relacionan con estados de alerta, resolución de problemas en situación de miedo y mecanismo de defensa.  

 Esta investigación fue exploratoria y se espera los resultados sean utilizados en las intervenciones con personas con discapacidad en la Península de Osa y como base para la creación futura de un centro de intervenciones que utilice los recursos naturales del lugar.

Katzy O`neal Coto
Katzy O`neal Coto
Periodista Oficina de Divulgación e Información
katzyhktx.oneal  @ucrhimu.ac.cr

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