Saltar Navegación
Entrevista en profundidad

Dr. Alpízar: “En personas jóvenes con sobrepeso, es esperable que un cáncer ocurra más temprano”

El Dr. Alpízar amplía cómo el exceso de peso puede incidir en daños acumulativos en el ADN e impulsar el desarrollo temprano de un cáncer
26 jun 2025Salud

En la entrevista anterior, conversamos en profundidad con el Dr. Warner Alpízar Alpízar, biólogo especialista en cáncer de la Universidad de Costa Rica (UCR), quien explicó cómo el sobrepeso y la obesidad crean un ambiente propicio para la aparición y la progresión del cáncer.

Reviva la primera entrevista aquí:

¿El sobrepeso ayuda a generar cáncer? 

La ciencia dice que sí y aquí se lo explicamos

No obstante, desde la UCR quisimos ampliar un aspecto de importancia que mencionó el científico en la primera entrevista: el peligro de un aumento en el número de personas jóvenes diagnosticadas con cáncer, menores de 50 años y adultos jóvenes productivos, podría, al menos parcialmente, estar asociado con el exceso de peso. Primero, veamos los datos.

Un estudio divulgado en el 2018 por la Revista Científica Obesity (Silver Spring) revisó más de 100 publicaciones científicas para analizar la asociación de la obesidad con la aparición de cánceres en personas adultas jóvenes menores de 50 años. ¿El resultado? Preocupante.

El análisis evidenció que “existen datos suficientes para sugerir una influencia de la pandemia de obesidad en el aumento del cáncer entre adultos jóvenes”, cita el estudio. Si repasamos las cifras de la Agencia Internacional de Investigación para el Cáncer (IARC), los números respaldan este hecho.

Actualmente, la IARC apunta que, a nivel mundial, cerca de un 3,6 % de nuevos casos de cáncer asociados a la obesidad ocurren en personas adultas.

A nivel específico de cada país, esa misma Agencia indica que en algunas naciones el porcentaje puede llegar a ser del 8.5 % y, para el Dr. Alpízar, hasta del 10 % si se contempla tanto el sobrepeso como la obesidad en su conjunto.

En Costa Rica, el Observatorio Global del Cáncer del 2022 expone que cerca de 13 000 de personas son diagnosticadas con esta enfermedad cada año. Según el experto, si se tomara como base un 10 %, esto significaría que 1 300 personas podrían tener cáncer atribuido al sobrepeso y a la obesidad.

La situación se vuelve aún más inquietante cuando inspeccionamos la delicada situación de salud que vive Costa Rica.

En el 2024, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) indica que Costa Rica tiene uno de los porcentajes más altos de prevalencia de obesidad en personas adultas con casi un 30 %.

Al mismo tiempo, el censo de Peso y Talla 2016 de Costa Rica expone que cerca de un 34 % de escolares analizados en el estudio presenta sobrepeso y obesidad.

En ambos grupos de edad, parte de las razones se vinculan a los ambientes promotores de sobrepeso en el país, que inician en el hogar y se fortalecen por la amplia disponibilidad alimentaria en el país. Esto ya lo había alertado la Escuela de Nutrición de la UCR.

Entonces, ¿el panorama más predecible? La llegada de una nueva generación más enferma, con mayores problemas cardiovasculares, de hipertensión, diabetes y, ahora, también con riesgo de cáncer.

“En Costa Rica, el número de niños y adolescentes con sobrepeso y obesidad es creciente. Si una persona joven tiene ese factor de riesgo, es esperable que el cáncer ocurra más temprano”, alertó el Dr. Alpízar. En efecto.

La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) señala que, actualmente, el cáncer es la principal causa de muerte prematura en Costa Rica —específicamente en personas menores de 75 años—.

Asimismo, para el año 2050, la OCDE prevé un aumento significativo, en el cual una de cada seis muertes prematuras en el país será por esta enfermedad.

Por eso, ante esa nueva inquietud, el Dr. Alpízar decidió profundizar sobre la vulnerabilidad de la población joven frente al cáncer asociado con el sobrepeso y la obesidad, así como las diferencias metabólicas entre hombres y mujeres para el desarrollo de la enfermedad, el impacto del tejido adiposo visceral y el papel de la microbiota intestinal en este complejo escenario.

Por supuesto, el experto también expresó la necesidad urgente de motivar la generación de políticas públicas costarricenses que protejan a las generaciones futuras.

Lea la primera entrega:

¿El sobrepeso ayuda a generar cáncer?

La ciencia dice que sí y aquí se lo explicamos

Jóvenes vulnerables

—Dr. Alpízar, gracias por acompañarnos en esta segunda entrega y, nuevamente, le recomendamos a quienes nos leen revisar la primera parte.

Ahora, le quiero preguntar, ¿hay alguna etapa de la vida en la cual una persona con sobrepeso y obesidad sea más vulnerable a desarrollar cáncer?

—WAA: “En todas las etapas de la vida la acumulación de grasa en exceso debería preocuparnos.

Para que el cáncer ocurra, se requiere acumular daño en el ADN. Si hay presencia de obesidad y sobrepeso, hay una mayor posibilidad de presentar una inflamación crónica y estrés oxidativo.

Ese estrés oxidativo genera algo que se llama radicales libres —moléculas inestables que perdieron electrones— las cuales, en su búsqueda por estabilizarse, nos puede llevar al daño del ADN, como indiqué antes. 

Hay una investigación que se hizo con menores de 19 años hace unos años atrás en los Estados Unidos, Australia y Finlandia, que era con aproximadamente 21 000 niñas, niños y adolescentes.

Al darles un seguimiento durante varios años, esta investigación demostró que esta población de estudio con sobrepeso y obesidad poseía un riesgo aumentado de morir por cáncer en una edad relativamente temprana antes de los 50 años. 

¿Qué quiere decir esto? Que si una persona se expone a los factores de riesgo de cáncer temprano, el cáncer, entonces, puede aparecer más temprano. No necesariamente es que a usted le va a dar cáncer más rápido, es que usted empezó su exposición al riesgo más temprano en su vida. 

A mí, en lo personal, me preocupa el hecho de que aumente el número de personas menores de 50 años con diagnóstico de cáncer, porque muchas veces son el sustento de sus familias.

Entonces, si bien nos deben preocupar todas las edades, por el impacto social y económico, creo que tenemos que intervenir a las poblaciones jóvenes para que tengan una calidad de vida adecuada cuando lleguen a la edad productiva o, incluso, cuando envejezcan”.

—Dr. Alpízar, ¿existe alguna diferencia en cómo la obesidad influye en el riesgo metabólico de cáncer entre mujeres y hombres jóvenes?

—WAA: “Pareciera que sí, lo que pasa es que no está del todo claro. Hay algo que es un hecho, y es que los hombres y las mujeres a nivel metabólico tenemos diferencias sutiles que sí pueden marcar la diferencia si se trata de desarrollar una enfermedad.

Por ejemplo, si se habla del cáncer atribuible a la obesidad, este sí puede ser ligeramente diferente por cómo los hombres y las mujeres acumulamos grasa. En ambos, esa acumulación es diferente por un motivo biológico. 

Los hombres tienden a acumular más grasa visceral que las mujeres. Entonces, sí podría haber una diferencia que todavía no está del todo clara, pero pareciera ser que hay una diferencia en los tipos de cáncer que se generan en hombres y en mujeres.

Al revisar las cifras, en hombres el cáncer de esófago atribuido a la obesidad suele ser más frecuente que en mujeres. Por su parte, el cáncer de colon atribuido a la obesidad suele ser dos veces más frecuente en hombres que en mujeres. Eso sí, no podemos generalizar”.

—Y, en mujeres, según la edad, ¿hay diferencias entre aquellas premenopáusicas (jóvenes menores de 50) y las posmenopáusicas (mayores a 50)?

—WAA: “Sí. La obesidad, como  factor de riesgo, ha sido más contundentemente asociado con  el cáncer de mama postmenopáusico.

Cuando el cuerpo de una mujer deja de producir hormonas sexuales en los órganos ginecológicos, las células adiposas pueden reemplazar eso. Hay unas enzimas (proteínas especializadas) que son capaces de convertir algunos lípidos del tejido adiposo en estrógenos.

Debido a esa producción, la obesidad es un factor de riesgo importante para el cáncer de mama posmenopáusico”.

—Qué interesante, doctor. También se sabe que cuando hay sobrepeso, especialmente con grasa visceral, las células del cuerpo comienzan a responder mal a la insulina. ¿Esa resistencia puede incidir en el desarrollo de un cáncer, especialmente, en población joven?

—WAA: “La resistencia a la insulina en sí misma es un problema, pero también lo es la  hiperinsulinemia (exceso de insulina en la sangre).

La hiperinsulinemia es cuando estoy comiendo un exceso de carbohidratos (azúcares) y, en respuesta, estoy liberando insulina de forma constante. ¿Por qué? Porque los carbohidratos hacen que se libere insulina a la sangre de forma constante.

Si tengo insulina en mi sangre siempre, a mediano plazo esto va a empezar a ocasionar resistencia. El páncreas, para intentar compensar, libera más y más insulina, hasta que, finalmente, ya no le es posible compensar y se genera una resistencia completa a la insulina.

La insulina no es solo una señal que le dice a la célula: ‘use el azúcar’. La insulina es un factor que propicia la proliferación celular porque es un factor de crecimiento.

Si yo tengo hiperinsulinemia, es decir, insulina en sangre elevada siempre, esto le da a la célula una señal que le dice: ‘crezca’. Entonces sí, la hiperinsulinemia puede ser un factor que propicia la génesis y progresión tumoral. Incluso, según una revisión de Cancer Cell, puede incidir en la aparición temprana del cáncer de colon.

Si bien la  hiperinsulinemia está menos vinculada con el inicio de un cáncer desde su inicio, si una persona ya tiene células que están en camino a ser cancerosas, la hiperinsulinemia puede acelerar el proceso de crecimiento del cáncer”.

—Estuve leyendo algo muy curioso, Dr. Alpízar, que explica que la alimentación influye en la generación de sobrepeso y obesidad y, por lo tanto, en la posible generación de cáncer con base en lo que ya hemos conversado.

No obstante, también hay otros estudios que indican que no todo el sobrepeso asociado al cáncer tiene que ver con el consumo de la comida chatarra. ¿Qué opina usted al respecto?

—WAA: “Totalmente. Hay personas más propensas a tener sobrepeso, porque hay cuestiones genéticas asociadas con la hipercolesterolemia (colesterol alto) o hiperlipidemia (colesterol y triglicéridos elevados).

Básicamente, los genes que participan en el metabolismo de los lípidos (gestión de las grasas) no funcionan correctamente. Entonces, esas personas son más propensas a desarrollar sobrepeso y obesidad.

Por eso, no podemos decir que todas las personas que desarrollen sobrepeso y obesidad es por estilos de vida inadecuados, porque si hay un grupo que, a nivel genético, es más propenso a esto. Incluso, se podría tener una explicación evolutiva”.

—¿Explicación evolutiva? ¿Como la memoria genética heredada por nuestros ancestros?

—WAA: “En parte. Hace miles de años, nuestros ancestros eran recolectores y cazadores. Nosotros evolucionamos como buenos ahorradores de moléculas energéticas porque no siempre había comida. Resulta que ahora vivimos en un mundo en donde abunda la comida y, en muchas ocasiones, la comemos por placer, no por necesidad.

A nivel biológico eso es un desacople evolutivo, porque genéticamente evolucionamos como buenos ahorradores energéticos, pero culturalmente ahora vivimos en un mundo industrializado de exceso de fuentes de energía metabólica. Entonces, somos buenos ahorradores de esas moléculas energéticas, cuando ya no se necesita acumular tanto”.

—Ahora, quiero ir a otro campo: el de la microbiota intestinal. ¿Hay relación con el desarrollo de cáncer? Es decir, ¿hay bacterias intestinales “protumorales” favorecidas por las dietas altas en grasas?

Pregunto esto por el informe del Ministerio de Salud en el 2022, que menciona un consumo relevante de comida ultraprocesada en la población joven de Costa Rica.

—WAA: “Sí. La obesidad puede modificar la diversidad de la microbiota. La microbiota es como si fuera un ecosistema, yo la comparo con el bosque de Monteverde.

La microbiota tiene que ser diversa, así como el bosque de Monteverde, donde coexisten diferentes especies de bacterias con hongos y virus bajo una armonía ecológica; es decir, es diversa, hay muchas especies y se establecen relaciones allí, algunas de mutualismo y  otras de competencia.

El problema es que, cuando usted consume altos contenidos de azúcar o de grasa, esa diversidad empieza a verse afectada. Es como si al bosque, eventualmente, le cambiamos la temperatura: hay algunas especies que van a morir.

Esto mismo sucede con el exceso de azúcar y el exceso de grasas, que hacen que la microbiota gastrointestinal se vuelva menos diversa, empiezan a abundar las especies que se alimentan de grasa y azúcar y desaparecen aquellas que se alimentan de fibra y generamos un desbalance.

La microbiota diversa y balanceada es un factor relevante, incluso, para entrenar al sistema inmune. El sistema inmune está sano, robusto y bien entrenado cuando la microbiota es diversa.

En resumen, si usted tiene una alteración en la microbiota por un exceso de grasa o de azúcar, su sistema inmunológico podría descalibrarse y, a nivel metabólico, también tener efectos que promuevan el desarrollo del cáncer”.

¿Es Costa Rica procáncer?

—Ya para ir concluyendo, Dr. Alpízar, ¿en qué nos debemos preocupar ahora mismo como país?

—WAA: “En la inacción. Sabemos que tenemos una población creciente de niñas, niños y adolescentes con sobrepeso y obesidad —lo cual, a futuro, se traducirá en enfermedad— y que no estemos haciendo mucho para cambiar esto es grave.

En estos momentos tampoco tenemos regulado el etiquetado de los productos alimentarios mediante una política como en otros países, cuando se sabe que los productos ultraprocesados hipercalóricos aportan una mayor cantidad de calorías que se traduce en sobrepeso. De esto hay mucha evidencia científica”.

—Incluso, son los más adictivos. La revista científica BMJ explicó, en el 2023, que estos alimentos generan niveles de dopamina similares a los de sustancias adictivas como la nicotina o el alcohol.

—WAA: “Efectivamente. En estos alimentos se agregan algunos ingredientes que los hacen más adictivos. A veces, yo prefiero no llamarlos alimentos.

Entonces, si no actuamos ya, vamos a tener un problema que ya ha sido más que anunciado. Si no hacemos nada diferente a lo que venimos haciendo hasta ahora, el problema se va a materializar.

Creo que tenemos que actuar de verdad, de forma decidida y pronto, pero no lo estamos haciendo. Es casi como patear la bola para adelante, pero el problema sigue allí y se nos va a venir encima.

Ahora, tal vez algunos sectores se benefician económicamente de no hacer nada, pero a futuro eso va a representar una pérdida, incluso para esos sectores que hoy día no quieren hacer nada, porque tendremos a una población enferma que no podrá trabajar de la misma manera.

Es una pérdida en todos los sentidos, en la calidad de vida individual, en la productividad del país, para el sistema de salud y del colectivo”.

—A eso le añadimos la ansiedad y el estrés que se vive en la sociedad costarricense. La Política de Salud Mental, compartida por el Ministerio de Salud en el 2024, reconoce un deterioro preocupante de la salud mental en la población.

—WAA: “Y eso es otro riesgo. Ya sabemos que las hormonas que se liberan en respuesta al estrés y ansiedad desactivan las células inmunológicas capaces de combatir a la célula tumoral y favorecen la progresión tumoral cuando llega un tumor.

Aquí hay una relación de varios factores. El estrés puede hacer que las personas modifiquen  los estilos de vida, por ejemplo que coman más de lo que deberían. Esto puede generar sobrepeso y obesidad. Consecuentemente, el riesgo de desarrollar cáncer se amplía”.

—Para cerrar, Dr. Alpízar, ¿qué debe hacer Costa Rica ahora mismo como país?

—WAA: “Costa Rica debe dejar atrás la inacción y comprometerse seriamente con el diseño e implementación de políticas públicas efectivas orientadas a reducir la exposición de la población a los factores de riesgo que generan cáncer.

Esto implica acciones concretas en distintos niveles: regulación de la publicidad de los alimentos ultraprocesados, creación de entornos más saludables que promuevan la actividad física desde edades tempranas, educación nutricional continua y el fortalecimiento del primer nivel de atención en salud para la detección oportuna.

Si no tomamos decisiones valientes ahora, el país podría no estar preparado para enfrentar una carga creciente de casos de cáncer, tanto en adultos mayores como en personas cada vez más jóvenes.”

Jenniffer Jiménez Córdoba
Jenniffer Jiménez Córdoba
Periodista Oficina de Comunicación Institucional
Área de cobertura: ciencias de la salud
jenniffer.jifokzmenezcordoba  @ucrozxq.ac.cr

Comentarios:

0
    Utilizar cuenta UCR
    *

    Artículos Similares:

    Regresar Arriba