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Iniciativa de Vicerrectoría de Docencia apoyará a docentes interinas este 2023

PUBLICARE se convirtió en un espacio de apoyo colectivo y sentido de pertenencia para personal académico femenino

Primer grupo envió 18 publicaciones, la nueva generación tiene como meta dos publicaciones o más por cada profesora.
6 mar 2023Vida UCR

De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Laura Brenes del CICA, María Andrea Araya de la Escuela de Psicología, Elena Chaves de Ingeniería Topográfica, Mariechen Wust de Ciencias de la Comunicación Colectiva, Gabriela Davidovich de Tecnología de Alimentos, Karol Rojas de Salud Pública, Harlen Alpízar de la Sede Regional de Occidente, Cristina Paniagua de Formación Docente, Karla Chaves de Educación Física y Deportes, Andrea Sancho de Arquitectura, Shirley Vargas de Enfermería y Marisol Mayorga del Recinto de Paraíso (Sede del Atlántico).

Este 2023 se engrosará la lista de mujeres a la que la Vicerrectoría de Docencia le dará un ¼ de tiempo o 10 horas asistente para escribir capítulos de libros o artículos a partir de resultados de investigaciones, proyectos de docencia o acción social o tesis de maestría y doctorado defendidas en los últimos tres años.  

Seis de ellas tendrán nombramiento para dedicarse a escribir: Harlen Yadira Alpízar Rojas de la Sede Regional de Occidente, Shirley Karina Vargas Chaves de Enfermería, Cristina Paniagua Esquivel de Formación Docente, Karol Rojas Araya de Salud Pública, Elena Chaves Chaves de Ingeniería Topográfica y Mariechen Wust Picado de Ciencias de la Comunicación Colectiva. Por su parte, otras seis tendrán asistentes: Laura María Brenes Alfaro del Centro de Investigación en Contaminación Ambiental, Gabriela Davidovich Young de Tecnología de Alimentos, Karla Chaves Castro de Educación Física y Deportes, Marisol Mayorga Castro del Recinto de Paraíso, Andrea Sancho Salas de Arquitectura y María Andrea Araya Carvajal de Psicología.  

La directora de la Red Institucional de Formación y Evaluación Docente (RIFED), la Dra. Tatiana Aguiar Montealegre, continuará a la cabeza de PUBLICARE. A todas se les dará el acompañamiento semanal pues “se genera una buena sinergia dentro del espacio, hacemos muchos ejercicios de escritura. Además, permite retroalimentación, conocer a las personas y reflexionar sobre los diferentes retos que tienen las mujeres académicas”, afirma Aguiar.  

Para esta nueva edición, se contará con la participación de personas especialistas que les ayudarán a escoger la revista académica considerando las principales características más adecuadas, el cuartil y su grado de impacto. Así mismo, recibirán una sesión de estrategias de escritura creativa para favorecer transformaciones en los procesos de desarrollo de un texto escrito.  

Aguiar comenta que, “aunque tenemos un grupo de áreas muy distintas, las dificultades van más allá del campo disciplinar. Tienen que ver con la manera en que muchas podemos llegar a vivir y conceptualizar la escritura: una actividad solitaria, desgastante, lenta y poco satisfactoria. PUBLICARE siempre ha tenido una línea en torno a descubrirse a través de la escritura y atreverse a experimentar con las palabras”. 

En racimo 

La primera generación escribió a mano una carta a las nuevas docentes que comenzarán en marzo PUBLICARE para que confíen en sus capacidades y que disfruten el proceso que las espera. Para todas ellas el espacio fue trascendental. “En el grupo estábamos entre académicas que enfrentamos situaciones similares en nuestro quehacer universitario. Esto facilita una comunicación sincera desde el principio. Es maravilloso poder intercambiar experiencias y pensamientos en un ambiente de complicidad y bondad entre todas, en un entorno en que nos escuchamos y tratamos con afecto”, expresa la Dra. Soili Buska Harju, docente de la Escuela de Historia y parte de la primera generación de PUBLICARE.  

Coincide con ella la profesora del Centro de Investigación en Biología Celular y Molecular, la Mag. Heidy M. Villalobos Barrantes. Para ella, el espacio es diferente por “la energía que se genera y la manera tan libre en que podemos expresar ciertas cosas que solo nos ocurren a las mujeres, como es la brecha de género en la parte científica. A las mujeres nos cuesta más escribir o contamos con menor producción científica porque, además, tenemos otras responsabilidades que no necesariamente tienen los varones”. 

Ambas culminaron sus procesos con publicaciones enviadas a revistas indexadas. Soili Buska con el tema “Discursos sobre la diferencia: representaciones de Guanacaste en Costa Rica, siglos XIX-XX”. Heidy Villalobos con dos artículos sobre diversidad genética en árboles y plantas (Diversidad genética de Hyeronima alchorneoides (Allemao) usando AFLP (polimorfismos en la longitud de los fragmentos amplificados” y "Datos preliminares de diversidad genética de dos árboles neotropicales en bosques de crecimiento antiguo de Costa Rica”). 

Para Soili, su mayor avance fue “lograr bajar los niveles de ansiedad y relajarme a la hora de escribir. El mayor reto fue organizarme para escribir en medio de clases presenciales, después de dos años y medio de docencia virtual. En los dos aspectos, las sesiones semanales me resultaron muy provechosas.” Heidy, por su lado, ahora siente mucha más confianza en sí misma. “Tuvo en un impacto a nivel de autoestima muy positivo, de reafirmación como persona, como mujer, como profesional”.  

 

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