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Luis Vicente Miranda, graduado a sus 69 años

Un ejemplo de perseverancia hace repensar el cierre de la carrera Inglés a Distancia

El Programa fortaleció sus capacidades virtuales gracias al confinamiento por la pandemia
12 dic 2022Artes y Letras

Luis Vicente Miranda, egresado de la carrera Inglés a Distancia

Luis Vicente Miranda ingresó al Programa Inglés a Distancia en el 2013 y obtuvo su título hace pocos meses. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Laura Rodríguez Rodríguez

Luis Vicente Miranda fue la cara más conocida de Costa Rica durante algunas semanas, gracias a que varios medios de prensa destacaron su espíritu luchador y perseverante al obtener su título universitario en la carrera de Inglés a Distancia, luego de casi una década de estudio y a las puertas de cumplir sus 70 años.

Él representa a muchas personas que por vivir lejos de un centro universitario o por complicados horarios laborales no pueden asistir a lecciones presenciales, pero sí pueden cumplir con las obligaciones académicas que impone una carrera, gracias a los medios tecnológicos que se popularizaron a partir del confinamiento que impuso la pandemia por COVID-19.

“La necesidad mía es la necesidad de un sinfín de gente en zonas rurales y, con gran sorpresa, en zona urbana también, por diversos motivos”, remarcó Luis Vicente en una reciente visita que hizo a la Escuela de Lenguas Modernas de la UCR, donde destacó la alta calidad del programa e hizo algunas sugerencias para mejorarlo; entre ellas, ofrecer nuevos cursos optativos como inglés para educación, inglés para turismo, inglés para administración de negocios e inglés para STEM, con un vocabulario diferente para favorecer la plasticidad del cerebro a la hora de absorber un nuevo idioma.

Reconoció que le sorprendió muchísimo convertirse en noticia nacional al obtener su título de la UCR. “Nunca lo esperaba, jamás. Lo que significa para mí es demostrarle a la sociedad que no todos los mitos de la vejez son reales: que el viejo no puede aprender, que el viejo no tiene capacidad, que el viejo no persiste. Yo no puedo permitir que la opinión de aquella persona sea mi realidad, como el dicho del hindú: yo camino como elefante, no importa cuántos perros ladren”, subrayó.

“Para nosotros los viejos, que nos dicen que ya no podemos aprender, que somos una parte de la sociedad que hay que aislarla, tenemos que aprender que lo negativo que digan las otras personas de uno no se debe convertir en nuestra realidad.”

Luis Vicente Miranda

Para Miranda, las personas mayores y la población joven tienen mucha capacidad de aprendizaje, solo requieren estrategias específicas y otras oportunidades para avanzar.

“Yo lo hice por el placer de aprender y por una deuda conmigo mismo. Una de mis hijas vive en ‘Estados’ con mi nieta. Yo quiero que aprenda español, pero yo tengo que aprender el idioma de ella; aparte de que siempre me gustó. […] Empecé llevando solo un curso por cuatrimestre porque mi objetivo era aprender inglés, no la carrera en sí, pero con el tiempo me fui dando cuenta que podía terminar la carrera”, contó Miranda.

La deuda a la que se refiere Luis Vicente es que por algunos años impartió lecciones de inglés en varias universidades privadas de San Carlos sin contar con un título que lo respaldara, aunque su afición de toda la vida por el idioma le permitió enfrentar el reto de la docencia con estudiantes recién salidos de la secundaria que arrastraban deficiencias en su formación en inglés. Eso sí, cuando se referían a él como “el profe de inglés”, Miranda confiesa que no hallaba dónde meterse.

“Con las únicas con las que puedo practicar el idioma es con mi hija y con mi nieta cuando vienen a visitarme. Vivo en una finca y trabajo en ella, le hablo a las vacas y no me contestan aunque les hable en inglés. Lo que hago es ponerme a leer y, de vez en cuando, veo un video para tratar de mantenerlo. Sé que con el transcurso del tiempo voy a olvidar algunas cosas por la falta de práctica. Yo no voy a ir a buscar trabajos que involucren en inglés, ya me pasó esa etapa”, reconoció Miranda.

Pero no es necesario que Luis Vicente busque trabajo en inglés, porque el trabajo ya se está encargando de encontrarlo a él. Algunos peones de su finca le han pedido que los ayude con el inglés que están llevando en el colegio y, particularmente, uno de ellos que cursa el décimo año reconoce que las tutorías de Miranda le han sido de gran ayuda.

“Yo fui bendecido, yo nací con una estrella, en serio. Imagínese que yo nací en la Boca del Río San Carlos cuando se duraba tres horas en llegar a un lugar que se llama Muelle en bote; y de ahí, la gente cogía caballo o a pie o en carreta para llegar a Ciudad Quesada; la carretera llegaba a Naranjo; y ¡véame donde estoy!”

Luis Vicente Miranda

Luego de graduarse como técnico agrónomo en la extinta Escuela Técnica Agrícola de San Carlos a principios de los setentas, Luis Vicente trabajó en las bananeras, vendió productos veterinarios y desarrolló un proyecto agropecuario antes de descubrir su verdadera vocación: la docencia. Su formación inicial la complementó con una maestría en currículo que le abrió las puertas en la educación superior privada del norte del país, donde ejerció varios cargos, aparte de ser el “profe de inglés”.

De los cuadernos a la computadora

Acostumbrado a una educación de apuntes en un cuaderno, libros de papel y anotaciones en la pizarra, Luis Vicente tuvo que familiarizarse con el mundo tecnológico para cursar la carrera de Inglés a Distancia. La inducción que recibió al inicio no fue suficiente y tuvo que hacer varias “llamaditas” a la coordinación para comprender algunos procedimientos que debía hacer en línea. Ese aprendizaje se incrementó aceleradamente desde el 2020, cuando todo el sistema educativo se acogió a las clases mediadas por computadora en razón del confinamiento sanitario impuesto por la pandemia por COVID-19.

Este proceso de asimilación no fue fácil para Luis Vicente, quien tuvo malas experiencias por creer que una prueba sincrónica puede efectuarse en cualquier momento o por olvidarse de hacer clic en un enlace al finalizar un examen. Justamente esto fue lo que le pasó en un curso y la prueba no quedó registrada en el sistema. Al no obtener ningún punto, quedó obligado a sacarse un 95 en el siguiente examen para ir a ampliación.

“Me saqué un 98, gracias al esfuerzo y a que pagué tutorías. Además, pasé el examen de ampliación, en buena parte por la formación complementaria que siempre he buscado a lo largo de la vida. Esa experiencia me animó a terminar la carrera. Si gané esto, en estas condiciones, puedo ganar cualquier cosa. Así que, ¡sigo para adelante!”

Eso le sucedió en el curso Literatura británica y, paradójicamente, fue el que más disfrutó durante toda su carrera, por todas las curiosidades históricas y culturales que encierra, así como por su gran variedad de autores y estilos narrativos, entre los que destaca a Edgar Allan Poe.

“Si no entiendo un video, van a existir cientos de videos de lo mismo explicados desde otro punto de vista que yo voy a entender. Eso hay que desarrollarlo. Y los que no somos ordenados, ver cómo nos ordenamos para cumplir. El asunto es dedicarle el tiempo al aprendizaje del idioma que son muchas horas y que muchos cursos en la calle no los ofrecen como los ofrece la Universidad de Costa Rica”, manifestó Miranda.

Entre el cierre técnico y la continuidad

Allen Quesada Pacheco, director de la Escuela de Lenguas Modernas, explica que la carrera de Inglés a Distancia se creó hace más de una década bajo la modalidad de “Programa Especial”, el cual no exigía la aprobación del examen de admisión y era por un tiempo definido. Por este motivo, la Vicerrectoría de Docencia recomendó su cierre técnico y la creación de una nueva propuesta curricular. El proceso de cierre inició en noviembre del 2018 y ya para el 2019 no se recibieron nuevos estudiantes.

Sin embargo, a la vuelta de un año, toda la Universidad se volcó a la virtualidad en razón de la pandemia por COVID-19 y la carrera de Inglés a Distancia se nutrió de nuevas herramientas y metodologías que la fortalecieron. En la nueva normalidad en la que el estudio combina la presencialidad con las lecciones y tareas a distancia, para muchas personas resulta paradójico que la Universidad cierre una carrera como esta.

“En el 2020, la pandemia nos demostró que programas como el nuestro, son una muy buena opción para las personas que les interesa seguir con esta modalidad de estudio. Definitivamente es muy importante conseguir los fondos necesarios para retomar el análisis de una propuesta que le permita a la Escuela de Lenguas Modernas seguir ofreciendo el Bachillerato en Inglés, Modalidad a Distancia”, afirmó Quesada.

En esta línea, el director de la Escuela de Lenguas Modernas asegura que se hará un nuevo estudio de factibilidad para justificar futuras aperturas de un modelo a distancia como el que le permitió a Luis Vicente Miranda y a otras 38 personas obtener su título universitario. De momento, el cierre técnico se mantiene y no se cuenta con el presupuesto necesario para abrir nuevas promociones.

De acuerdo con Quesada, “el Programa Bachillerato en Inglés, Modalidad a Distancia, ha sido una gran alternativa para todas aquellas personas que, por distintas situaciones laborales, geográficas y económicas, se les complica asistir a nuestro centro de estudio de manera presencial”, y destaca que la carrera le ha permitido a la gente desarrollarse profesionalmente en áreas como la docencia, la investigación literaria y en diversos emprendimientos laborales.

A PUNTO DE “TIRAR LA TOALLA”

Tomando en cuenta que usted se matriculó con la idea de aprender y no de graduarse, ¿qué lo hizo persistir hasta alcanzar el título?

LVM: Es algo muy mío. Yo, cuando me empeño en algo llego hasta el final. Una profesora del programa notó que yo no había vuelto y me envió un correo. Yo le dije que no iba a continuar en el programa. Resulta que tuve un desencuentro con un profesor... de esas cosas que no salen tan bien. Pensé que él necesitaba más del trabajo que yo del título, entonces rompí todo lo que tenía y borré todos los archivos. Ahí fue cuando la profesora me dijo varias cosas que me hicieron entrar en razón. Me regañó como un chiquillo. Hice el trabajo que tenía que hacer y resultó más fácil de como me lo había puesto él.

Ella fue la que le dio el empuje para terminar porque solo me faltaba un curso. Era cuando menos podía porque ya estaba dedicado a la finca y no tenía señal y nunca nos comunicamos, pero por mi experiencia de vida ya sabía lo que tenía que hacer. La presencia del profesor siempre es muy importante, sobre todo cuando se trata de cosas muy técnicas. A veces, al profesor no le salen bien las cosas y merece otra oportunidad, pero a veces pierde la oportunidad repetidamente.

Fernando Montero Bolaños
Fernando Montero Bolaños
Periodista, Oficina de Divulgación e Información
fernando.mobxuwnterobolanos  @ucrtiwl.ac.cr
Etiquetas: ingles, costa rica, .

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