NOTA DEL EDITOR: La autora presenta este texto como un recuento de su gestión que finaliza el próximo 28 de enero del 2022.
En los días previos a la creación de la Sede del Sur, se formuló un eslogan que acompañó el proceso de transformación del Recinto de Golfito en sede universitaria: “Sede del Sur, un sí al desarrollo".
Para quienes conocemos la Región Brunca y hemos trabajado en este lugar, la frase cobra un sentido muy profundo porque hemos podido experimentar el efecto que ha tenido la presencia de la UCR en las comunidades del sur; la consolidación de la sede significaba fortalecer ese efecto.
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Ya desde la entrega de las instalaciones a la UCR por parte de la Compañía Bananera en el año 1986, se esperaba que la presencia de la academia aportara al progreso y al desarrollo de la zona. De inicio se vieron frustradas las expectativas de las comunidades, ya que suponían que la donación de las propiedades implicaría la habilitación de una sede universitaria con todos sus servicios y eso no sucedió en aquel entonces.
Desde la recepción de las instalaciones hasta la apertura del Recinto de Golfito se realizaron varios esfuerzos universitarios con efectos positivos. Por ejemplo, se realizaron algunos TCU que tuvieron acciones en Golfito en temas como conflictos por la tenencia de tierras en Pavones, violencia doméstica, talleres de artes en verano. También se ofreció asesoría jurídica mediante consultorios jurídicos abiertos a la comunidad. El Programa de Investigación Osa (PIOSA) desarrolló además proyectos y actividades en la región desde el año 2000 y hasta la actualidad. Todas estas representaron experiencias valiosas logradas por la UCR en la región a lo largo de esos años.
Menciono las anteriores iniciativas solo para reconocer que sí hubo esfuerzos y aportes institucionales y que la acción de la UCR no fue omisa durante los años anteriores a la apertura del Recinto de Golfito.
Para el año 2006 se abre el Recinto de Golfito con una propuesta más cercana a lo que las comunidades habían soñado: universidad, carreras para los hijos de esta tierra que, a pesar de su potencial, se ha mantenido rezagada social y económicamente.
La apertura del recinto fue una decisión sin duda acertada, a pesar de las condiciones adversas con las que se abrió y las que se enfrentaron durante todo el proceso. Todavía recuerdo el ingreso de los primeros estudiantes de Informática Empresarial que conformaban la generación que daría inicio al Recinto de Golfito. En esa época coordinaba yo un proyecto de acción social para promover la garantía de derechos humanos de personas menores de edad en vulnerabilidad social, en los cantones de Golfito, Corredores y Coto Brus. Dicha labor me posibilitó conocer muchas comunidades, organizaciones, familias e instituciones, me permitió también acercarme a sus historias, sus anhelos y sus propuestas.
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Por ello, al mirar desde la ventana de mi oficina aquella escena de jóvenes avanzando en la escalinata que conduce a la entrada del edificio administrativo 4000, tenía clara conciencia de que aquello significaba el primer asomo del Sí de la UCR a la Región Brunca. Me refiero al Sí esperado por las comunidades desde hacía, ya para entonces, dos décadas. Finalmente, la Región Brunca recibía a la Universidad de Costa Rica ofreciendo al menos una carrera, posibilitando que los descendientes de trabajadores bananeros, pescadores, palmeros, indígenas, agricultores del sur, pequeños comerciantes, oreros, entre otros, pudieran ingresar a la UCR en esta región.
El proceso no fue fácil, se enfrentaron muchos retos, sin computadoras modernas, con unas cuantas de segunda y sin laboratorios, el Recinto de Golfito logró llevar adelante a esa primera generación de informáticos del 2006. El grupo lo componían jóvenes, la mayoría de la Región Brunca, ilusionados pero también comprometidos con ser profesionales de calidad UCR. Pese a las adversidades así fue, se formaron profesionales de gran calidad. La mayoría de esos primeros graduados fueron pioneros en sus familias en ingresar a una universidad.
Y como viviendo un “déjà vu”, sin laboratorios y con escaso equipo se inició la carrera de Enfermería. Poco a poco se fueron mejorando las condiciones y así se formaron 24 profesionales en Enfermería que hoy se desempeñan con altísimo nivel en hospitales de la región y de otras zonas. Ha “tocado” trabajar con muy poco y con mucho esfuerzo, pero se han logrado efectos muy positivos y de gran calidad; se ha cambiado la vida de individuos pero también de familias enteras.
También con mucho esfuerzo y con éxito se formaron, en el Recinto de Golfito, gran cantidad de profesionales en Turismo, Inglés, Educación Primaria y Bibliotecología.
Cuando el 6 de diciembre de 2019, la Asamblea Colegiada Representativa en sesión N.° 146 votó un SÍ contundente para la creación de la Sede del Sur, no se equivocó. Ya para entonces la Región Brunca llevaba casi treinta años de esperar que la UCR decidiera establecer casa en esta zona. La respuesta llegaba “de a pocos”, pero llegaba.
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El proceso no fue fácil durante la vida del Recinto de Golfito, tampoco lo es ahora en la construcción de la nueva sede. Son muchas las carencias que se han enfrentado. Sin embargo, quizás por la energía y la historia de una región luchadora, se ha logrado mucho con MUY poco.
Con la creación de la sede, la UCR dijo SÍ al desarrollo de la Región Brunca, sin embargo, este SÍ está en ciernes, en construcción. Por ello quisiera, desde un sentido de responsabilidad y compromiso, compartir algunas reflexiones que ojalá pudieran contribuir para el fortalecimiento de la sede y de la incidencia de la institución en la región y el país. Parto de la convicción de que la Sede del Sur, en esta coyuntura universitaria y nacional, atravesada por una pandemia que ha dejado a su paso una crisis económica y social sin precedentes, se constituye en el proyecto de mayor prioridad para la institución. Esto sin querer decir, de ningún modo, que haya un solo proyecto universitario que no sea relevante.
La Sede del Sur se ha caracterizado por planificar sus acciones. Para el plan que se está elaborando, será importante procurar la ampliación de la cobertura e incidencia de la sede en la región. Para lo anterior se requiere que la Sede del Sur fortalezca su participación en espacios de coordinación existentes en la región y afiance su inserción en el engranaje institucional de la zona. Por ello será de relevancia que se integre a órganos de coordinación interinstitucional en todos los cantones, así como en los órganos de cobertura regional. Esto será medular para cumplir el papel catalizador del desarrollo regional que deben tener las sedes universitarias. Implica también, ampliar las relaciones y las coordinaciones con autoridades de todos los cantones, autoridades de gobierno, líderes del sector privado, líderes comunales, líderes de comunidades indígenas, entre otros. Sin duda, las comunidades indígenas deben ser un objetivo prioritario, con el fin de que la universidad coadyuve en el alcance de su visión de desarrollo y el fortalecimiento de la calidad de vida de esta población a la cual tanto le debemos.
La Sede del Sur ha sido un referente y un apoyo para la región en la facilitación de procesos de diálogo y encuentros de reflexión a nivel comunal y regional. Esta función es atinente al papel que debe cumplir la academia, además fortalece la imagen y el posicionamiento de la sede y de la UCR en la región. Y quizá, lo más importante es que genera un profundo conocimiento de la región y enriquece los lazos y las relaciones estratégicas a todo nivel.
La Sede del Sur debe ser un proyecto universitario, por ello es muy importante que las oficinas administrativas se sientan actores protagónicos, junto con la sede, en esta construcción. El fuerte lazo construido con diversas instancias universitarias con las que existe una relación cercana y de confianza se constituye en un capital a cuidar y fortalecer, así como con otras unidades académicas, decanatos, sedes universitarias, centros e institutos de investigación.
Categóricamente la prioridad absoluta de toda universidad deben ser las personas estudiantes. Por ello, la sede tiene al frente un gran reto: aportar al fortalecimiento de la formación de la población de educación secundaria de la región, procurar el mayor ingreso de jóvenes de la región (entre ellos comunidades indígenas) y trabajar en programas para lograr la mayor sostenibilidad de los jóvenes en la universidad.
Quizá una de las mayores oportunidades que tiene la Sede del Sur es en el ámbito de la internacionalización. Su ubicación privilegiada en una de las regiones con mayor diversidad biológica del mundo, de gran riqueza histórica y de amplia diversidad cultural, convierten a la Sede del Sur en un destino ideal para el intercambio académico y científico. Suma a esta condición el vínculo con estaciones de investigación presentes en la región (Fundación Neotrópica, Hacienda Barú, entre otras) que favorecen esta oportunidad.
La Región Brunca alberga una gran cantidad de profesionales que por la distancia con el Gran Área Metropolitana se ve limitada para fortalecer su formación con estudios de posgrado. La presencia de la Sede del Sur debe significar una oportunidad para estas personas profesionales y por ello será de gran valor avanzar en el establecimiento de una sólida oferta de posgrados fundamentada en un estudio de necesidades; ya hay un pequeño camino recorrido en este tema.
Por las condiciones productivas, económicas y sociales de la región, hay un sector amplio de la población que no es, ni busca ser, candidato para el ingreso a la universidad. Sin embargo, eso no quiere decir que esa población no requiera formación y capacitación para mejorar su desempeño laboral, su emprendimiento, o sus conocimientos para fortalecer su calidad de vida. Pareciera que hay un vacío de oferta para llenar las necesidades de capacitación que requiere la región. Se trata de un tipo de formación que no está siendo cubierta por ninguna institución. Por ejemplo, puedo mencionar lo manifestado por empresarios del sector de marinas, en cuanto a la necesidad de contar con personal técnico para ofrecer mantenimiento especializado a las embarcaciones usuarias de este servicio. Al día de hoy, un yate anclado en una marina de Golfito, debe viajar a Ecuador para recibir este tipo de servicio. Esto solo como un ejemplo para ilustrar lo planteado. Acá también puede incluirse la necesidad de hacer muy accesible el aprendizaje de idiomas, en lo cual la sede va dando sus pasos con mucho empeño.
La labor interuniversitaria en Costa Rica no ha sido precisamente exitosa. Sin embargo, en la Región Brunca hay evidencias de que esta colaboración puede ser armoniosa y de beneficio, tanto para las mismas universidades como para la incidencia de ellas en la región. Será muy importante que la sede busque las rutas para favorecer esta posibilidad. En una región en la cual los recursos son tan limitados, se podrá sin duda impulsar iniciativas de impacto mediante la unión de recursos y esfuerzos interuniversitarios.
El Plan de Ordenamiento Territorial (POT) para la Sede del Sur, significa una oportunidad valiosa para definir prioridades de infraestructura y respaldar las gestiones en este tema. Pero quizá el mayor valor está en la posibilidad de capitalizar la riqueza arquitectónica e histórica de las actuales instalaciones y producir un paisaje armonioso con el entorno, pero también con las nuevas construcciones, algunas de las cuales ya se han diseñado a partir de este principio de armonía y respecto cultural. Este plan podrá dar aportes para que la sede reconozca y genere valor agregado a la presencia del mar como un recurso de gran potencial para la labor académica y el desarrollo de proyectos con la comunidad y el estudiantado, hasta ahora hemos construido casi de espaldas al mar. Sin duda, el POT es un recurso que permite modelar, hacia las comunidades, una estrategia de desarrollo desde la acción interna de la sede. Además podría aportar a la posible construcción de una concepción de Golfito como ciudad universitaria.
Me atrevo, con todo respeto, a recalcar que el proyecto Sede del Sur es quizá el de mayor relevancia en este momento en la Universidad de Costa Rica y uno de los más importantes a nivel nacional. Tengo plena conciencia de las limitaciones financieras que enfrenta nuestra institución y el país, sin embargo, apoyar, priorizar hacia el desarrollo de la Sede del Sur será sin duda una inversión y no un gasto. Es necesario consolidar tiempos docentes en la sede, con el recurso con el que cuenta en este momento no es posible crecer, pero más grave aún, no es posible sostener lo que ya se está haciendo.
La sede ha hecho “milagros” con la muy limitada infraestructura con que cuenta. Dichosamente ya se avanza en los procesos administrativos para lograr las construcciones del auditorio, la remodelación de un edificio para habilitar cuatro aulas y la construcción de un edificio con tres aulas y tres laboratorios. Esto da la esperanza de que en tres o cuatro años la condición de la sede sea muy diferente a la actual; sin embargo, será necesario al menos otro edificio de aulas y laboratorios, el desarrollo de infraestructura deportiva, la mejora de la biblioteca, entre otras prioridades que quedarán reflejadas en el POT.
El Recinto de Golfito y la Sede del Sur contaron con la fortuna de atraer a sus aulas a docentes de gran compromiso y enfocados al desarrollo académico. No es extraño por ello que con poco han hecho mucho. Sin embargo, es necesario fortalecer la formación académica del cuerpo docente de la sede. Un gran aporte será hacer un plan especialmente pensado para la sede con asignación sostenida y escalonada de becas para docentes, con proyección a diez años como mínimo.
No podría finalizar esta reflexión sin elevar una solicitud vehemente: la Sede del Sur no puede seguir sosteniéndose con una estructura administrativa muy inferior a la mínima requerida. No mencionaré, por ejemplo, el costo que ello ha significado, no solo para las personas que hemos estado llevando el proceso, sino también para la sede, para la universidad, pero más grave aún para la región. Es urgente equipar a la sede con al menos los mínimos requeridos a nivel de estructura administrativa.
Finalmente, quiero agradecer a la Universidad de Costa Rica, a todas las personas que confiaron en mi trabajo, por la oportunidad de vivir la experiencia de dirigir la Sede del Sur en sus primeros años y de haber estado al frente del Recinto de Golfito en sus últimos años. Las satisfacciones y los aprendizajes logrados los atesoraré en lo profundo de mi corazón y serán, sin duda, indispensables para construir mi camino en los años venideros.
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