Las pruebas son diagnósticas, por lo cual no tendrán ningún impacto en la calificación o promoción del estudiante. La imagen corresponde a una aplicación en la Escuela El Rosario en Naranjo de Alajuela. Foto cortesía del Programa de Evaluación en Lenguas Extranjeras de la Escuela de Lenguas Modernas.
Una muestra de 6 000 estudiantes de quinto grado de primaria y la totalidad de la población estudiantil que último año de colegio están siendo evaluadas en su dominio del idioma inglés desde el 21 de setiembre y hasta el 29 de octubre, mediante pruebas digitales desarrolladas en la Universidad de Costa Rica (UCR) con la colaboración de docentes de inglés y expertos en evaluación de esta lengua de la Escuela de Lenguas Modernas.
Se trata de la prueba Test of English for Young Learners (TEYL) para estudiantes de primaria y la prueba de dominio lingüístico para estudiantes de secundaria, las cuales simulan los ambientes y prácticas del aula tanto para la parte de escucha como para la comprensión de lectura y vocabulario.
La prueba TEYL consta de 40 ítems y tiene una parte de escucha y otra de comprensión de lectura. Es una prueba multinivel en la que el estudiante puede obtener un grado de preA1, A1, A1+, A2 o A2+. En el caso de la secundaria, la prueba también es multinivel, tiene 50 ítems y el alumno puede obtener una categoría entre A1 (principiante) y C1 (avanzado), de acuerdo con los parámetros utilizados por el Marco Común Europeo de Referencia de las Lenguas (MCERL), estándar internacional de medición de las habilidades lingüísticas.
“Ha sido una logística y un trabajo muy minucioso porque los técnicos de la UCR han tenido que desarrollar tres tipos de formatos de las pruebas: una en línea para aquellas instituciones con buena conexión a Internet, una híbrida para colegios o escuelas que tienen una conexión limitada a Internet, y una offline para centros educativos que no cuentan con conexión a Internet”, resalta Allen Quesada Pacheco, director de la Escuela de Lenguas Modernas de la UCR.
De acuerdo con Quesada, la prueba para primaria es un pilotaje que busca diagnosticar el nivel de dominio lingüístico del inglés en niños y niñas de acuerdo con el MCERL. Los resultados de esta aplicación se convertirán en insumos científicos y datos confiables para que el Ministerio de Educación Pública (MEP) mida el cumplimiento de los objetivos trazados en los programas curriculares que iniciaron en el año 2016.
En este sentido, Manuel Rojas Mata, coordinador de la Alianza para el Bilingüismo en el MEP, destaca la importancia de estas pruebas para contar con datos confiables que le permitan a la institución evaluar los alcances de los nuevos programas de estudio alineados con el MCERL y establecer acciones de mejora en cada dirección regional para que los estudiantes avancen en sus competencias lingüísticas.
Mientras tanto, la prueba para secundaria es obligatoria para toda la población estudiantil próxima a graduarse. La primera aplicación de este examen fue en el 2019 y permitió conocer que el 70% de los estudiantes que se egresan de la secundaria tiene un nivel de A2 (dominio básico o elemental del idioma), un 25% registró un nivel de B1 (preintermedio), mientras que solo el 4% alcanzó el nivel B2 (dominio intermedio). No se registraron porcentajes en el nivel C1 (avanzado).
“Será una oportunidad única para que las familias, alumnos y profesores conozcan el nivel de inglés de acuerdo al Marco Común Europeo de Referencia. Y para el MEP será un insumo valioso, datos con los que no contaban para realizar un análisis y reflexión sobre los programas de inglés de primaria y, en el caso de secundaria, servirá para comparar los datos o evidencia obtenidas en el 2019 y 2021. En fin, será una oportunidad para mejorar y realizar las modificaciones necesarias, así como para acompañar a los profesores en la parte de metodologías, didácticas y evaluación de las lenguas extranjeras”, destaca Quesada.
Ana Yeraldín Acosta Salazar, coordinadora del examen para primaria, explica que se trata de una prueba diagnóstica conformada por instrumentos independientes de medición en comprensión auditiva y de lectura en el idioma inglés, los cuales están alineados a las metas propuestas por los programas de I y II ciclos de la educación general básica del MEP y a las bandas PreA1, A1 y A2 del MCERL. Su aplicación permitirá realizar un mapeo preciso del nivel de inglés de la población estudiantil de primaria.
“Quienes realicen esta prueba se enfrentarán a ítems que reflejan tareas reales que deberían ser capaces de enfrentar con el idioma. Los resultados se dan en términos de descriptores, los cuales indican lo que la persona es capaz de hacer con el idioma”, agrega la coordinadora.
Acosta detalla que los 6 000 estudiantes que harán el examen fueron escogidos de manera aleatoria y pertenecen a escuelas públicas y privadas de todo el territorio nacional con el propósito de identificar las condiciones reales de los diferentes contextos educativos del país para esta prueba digital.
“Se esperan diferentes escenarios a partir del análisis de resultados de la prueba. Principalmente, que el sistema educativo diseñe e incorpore capacitaciones para mejorar la mediación docente en un enfoque accional a nivel nacional. Del sector docente se espera la autoevaluación sobre el proceso de enseñanza y, consecuentemente, el fortalecimiento del proceso de aprendizaje de las futuras generaciones. De la población estudiantil se espera la comprensión y motivación de formar parte de una cultura de evaluación desde la primaria hasta los niveles de educación secundaria y superior. Y de los padres de familia o encargados se espera la comprensión de la relevancia e impacto que la prueba diagnóstica tiene en la vida de sus hijos e hijas para darles un mejor acompañamiento en el futuro”, desglosa Acosta.
Para Alejandra Masís Artavia y Virginia Garita Víquez, docentes de inglés en la escuela Manuel de Jesús Jiménez Oreamuno de Tierra Blanca de Cartago, la principal fortaleza que tiene la población estudiantil de primaria en su proceso de asimilación del inglés como segunda lengua es su capacidad cognitiva, ya que tiene mayor curiosidad por aprender y la edad le facilita adquirir nuevos conocimientos.
Ambas coinciden en que la principal debilidad de los escolares para apropiarse de inglés como segunda lengua es la falta de estudio y repaso fuera del aula, así como la carencia de herramientas que les permitan la práctica constante del conocimiento adquirido. Garita también resiente el poco tiempo asignado a las lecciones.
En este sentido, Masís y Garita consideran que es necesario que el MEP le dé mayor protagonismo a la enseñanza del inglés en las escuelas, convirtiéndola en una asignatura básica. Garita añade que también se requieren nuevas herramientas tecnológicas que sean atractivas para los niños y brindar capacitaciones novedosas, más prácticas y menos teóricas, que permitan enriquecer la labor docente.
“Mi expectativa con esta prueba es que los estudiantes conozcan las habilidades que la componen y enfrenten el estrés que produce, para que estén mejor preparados para futuras aplicaciones. También quiero que conozcan el alcance de lo aprendido hasta el momento”, manifiesta Masís.
Por su parte, Garita señala que su principal expectativa en relación con la prueba es “un cambio de paradigma a nivel del docente, estudiantes y padres de familia. El hacer más conciencia de que adquirir un segundo idioma permitirá abrir puertas en el futuro laboral. El crear nuevos retos y lograr ver el aprendizaje de un segundo idioma de una forma amigable, perdurable y eficaz, de uso cotidiano en una forma natural”.
La aplicación de la pruebas es el resultado de un esfuerzo conjunto entre la Escuela de Lenguas Modernas de la UCR por medio del Programa de Evaluación en Lenguas Extranjeras, la Dirección de Gestión y Evaluación de la Calidad (DGEC) del MEP, asesores nacionales y regionales de inglés, profesores del idioma, directores de escuelas y colegios, personal técnico de los laboratorios de cómputo y la estrategia nacional Alianza para el Bilingüismo.
Todos los estudiantes obtendrán un certificado en formato PDF que indicará su nivel de dominio lingüístico y una descripción de sus habilidades de acuerdo con las bandas establecidas por el MCERL. Esto se facilitará por medio de un sitio web de la UCR al cual ingresarán con un usuario y contraseña.
El director de la Escuela de Lenguas Modernas recuerda que en la UCR existen varias iniciativas de capacitaciones para maestros y profesores de inglés, entre las que destaca los proyectos de Acción Social de la Escuela de Lenguas Modernas en inglés y francés para apoyar al MEP con capacitaciones en metodologías de idiomas, creación de materiales didácticos y de paquetes de software como cyberlab.ucr.ac.cr, el cual fue hecho a la medida para el MEP y es usado en más de 100 países.
A partir del 4 de octubre se habilitará un centro de información en el teléfono 2511-8448 y la UCR dispondrá de las siguientes cuentas de Whatsapp para atender consultas:
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