El viernes 02 de octubre, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) comunicó el primer avance de su estudio clínico sobre las dos formulaciones anti SARS-CoV-2 que elaboró el Instituto Clodomiro Picado de la Universidad de Costa Rica (ICP- UCR) para tratar el COVID-19.
De acuerdo con el comunicado oficial de la CCSS, por el momento los análisis preliminares no ponen de manifiesto que una de las dos formulaciones sea más eficaz que la otra.
Asimismo, tampoco se ve una diferencia en seguridad, lo cual sugiere indicar una adecuada tolerabilidad de ambos productos de investigación.
“Ha sido un producto tremendamente bien tolerado por los participantes y este es uno de los datos más significativos de la investigación. La impresión por parte de todo el grupo de investigadores es que los sueros tienen un potencial interesante y por eso estamos visualizando ir más allá con esta droga”, manifestó el Dr. Willem Buján, sub-investigador de la UCR.
El estudio clínico, que fue avalado el Comité Ético Científico Central (CEC) de la CCSS, se efectuó del 6 al 18 de setiembre en cuatro sitios de investigación.
Entre ellos está el Hospital San Juan de Dios con 10 participantes; el Hospital México con seis, el Hospital Calderón Guardia con cinco y el Centro de Atención Especializada de Pacientes Covid-19 (Ceaco) con seis.
En total, los anticuerpos equinos fueron administrados a 27 participantes, trece recibieron la formulación A y catorce fueron tratados con la formulación B. Diez eran mujeres y 17 fueron hombres, en un rango de edad de los 31 a los 77 años.
Como parte de los resultados, “la estancia hospitalaria total promedio de estos pacientes egresados al domicilio fue de 10,1 días y la estancia hospitalaria posterior a la administración del producto de investigación fue de 7,2 días”, destacó la CCSS en su comunicado.
De los 27 participantes, ya 16 fueron dados de alta y cinco están en recuperación. Lamentablemente, también hubo fallecimientos. Sin embargo, los investigadores expresaron que estos estuvieron vinculados con pacientes que llegaron muy tarde para recibir la atención. Además, tenían otras patologías de fondo.
“Seis participantes del estudio fallecieron al presentar progresión de la patología o complicaciones de esta. Estos participantes presentaban una edad promedio muy cercana a los 70 años y la presencia de múltiples comorbilidades que comprometían su estado de salud”, explicó el Dr. Alfredo Sanabria Castro, funcionario del Hospital San Juan de Dios y quien lidera el estudio clínico.
Para el Dr. Sanabria, este primer avance del estudio clínico proporciona nuevos insumos para seguir investigando. El especialista reiteró que las dos formulaciones, al ser bien toleradas, abre las puertas hacia la optimización de la dosis y afinar el grupo específico que se beneficiaría con este tipo de terapia.
En lo mismo coincidió el Dr. Alberto Alape Girón, investigador del ICP-UCR, quien dijo que el siguiente paso es determinar en un nuevo ensayo clínico la dosis óptima de anticuerpos equinos, con el propósito de tratar con mayor eficacia a los pacientes en diferentes estadios del COVID-19.
En ese sentido, el Dr. Alape explicó (con base en la experiencia que posee el ICP-UCR en la generación de sueros antiofídicos por casi 50 años) que las dosis a usar en cada caso varía según la severidad del envenenamiento. Dicha dosis se establece con varios ensayos clínicos controlados.
Algo similar pasa en este caso y por eso se requiere de un nuevo ensayo clínico orientado a definir “la dosis óptima de anticuerpos equinos para tratar eficazmente a los pacientes".
Actualmente, el ICP-UCR está probando nuevas estrategias para inmunizar los caballos con las proteínas vírales. La idea es mejorar la respuesta de su sistema inmune y así inducir la producción de una mayor cantidad de anticuerpos.
Además, se están adquiriendo equipos, materiales y reactivos que permitan optimizar el rendimiento del proceso de purificación de los anticuerpos con el objetivo de disminuir los costos de producción.
El presidente ejecutivo de la CCSS destacó que este estudio intervencional es “el primero que la institución desarrolla desde los años 90”. La colaboración con la Universidad de Costa Rica, por medio del Instituto Clodomiro Picado, involucra un equipo especializado de la CCSS, lo cual “pone a la institución en el mundo de la investigación para la toma de decisión basada en evidencia”.
“La Caja dispone de capital humano calificado y demás recursos necesarios para llevar a cabo este tipo de investigaciones apegado a todos los estándares éticos en donde prevalece la seguridad y la vida humana”, finalizó Macaya.
La CCSS es responsable de los programas nacionales de salud que brindan cobertura al 100% de los costarricenses.