Una de las formas más comunes para tratar cualquier enfermedad o padecimiento es consumir medicamentos, pero el mal almacenamiento, la automedicación, la combinación de fármacos y las malas prácticas para desecharlos también pueden generar efectos indeseados en la salud y el medio ambiente.
Los residuos de fármacos y antibióticos que los costarricenses
consumimos y desechamos a diario son parte de los denominados
contaminantes emergentes que terminan depositados en el medio
ambiente y pueden provocar efectos tóxicos crónicos en los
ecosistemas y en la salud humana.
Para evitar estos problemas los expertos del Centro Nacional
de Información de Medicamentos (Cimed) recomiendan hacer
un consumo consciente que implica informarse antes de
adquirirlos, almacenarlos, usarlos y desecharlos
correctamente. Al mismo tiempo, los investigadores del Centro de
Investigación en Contaminación Ambiental (CICA) de la Universidad
de Costa Rica estudian los posibles efectos de los residuos de
medicamentos en los cuerpos de agua y plantean soluciones para
tratar estos contaminantes.
Primer paso: informarse
En Costa Rica, los medicamentos se clasifican en dos grandes
grupos: medicamentos éticos o de prescripción (aquellos
que solo se pueden adquirir con receta médica) y medicamentos
de venta libre (los que se pueden comprar sin receta).
Aunque estos últimos estén disponibles en pulperías y
supermercados, no dejan de ser productos químicos que pueden tener
efectos adversos para la salud si no se les utiliza
correctamente.
Una reacción adversa a un medicamento puede ir desde efectos
secundarios leves, como dolores de estómago o mareos que se acaban
al dejar de tomar el medicamento hasta alergias en la piel que
pueden ser leves o graves como urticaria y erupciones cutáneas,
entre otras.
La mejor forma de evitar este tipo de reacciones, es informarse con
ayuda profesional sobre el efecto que va a tener el medicamento en
su cuerpo según recomienda Alfonso Pereira, docente de la Facultad
de Farmacia de la Universidad de Costa Rica (UCR) y coordinador de
la sección de Información de Medicamentos del Centro Nacional de
Información de Medicamentos (Cimed).
"Siempre que una persona utilice un medicamento hay un riesgo de
desarrollar alguna reacción adversa asociada a él, por lo mismo es
importante que la persona no se automedique y consulte a su médico
o farmacéutico de confianza para poder aclarar todas las dudas que
tenga sobre el fármaco", señaló el experto.
Segundo paso: almacenarlos cuidadosamente
El almacenamiento de los medicamentos es un punto esencial
dentro de la cadena de consumo, importa tanto dónde se compre
como dónde se guarde, asegura Pereira. "Los medicamentos
son fabricados con altos estándares de calidad, por lo cual es
importante que se adquieran solamente en farmacias, ya que esto
garantiza su calidad y correcto almacenamiento" apuntó.
El experto agregó que si los medicamentos no se almacenan en
condiciones adecuadas pueden perder sus propiedades o incluso
predisponer a reacciones no deseadas. Por eso, recomienda
almacenarlos en lugares frescos, y por ningún motivo, guardarlos en
la cocina o el baño, ya que son propensos a dañarse bajo
condiciones de humedad y calor.
Consultas sobre medicamentos:
Tercer paso: usarlos correctamente
Es importante que el paciente siga las recomendaciones no solo de los medicamentos de prescripción sino de cualquier fármaco, incluso los de venta libre, ya que si no se siguen al pie de la letra también se pueden presentar reacciones adversas.
Cuando el paciente no sigue las instrucciones y no termina el tratamiento prescrito, puede que sobren pastillas o jarabe, cosa que puede afectar su salud y luego impactar negativamente al ambiente si los desecha en la basura.
LEA TAMBIÉN: Fármacos, productos de cuidado personal y bloqueador solar son los nuevos contaminantes
Los medicamentos que no se tomaron, es muy posible que lleguen a
su fecha de caducidad. A partir de ese momento empiezan a
perder sus propiedades y serán menos efectivos. En el caso de
los inyectables o las gotas para los ojos, una vez abiertos tienen
alrededor de un mes para usarse, ya que luego no será tan efectiva
su función.
Pereira advierte que también se debe tener cuidado con la
homeopatía y los productos naturales o suplementos alimenticios que
se venden en las macrobióticas, ya que "las combinaciones de
productos naturales con fármacos pueden potenciar reacciones
adversas a los medicamentos e incluso restar efectividad a los
mismos".
La vida útil de los medicamentos tiene fecha de expiración, por lo tanto llegará un momento donde ya no va a ser prudente conservarlos.
Cuarto paso: desecharlos conscientemente
Cuando necesite desechar un medicamento, lo más importante es no
botarlo en la basura convencional. Una alternativa inmediata
es llevarlo a la farmacia o ebáis más cercano, en donde será
recibido por la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) para su
correcto procesamiento. Otra opción para desecharlos es llevarlos a
una campaña de recolección de medicamentos.
También, es importante apartar o rotular los medicamentos que se
van a desechar y no tenerlos cerca de los que se utilizan para
consumo ordinario. Además, es imperante mantenerlos lo más
lejos posible de los niños y mascotas de la casa, por peligro de
intoxicación o complicaciones de salud que pueda traer su
ingesta.
Los medicamentos también contaminan
Aunque se tengan las precauciones adecuadas en los hogares,
muchos medicamentos pueden terminar en la basura y luego en el mar.
¿Cómo contrarrestar esto? La UCR se propuso poner manos en el
asunto y desde el Centro de Investigación en Contaminación
Ambiental (CICA) se está trabajando para conocer mejor esta
problemática y dar opciones para resolverla.
Didier Ramírez, investigador del CICA de la UCR, se encarga del
monitoreo ambiental del proyecto "Contaminantes Emergentes:
monitoreo y diseño de estrategias para la mitigación de su impacto
ambiental", una iniciativa que busca "ver qué contaminantes se
encuentran en los mantos acuíferos del país y en qué
concentraciones, para que luego las autoridades estatales puedan
hacer algún tipo de regulación o ver qué sustancias son más
frecuentes o más tóxicas", según describió Ramírez.
"Las plantas de tratamiento convencionales (como la del país) no están diseñadas para el tratamiento de contaminantes como los que pueden venir de las medicinas, entonces muchas veces aunque lleguen a estas plantas, no se eliminan del agua y llegan a afectar otros cuerpos acuíferos", explicó el académico.
El mayor peligro de la contaminación por medicamentos radica en los antibióticos, ya que cuando estos se liberan en el ambiente pueden producir resistencia en las bacterias. De esta forma se generan enfermedades cada vez más difíciles de tratar ya que las bacterias cada vez se hacen más fuertes y no van a poder ser eliminadas con antibióticos.
LEA MÁS: La resistencia a los antibióticos empeora y más de 10
millones de vidas podrían perderse.
Entonces, la próxima vez que le receten un medicamento o lo vaya a
comprar a la pulpería, averigüe su efecto y cómo se puede comportar
en su cuerpo, pero además de eso: sea consciente al desecharlo,
para que no perjudique al ambiente, los animales y hasta las
personas que tiene alrededor.
