¡Ingeniería Eléctrica abre sus puertas a los niños!

Las instalaciones de la Escuela de Ingeniería Eléctrica recibieron a niños, niñas y sus familias como parte del esfuerzo por mejorar su calidad de vida por medio de un proyecto de investigación. Foto Karla Richmond.

Un grupo de niños de la Escuela Centeno Güell y sus familiares visitaron a mediados de octubre la Escuela de Ingeniería Eléctrica (EIE) para conocer sus laboratorios, interactuar con profesores y estudiantes, y formar parte de una iniciativa que promete ayudar a aquellas personas no verbales.

Se trata del proyecto ED-3416: Tecnologías del habla para mejorar la calidad de vida de la población con discapacidad, que está inscrito ante la Vicerrectoría de Acción Social desde enero del 2019, pero que se desarrolla desde el 2018.

El equipo de trabajo que hace avanzar esta propuesta está conformado por el coordinador Marvin Coto Jiménez, docente e investigador de la EIE, y las docentes e investigadoras Maribel Morales Rodríguez, Vivian Fallas López, Eugenia Córdoba Warner y Ana Lilia Álvarez Blanco, de la Escuela de Orientación y Educación Especial.

La meta primordial es identificar cómo pueden mejorar las tecnologías del habla la calidad de vida de la población con discapacidad en Costa Rica, para ello se han dado a la tarea de analizar casos representativos y conocer así las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías.

Los responsables de este proyecto han participado en múltiples foros y congresos relacionados y constantemente se han realizado intercambios académicos entre las escuelas de Ingeniería Eléctrica y Orientación y Educación Especial.

“Uno de los objetivos más importantes que buscamos es crear una voz artificial de niño con acento y características costarricenses, una prueba novedosa de un producto ideado para que se integre a los sistemas de comunicación computacionales y a aplicaciones para tablets, celulares u otros dispositivos de interacción”, indicó Marvin Coto.

Hasta el momento se han grabando y estudiado voces de niños costarricenses con el fin de construir una base de datos que les permita crear muchas voces únicas y personalizadas, que eventualmente se podrán convertir en las voces de niños no verbales quienes las requieran y vayan acorde con su edad y género.

El proyecto requiere de la colaboración de muchas personas quienes puedan adherirse a los procesos de grabación, edición y análisis de las voces, para poder avanzar con el trabajo; ejemplo de esta cooperación es un grupo de estudiantes del PRIS-Lab de la EIE, quienes desarrollan algoritmos para procesar y mejorar los sistemas existentes de creación de voces artificiales.