La desigualdad estuvo presente en el desarrollo social del país en el siglo XIX, así lo confirmó la M.Sc. Ana María Botey profesora e investigadora de la Escuela de Historia de la Universidad de Costa Rica (UCR) en un Seminario sobre políticas sociales y desigualdad efectuado en la Facultad de Educación.
De acuerdo con las investigaciones de Botey, los más ricos tenían puestos únicos, eran comerciantes tenían tierras, ganados, trapiches y molinos; los más pobres carecían de tierras y trabajaban en las propiedades comunales de los ayuntamientos de las ciudades.
Hacia 1830 y 1850 se da la inserción de Costa Rica al mercado mundial, que provocará cambios importantes como la privatización de todas las tierras bajo dominio colectivo o del estado, lo cual fue significante para la relación entre campesinos y comerciantes e indígenas, que migraron al norte o sur del país.
El capitalismo agrario profundizó las diferencias sociales. La distancia entre los ricos y los pobres aumentó en todo este periodo (1850-1940) Costa Rica pasó de 60 mil a 600 mil habitantes.
Ante esto Botey afirmó que el país fue una sociedad que se colonizó y que estuvo en constante proceso de colonización, donde se pierden las tierras y se puede volver a ser propietario agregó.
Con respecto a la creación de políticas del gobierno, la historiadora enfatizó que “la educación fue vital para la integración social y cultural, fue la base para otras políticas sociales como salud”
Además destacó que la alfabetización disminuyó la distancia entre lo rural, lo urbano y lo técnico. El desarrollo del alfabetismo impulsó una estructura escolar de primaria y secundaria normalista en el desarrollo del siglo XIX que creó técnicos, profesionales, equiparaciones de género principalmente permitió que las mujeres se incorporen al mercado de trabajo realmente como maestras.
De igual forma, Botey subrayó que el gobierno siempre fue protagonista en el desarrollo social del país.