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Dos en favor de la escultura

10 may 2005
Mario Parra
El artista Mario Parra con la obra ganadora del primer lugar del Certamen de Escultura de la ciudad de Valdivia, Chile.

Elizabeth Thompson y Mario Parra, son dos artistas, ambos profesores de la Escuela de Artes Plásticas, que se han unido para darle vida y color a la madera por medio de la escultura. Su labor ha sido reconocida tanto en certámenes nacionales como internacionales con la entrega de premios y la adquisición de sus obras.

El más reciente de ellos fue el Certamen de Escultura de la Ciudad de Valdivia, Chile, celebrado en febrero de este año, en el cual la obra de Parra Los pescadores de Valdivia obtuvo la medalla de oro y el reconocimiento de la comunidad y los medios de comunicación.

Él, junto con 5 escultores chilenos, un cubano, un peruano, un uruguayo y un representante de la ciudad, se dedicaron durante diez días a ser esculturas en madera, piedra o metal. Parra eligió la madera de un árbol indígena propio del lugar: el coigüe.

Al final se efectuó un voto popular y se le otorgó el primer lugar a la obra de Mario, porque representa una actividad en vías de extinción, que involucra a hombres, mujeres y niños. El segundo lugar fue para el chileno Matías Camus, y el tercero para el cubano Jorge Antonio Mourelle.

La obra ganadora se colocó en el parque de la escultura La Saval, con el fin de que la ciudad tenga un sitio dedicado a este arte.

Ya en el país, doña Elizabeth y don Mario participaron en un proyecto que surgió por iniciativa del Centro Cultural de Villa Colón, y que consistía en construirle una muleta a una rama desprendida de un jícaro, que había sido declarado árbol excepcional por el Instituto de Biodiversidad (InBio), por tener más de 300 años de existencia.

En su lugar Parra les propuso hacer una escultura en forma de torre de niños que sostuviera la rama, porque consideró que un árbol tan viejo debía ser ayudado por los niños que son el futuro de la comunidad y el enlace entre el pasado y el presente.

La obra la realizó durante el Festival de la Naranja, celebrado en el mes de marzo, con madera de guachipelín. Posteriormente Elizabeth la policromó con transparencias de acrílicos para no cubrir totalmente las vetas de la madera.

La escultura tiene un tamaño de cuatro metros y se inaugurará en el mes de junio, en el boulevard de Ciudad Colón, con la participación de grupos artísticos y culturales, pues la idea es rescatar el patrimonio artístico de la comunidad.

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