Hace 85 años, Costa Rica tomó la decisión que hoy le permite tener una de las mejores universidades del mundo

La Universidad de Costa Rica cumple un rol fundamental en la movilidad social ascendente para la población costarricense. 

A lo largo de sus 85 años, la UCR ha brindado oportunidades de acceso a la educación superior a personas provenientes de diversos contextos, muchas de las cuales, incluso hoy, son la primera generación de sus familias en ingresar a la universidad. 

Este impacto se ha logrado mediante una serie de políticas institucionales orientadas a la equidad y la inclusión, que son parte del proceso de admisión, el sistema de becas socioeconómicas y la regionalización de la universidad. 

Cada una de esas estrategias han permitido ampliar el ingreso, la permanencia y la graduación de poblaciones históricamente excluidas o en alto riesgo social, lo que ha generado efectos positivos tanto a nivel individual como en sus entornos familiares y comunitarios.

En los últimos cinco años, la cantidad de estudiantes con beca socioeconómica en la UCR ronda las 24 mil personas por ciclo lectivo. Según datos preliminares del I ciclo 2025, se reportan 24 032 estudiantes con beca socioeconómica vigente. La Sede Rodrigo Facio concentra el mayor porcentaje con un 59,9 %, seguida por las sedes con un 40,1 %.

En materia de acceso, la UCR ha incrementado de forma sostenida los cupos de admisión, especialmente en las Sedes Regionales y en carreras orientadas a ciencia, tecnología, ingeniería y matemática (STEM, por sus siglas en inglés). De las 179 carreras impartidas por la UCR en 2025, 66 corresponden a disciplinas STEM. 

Además, el 43.07 % de los cupos de admisión para nuevo ingreso en el 2025 fueron para carreras STEM, lo que representa 4 659 estudiantes, 219 más que en 2024. 

Paralelamente, se desarrollan acciones afirmativas piloto para mejorar las condiciones de ingreso y permanencia, tales como programas de nivelación y talleres dirigidos a estudiantes de nuevo ingreso. Estas iniciativas buscan reducir brechas y asegurar condiciones más equitativas para el desarrollo académico y la permanencia.

La Acción Social es el vínculo fundamental de la UCR con las comunidades para contribuir a su desarrollo, al fortalecimiento educativo, a una mejor calidad de vida e incentivar una verdadera participación ciudadana transformadora con miras a lograr el bien común. 

Basada en los principios del compromiso social, la justicia, la equidad y la inclusión, nuestro estudiantado y personal universitario se involucran activamente en los diversos proyectos para promover capacidades y habilidades en cada persona, cada barrio, cada organización o sector que nos abre las puertas. 

Mediante las modalidades de Trabajo Comunal Universitario, de Iniciativas Estudiantiles, de Cultura y Patrimonio y de Educación Permanente y Continua, la Acción Social articula recursos institucionales con los comunitarios, desde un abordaje creativo e innovador basado en alianzas y el respeto de la diversidad de saberes, aprendizajes y experiencias, así como con estrategias que respondan a las necesidades identificadas por las mismas comunidades.

La Acción Social se ha constituido en un aula abierta al país que ha democratizado el saber universitario, al apoyar el bienestar colectivo y la búsqueda de soluciones creativas y solidarias, en temas tan diversos como el mejoramiento educativo, el rescate y revitalización de la herencia cultural y patrimonial, la defensa del ambiente, entre otros. 

La UCR lidera investigaciones científicas de alto impacto, como el desarrollo de soluciones para degradar microplásticos, la creación de simulantes de regolito lunar para reproducir las condiciones del suelo lunar y marciano con fines educativos y de experimentación, así como estudios avanzados sobre la amenaza sísmica en el país.

Asimismo, destaca el desarrollo de sistemas que reutilizan residuos del café para generar energía, la implementación de la robótica en centros educativos de zonas vulnerables y la creación de redes de clústeres tecnológicos que han fortalecido el vínculo entre estudiantes, la industria y la sociedad. 

Las actividades de investigación se rigen por el compromiso con el conocimiento científico y humanístico, la autonomía y la libertad académica, la ética, la responsabilidad social, la interdisciplinariedad y la pertinencia.  

En los últimos años, se ha consolidado un ecosistema robusto de investigación, caracterizado por la diversificación temática, el aumento en la producción científica indexada y la proyección internacional de sus resultados. 

Al mismo tiempo, se ha fomentado el vínculo con sectores productivos, al llevar los resultados de la investigación básica hacia potenciales emprendimientos, pequeñas y medianas empresas para favorecer el desarrollo comunal. 

Por ello, mediante cada área de conocimiento, se responde a fenómenos nacionales que aportan a la transformación social, al fortalecimiento de las capacidades locales, a la promoción del desarrollo económico con su respectiva incidencia en las políticas públicas y en la protección del patrimonio natural y cultural. 

Con más de 1 445 iniciativas desarrolladas en el año 2025, la UCR demuestra su compromiso sostenido con el avance del saber en múltiples disciplinas, desde las ciencias básicas hasta las artes y letras. Esta diversidad fortalece la capacidad del país para comprender su realidad de manera integral y desarrollar respuestas contextualizadas a las necesidades de su población. 

La UCR realiza investigación de clase mundial, con vocación social, con alto compromiso ético y con un profundo respeto y reconocimiento de las necesidades de Costa Rica.                   

En la UCR, la docencia es un proceso integral que articula principios institucionales, impacto social y compromiso con los territorios. 

A partir de una oferta académica actualizada y pertinente, se busca responder a las demandas de formación profesional que plantea el país, con especial atención a las necesidades específicas de las regiones. 

Dicha oferta se mantiene en constante revisión para asegurar su vigencia, su relevancia, la renovación y la implementación de nuevas carreras. En esa línea, anualmente se definen los cupos de admisión a todas las más de 175 carreras con criterios que promueven el acceso equitativo y territorialmente distribuido a la educación superior. 

Con respecto a la regionalización, tenemos carreras que ofrece la UCR y se imparten exclusivamente en las Sedes Regionales. Estas carreras no solo responden a necesidades locales, sino que también dinamizan el entorno productivo y social de cada región, como por ejemplo Modelación Matemática (Sede de Occidente), Ingeniería en Desarrollo Sostenible (Sede del Atlántico) y Turismo Ecológico (varias Sedes Regionales), entre otras.  

De esta manera, se consolida el impacto transformador de la Universidad, al fortalecer las capacidades locales y promover un desarrollo más equitativo y descentralizado.

La docencia también se fortalece mediante la capacitación y acompañamiento al profesorado en la labor docente. La UCR impulsa procesos de inducción docente, programas de profesionalización continua y el desarrollo de experiencias de innovación en mediación pedagógica. 

Además, se promueven comunidades de aprendizaje (“Docentes que aprenden”), se acompañan iniciativas surgidas desde el propio personal docente y se vela por el bienestar y el mejoramiento de las condiciones laborales de quienes enseñan. Estas acciones contribuyen a ajustar y consolidar un perfil docente que responde con calidad y compromiso a las demandas de formación del estudiantado. 

Finalmente, se avanza hacia una docencia mediada por el uso de tecnologías, que la vuelvan más pertinente, responsable y ajustada a las condiciones del país en el escenario postpandémico.

Así, la UCR ha sido faro  para un país que decidió mirar hacia la luz. Cada beca, cada investigación, cada clase impartida y cada comunidad acompañada es una semilla de transformación. 

Hoy, más que nunca, desde la UCR reafirmamos nuestro compromiso con la equidad, la excelencia y el bien común, porque el conocimiento que nace en nuestras aulas, laboratorios y territorios no solo construye presente, sino que proyecta un futuro más justo, más humano y más iluminado para todas las personas.

Lucem aspicio: seguimos mirando hacia la luz y, hacia ella, seguimos caminando con Costa Rica. ¡Gracias a Costa Rica, somos una universidad pública de excelencia!