La compostera institucional avanza con éxito y se proyecta como un modelo replicable para otras instancias

Para mantener la humedad del material y mejorar el proceso de descomposición, se utiliza la boñiga de los animales que tiene la EEAVM. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Desde su inauguración en noviembre de 2022, la compostera institucional, ubicada en la Estación Experimental Alfredo Volio Mata (EEAVM) de la Universidad de Costa Rica ha experimentado una evolución significativa, y se ha convertido en un referente de sostenibilidad, economía circular y gestión de residuos orgánicos dentro y fuera de la Institución. 

Durante su primer año de operación en 2023, el proyecto enfrentó algunos desafíos logísticos relacionados con la recolección de material vegetal desde la Sede Rodrigo Facio. Sin embargo, el proceso se ha estabilizado y para los primeros meses del 2025 se recibieron un total de 44 vagonetas de residuos, superando lo que se recolectó el año anterior. 

Según explicó el Dr. Fabián Vargas Rodríguez, director de la EEAVM, cada vagoneta tiene una capacidad de 13 m³ y el material que se recibe incluye hojas secas, ramas, restos de poda y residuos de jardinería.  

El material que se recoge en la Sede Rodrigo Facio se traslada a la compostera institucional que se ubica en la EEAVM. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Además, el especialista señaló que un avance importante ha sido la adquisición de una trituradora, donada por el Instituto Clodomiro Picado, que permite reducir el volumen de cada vagoneta a la mitad, lo que facilita el procesamiento y la optimización el espacio. 

La compostera también se vislumbra como una plataforma de experimentación. En el corto plazo se pretende llevar a cabo investigación sobre el uso de enzimas digestivas de bovinos para acelerar y mejorar los procesos de compostaje.  

Actualmente, los tiempos de descomposición rondan entre 2 a 3 meses, según el tipo de abono que se requiera. 

El material que se genera se reutiliza en los jardines de la Sede Rodrigo Facio y para enriquecer los suelos y los potreros de la EEAVM. También se han hecho donaciones al Jardín Botánico Lankester. 

La máquina trituradora permite reducir el volumen del material que llega a la compostera y así se facilita su procesamiento. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Actualmente, se analizan oportunidades para comercializar parte del abono, por ejemplo, con productores ornamentales en la zona de Llano Grande, especialmente en cultivos de rosas, donde la demanda de materia orgánica es constante.  

De igual manera, se están valorando alianzas estratégicas con municipalidades cercanas para recibir material adicional de parques y jardines, con el propósito de fortalecer la eficiencia del proyecto.  

El modelo ha despertado el interés en actores externos. Un grupo de mujeres productoras de Zarcero está en proceso de replicar el sistema adaptado a sus necesidades, tras varias visitas y reuniones de asesoramiento en la EEAVM. 

El objetivo de la compostera como proyecto educativo y de extensión se cumple al ser un modelo replicable, adaptado a diferentes necesidades y recursos disponibles. 

Con una visión integral, la compostera institucional no solo transforma residuos orgánicos en abono útil, sino también promueve prácticas sostenibles, vinculación comunitaria y transferencia tecnológica.