La antracnosis es una enfermedad causada por un hongo que ataca las hojas, ramas, flores y frutos del café.
Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.El cambio climático representa en la actualidad uno de los problemas más importantes a los que se enfrenta el planeta y la humanidad. Sus efectos tienen consecuencias a nivel económico, social, ecológico y productivo.
La actividad agrícola no escapa de esta realidad. Las variaciones en las condiciones del clima afectan seriamente los cultivos y ponen en riesgo la seguridad alimentaria de las personas.
Una de las principales consecuencias es la proliferación de enfermedades. Por ejemplo, la antracnosis en las plantaciones de café provoca defoliación y muerte regresiva en las ramas de la planta, lo cual puede reducir su producción hasta en un 70 %.
Ante estos desafíos, adoptar tecnologías de precisión se ha vuelto una herramienta relevante que facilita recopilar información sobre el estado de los cultivos y ayuda en la toma de decisiones basada en datos.
Costa Rica es un país productor y exportador del grano, su cultivo representa una fuente importante de ingresos y empleo para las comunidades y, además, es un territorio que no está exento de las consecuencias del cambio climático.
Dado este contexto, el Lic. Diayner Baltodano Zúñiga, el Lic. Jonathan Fernández González y la Bach. Rebeca Rojas Esquivel, investigadores del Centro de Investigaciones en Economía Agrícola y Desarrollo Agroempresarial (Cieda), de la Universidad de Costa Rica, llevaron a cabo un estudio para identificar los factores que influyen en la adopción de tecnologías para descubrir temprano la antracnosis en el cultivo de café, sobre todo el uso de drones para el monitoreo y detección de la enfermedad.
Según señaló el Lic. Diayner Baltodano Zúñiga, investigador del proyecto, comprender estos elementos permite el desarrollo de estrategias que faciliten la implementación de innovaciones tecnológicas y contribuyan a la sostenibilidad del sector cafetalero en el país.
“En Costa Rica, el interés por la adopción de tecnologías de precisión está en aumento, impulsado por la necesidad de mejorar la rentabilidad, optimizar la gestión de los cultivos y reducir la vulnerabilidad del sector cafetalero frente a los efectos del cambio climático. Sin embargo, la transición desde los métodos tradicionales hacia enfoques tecnológicos avanzados aún enfrenta diversas barreras”, expresó Baltodano.
Se aplicó una encuesta estructurada a 89 personas caficultoras afiliadas a Coopeatenas R. L., 54 pertenecientes al cantón de Atenas y 35 de Puriscal.
La encuesta se realizó mediante llamadas telefónicas y visitas de campo entre setiembre y diciembre del 2024. Se recopiló contenido general sobre los productores y sus fincas, incluyendo aspectos relacionados con el cultivo de café, cultivos asociados, mercados de comercialización, capacitaciones recibidas, necesidades de formación, uso actual de la tecnología y disposición a adoptar una herramienta digital para detectar temprano la antracnosis, así como otras aplicaciones agrícolas.
También se llevaron a cabo entrevistas a cuatro cooperativas, CooproNaranjo, CoopeDota, CoopePalmares y la empresa Café de Altura, con el propósito de obtener datos generales sobre su funcionamiento y el grado de implementación tecnológica. Parte de las informaciones recopiladas se obtuvieron a través de un grupo de estudiantes del curso de Informática Aplicada a la Economía Agrícola.
Se efectuó un análisis de las respuestas y, a partir de ello, se generaron datos cualitativos y cuantitativos, los cuales fueron procesados mediante estadísticas descriptivas y análisis de correlación entre variables clave.
El Centro de Investigaciones en Economía Agrícola y Desarrollo Agroempresarial (Cieda) realizó un estudio con el fin de identificar los factores que influyen en la adopción de tecnologías para descubrir temprano la antracnosis en el cultivo de café.
Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.Los resultados evidenciaron que factores como la edad de los productores y las prácticas culturales o tecnológicas aplicadas en las fincas guardan un vínculo directo con la adopción de tecnologías para detener la antracnosis.
Baltodano puntualizó que, entre menor sea la persona, existe más anuencia a utilizar nuevas tecnologías. De las personas entrevistadas, más del 50 % es mayor de 51 años.
Otro aspecto importante es el tamaño de la finca. Esta variable se relaciona directamente con la anuencia a la adopción de tecnología. Entre más grande sea el tamaño de la finca, la persona productora está más anuente.
De igual manera, la presencia de prácticas culturales arraigadas, como el manejo integrado de plagas, el uso o no de sombra en sus cultivos y si la persona productora se preocupa por la conservación del suelo son variables que también se relacionan con la implementación de la tecnología.
Aunque más del 50 % manifestó su anuencia a adoptar nuevas tecnologías para la detección de la antracnosis, existen una serie de barreras y limitantes que dificultan el proceso.
El estudio encontró que las personas productoras no cuentan con la suficiente información sobre nuevos desarrollos tecnológicos y de lo que se tiene conocimiento se comparte poco entre productores y cooperativas.
También, aunque las cooperativas ofrecen capacitaciones, estas son sobre temas de manejo agronómico, pero no tanto sobre adopción de tecnología.
El 50 % de las personas entrevistadas indicó que la principal limitante para adoptar la tecnología es el alto costo de inversión. Luego, con menos del 20 %, se señaló la falta de conocimiento y la carencia de capacitaciones y asesorías.
Como parte del estudio, se crearon dos paquetes tecnológicos hipotéticos, con una serie de servicios y rangos de precio, para que las personas productoras eligieran alguno de ellos y definieran el costo que estarían dispuestas a invertir.
Para el primer paquete, que es básico, más del 50 % dijo que sí lo adquiriría y el 88 % estaría dispuesto a pagar entre ₡50 000 y ₡100 000 o una cifra menor.
Para el segundo paquete, que incluye servicios adicionales, solamente el 42 % de las personas entrevistadas tendría disposición de adquirirlo y el 83 % pagaría entre ₡50 000 y ₡100 000 o una cifra menor.
En el caso de las cooperativas, se identificó que desconocen acerca de la utilización de drones para el análisis de la antracnosis. No obstante, tres de las cuatro instancias muestran interés en adoptar nuevas tecnologías. Aun así, enfrentan obstáculos importantes, como el alto costo, la complejidad de la implementación, condiciones del cultivo, situación del sector cafetalero, edad de los productores, miedo al cambio y el tamaño reducido de las fincas.
Respecto a la compra de paquetes tecnológicos, dos de las cooperativas expresaron interés, con una inversión estimada entre ₡50 000 y ₡100 000. Otra planteó no poder invertir por su baja producción y la última no manifestó una postura clara.
Los datos de esta investigación son necesarios para determinar cuáles son las barreras económicas y sociales que impiden adoptar la tecnología. Esto incluye no solo reducir los costos de los equipos, sino también ofrecer capacitaciones técnicas y apoyo financiero a los pequeños productores, para que el sector cafetalero costarricense pueda avanzar hacia una producción más sostenible y rentable.
De igual manera, se abren las puertas para desarrollar estudios similares aplicados a otro tipo de cultivos y evaluar el tema de la adopción de tecnología específica en cada uno de esos sectores.