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Casa Ilori en La Carpio
21 de setiembre: Día Internacional de la Paz
Un proyecto de Iniciativas Estudiantiles ayuda a crear una cultura de paz en la niñez de La Carpio

Los niños y las niñas de quinto grado de La Carpio desarrollan diversas actividades lúdicas para aprender a formar una verdadera cultura de paz en su comunidad. Foto cortesía de Gerson Coto Gómez, de Iniciativas Estudiantiles / UCR y con autorización de Casa Ilori.

Con juegos e historias, tres estudiantes de Trabajo Social de la UCR intentan romper los círculos de violencia en el estudiantado de quinto grado de ese barrio capitalino
21 sept 2023Sociedad

La violencia engendra violencia. Esta conocida frase que no tiene un autor específico, pero que ha sido evocada por gigantes como el escritor Eduardo Galeano o el cantante John Lennon, expresa una gran verdad: solo la verdadera paz social logra cortar los círculos de violencia que permean en muchas familias y comunidades del país.

La paz es más que la ausencia de guerra. Si bien Costa Rica está cercana a cumplir tres cuartos de siglo de no tener ejército – lo cual ha valido para presumir que somos “un país pacífico” – la verdad golpea en la cara cuando se observan los 642 asesinatos que reporta el Organismo de Investigación Judicial en lo que va del año (a este miércoles 20 de setiembre). Esta cifra es más que escandalosa y llevará probablemente a que el 2022 sea el año más violento en la historia reciente del país. Todo ello sin contar los casos de violencia física, psicológica y sexual; acoso callejero, escolar, laboral y muchas otras realidades negativas que afectan la vivencia de una verdadera cultura de paz.

Niños haciendo actividades en Casa Ilori - La Carpio

El grupo de escolares que trabaja con el proyecto de Iniciativas Estudiantiles realiza diversas actividades lúdicas para aprender sobre sus derechos. Foto cortesía de Gerson Coto Gómez, Iniciativas Estudiantiles / UCR y con autorización de Casa Ilori.

Para aportar a reducir la violencia social que destruye al país, tres estudiantes de cuarto y quinto año de la carrera de Trabajo Social de la Universidad de Costa Rica (UCR) se aliaron con la Fundación Bien de Mujer, una organización sin fines de lucro que tiene el Programa Casa Ilori en La Carpio, el cual funciona en esa comunidad desde el año 2008 y que hoy en día atiende alrededor de 250 niños y niñas de este barrio capitalino.

Fue así como surgió el proyecto de Iniciativas Estudiantiles: Siendo guardianes de la paz: un espacio de expresión, reconocimiento y acción contra la violencia, el cual está inscrito con el código IE-232 ante la Vicerrectoría de Acción Social..

La idea de Gerson Coto Gómez, Camila Marrero Camacho y Stephanie Murillo Arce, el trío que conforma este proyecto, es enseñar con juegos, historias y otras actividades lúdicas, al alumnado de quinto grado de escuela, a romper con hábitos de agresión, promulgar el respeto a los derechos de la infancia y generar un cambio en la cultura impregnada de violencia en la que se desenvuelven estas personas menores de edad.

Previamente, este grupo universitario estuvo en un asentamiento informal situado en Río Azul, del cantón cartaginés de La Unión, para desarrollar una práctica profesional de talleres sobre la problemática de la violencia contra niños y niñas, afirmó Coto.

Tras esta experiencia, conformaron un proyecto de Iniciativa Estudiantil y contactaron por medio de una docente de la Escuela de Trabajo Social a Erci Ménez Trejos, psicóloga y directora de los procesos sociales de Casa Ilori. Fue ahí donde nació una unión que ha venido dando frutos en los últimos meses.

Jugando contra la violencia

La labor de este grupo universitario en La Carpio empezó con un diagnóstico sobre qué pensaba el grupo de infantes sobre la violencia, lo que dio material para saber cómo intervenir las realidades que vivían muchas de estas personas.

Una vez concretado este paso preliminar, comenzaron a desarrollar la metodología para trabajar con los infantes, de forma que se diviertan al mismo tiempo que desarrollan una mentalidad crítica; todo desde un trato horizontal con el alumnado que cursa el quinto grado de La Carpio.

Por ejemplo, se les propone crear historias donde haya casos de agresiones para que el grupo de estudiantes de Trabajo Social les brinden las soluciones. También desarrollan otro tipo de actividades que pueden parecer juegos pero que, a la vez, permiten a estos futuros profesionales tener alguna idea de la realidad violenta que puede vivir el grupo con el que trabajan, como lo explicó Coto:

Niños en Casa Ilori de La Carpio

Parte de las actividades desarrollada por la niñez de La Carpio en este proyecto de Iniciativas Estudiantiles es saber qué hacer en caso de agresión o abuso sexual. Foto cortesía de Gerson Coto Gómez, Iniciativas Estudiantiles / UCR y con autorización de Casa Ilori.

Coto comentó que cada una de las estrategias tiene también por meta combatir el adultocentrismo que impera en la sociedad, el cual hace creer a las personas adultas que pueden hacer con las menores lo que quieran.

Además, hizo un llamado a considerar la diversidad de gustos o comportamientos que hay en la infancia, ya que no todos los escolares tienen los mismos pasatiempos o respuestas ante actos violentos.

Este grupo de estudiantes de Trabajo Social tiene claro además que la niñez que atienden suelen tener muy arraigada la creencia de que la violencia solo se resuelve con más violencia. Esto es normal si los individuos que se encargan de su cuido no tienen las mejores herramientas educativas para corregir esa idea. Peor aún si se toma en consideración el entorno de asesinatos y balaceras ocasionales en La Carpio.

Por eso, para Coto es fundamental que este tipo de proyectos se mantengan en la comunidad, pero consideró vital también trabajar con personas de otras edades, incluyendo a las personas responsables de sus hogares, pues muchas veces es esta población la que más necesita saber cómo romper con los círculos de violencia.

Además, advirtió sobre la falta de espacios para la recreación, como sitios donde practicar deporte y arte, de manera que estas prácticas eviten la reproducción de modelos de vida agresivos.

Casa Ilori: una llave para ayudar

Pero todo este proyecto de Iniciativas Estudiantiles no hubiera sido posible si antes la Fundación Bien de Mujer no se hubiera atrevido a fundar Casa Ilori en La Carpio. Esta instancia comenzó a operar en esta localidad desde hace 15 años mediante centros de reforzamiento de matemáticas y español para el alumnado de la escuela.

La directora de los procesos sociales de Casa Ilori, Erci Méndez Trejos, comentó que en sus inicios comenzaron a trabajar con un espacio llamado Círculo de Amor, que ofrecía espacios psicosociales y psicoemocionales a través del arte.

Luego, por medio de los Ebáis de La Carpio, empezaron a empaparse más de las dinámicas que existían en esa comunidad y fue entonces cuando iniciaron con los talleres educativos con estudiantes escolares en casas o iglesias.

Erci Méndez Trejos: el trabajo de Casa Ilori en La Carpio

Pero este año recibieron un apoyo inesperado: tres estudiantes de Trabajo Social de la UCR contactaron a doña Ercy para colaborar con un pasacalles que se realiza desde hace tres años y que tenía como lema: “La paz es una actitud”.

De parte de la UCR, además del mencionado proyecto de Iniciativas Estudiantiles, Méndez mencionó que otros grupos de estudiantes de Trabajo Comunal Universitario (TCU) se han aproximado a su organización para apoyar la oferta que brinda Casa Ilori desde diferentes campos y con otras poblaciones, como la juventud, las mujeres y las madres jefas de hogar de La Carpio.

Ercy Méndez Trejos: el aporte del proyecto de Iniciativas Estudiantiles a Casa Ilori y La Carpio

De acuerdo con doña Ercy, quien también es psicóloga, el estudiantado de la Universidad aporta un “refrescamiento permanente” a su organización, pues trae nuevas ideas que enriquecen los aspectos profesionales, humanos y sociales de la Fundación.

Méndez confía en que estos insumos permitirán que estas “pequeñas acciones” que desarrollan en La Carpio desde hace 15 años multipliquen los casos de éxito de personas que hoy son profesionales y que, en algún momento, estuvieron en los mismos espacios educativos y de apoyo que aprovechan hoy los escolares de la zona.

Pablo Mora Vargas
Pablo Mora Vargas
Periodista Oficina de Comunicación Institucional
pablo.moazfzravargas  @ucrgqjd.ac.cr

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