La contaminación del aire es una de las principales causantes de enfermedades respiratorias en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y Costa Rica no escapa de esa realidad. A nivel nacional, gran parte del problema comienza desde las calles congestionadas, que arrojan alrededor del 75% de emisiones de dióxido de carbono (CO2).
Así se discutió en la "III Conferencia: Hacia una agenda de servicios de salud verdes y saludables en Costa Rica”, organizada por la Cátedra Dr. Rodrigo Loría Cortés de la Facultad de Medicina de la UCR, el Comité de Gestión Ambiental del Hospital Nacional de Niños y la organización no gubernamental Salud sin Daño.
El encuentro se llevó a cabo en el auditorio anexo de la Facultad en el mes de agosto y fue declarado de interés institucional por la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) y por la Rectoría de la UCR.
En total, la actividad contó con la asistencia de cinco expertos que abordaron temáticas relacionadas con estrategias y desafíos presentes para lograr servicios de salud verdes y saludables. Entre los participantes destacó la primera dama, Claudia Dobles Camargo, quien discutió sobre la responsabilidad del transporte público y privado, dos de los grandes responsables de la huella de carbono que se origina en el país.
De acuerdo con Dobles, las emisiones de fuentes móviles de transporte están fuertemente vinculadas con la generación de enfermedades respiratorias, tales como el asma, la bronquitis y la hipertensión pulmonar. Asimismo, datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) del 2016 estiman que para el 2060 a nivel mundial se dará un aumento significativo (de casi 36 millones por año) en casos de bronquitis.
“Una de las áreas más contaminadas por emisiones de carbono es el Paseo Colón, justamente al frente del Hospital Nacional de Niños. El tema de emisiones, contaminación y enfermedades respiratorias tiene una relación tanto directa como indirecta, no solo en incentivar la presencia de nuevos padecimientos, sino también en afectar otras áreas como la visión”, afirmó Dobles.
Ante esa realidad, Costa Rica ha asumido diferentes compromisos a nivel nacional e internacional para promover y fortalecer su rol de líder en sostenibilidad. Algunos son la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, el Protocolo de Kioto, el Convenio Centroamericano para Cambios Climáticos y el Acuerdo de París.
El propósito es alcanzar la meta de ser un país carbono neutral para el 2021 y, aunque constituye un desafío importante, ya Costa Rica ha apostado por una matriz eléctrica limpia que pueda sustituir paulatinamente la flotilla de combustible fósil.
Dicho cambio generaría un impacto real en la descarbonización, que se uniría a los esfuerzos actuales que el país realiza para generar energías limpias provenientes del agua, la luz solar, el viento, la biomasa y la geotermia.
También, a través de la Ley N.° 9518: Incentivos y Promoción para el Transporte Eléctrico, se insta a comprar vehículos eléctricos con exoneración de impuestos, para que sea de más fácil alcance al costarricense y opte por un vehículo más amigable con el ambiente.
“Como sociedad necesitamos cambiar nuestros hábitos de movilidad. Hasta ahora no hemos logrado darle al ciudadano –que quiere llegar de manera más eficiente y rápida– una buena opción que haga que no quiera invertir en un carro”, señaló la arquitecta.
Parte del reto es que el transporte público se convierta en la primera opción para el usuario. Dobles indicó que, a pesar del caos y la lentitud del kilómetro por hora, los costarricenses continúan movilizándose mediante el transporte privado, incluso con todos los inconvenientes que eso genera. Algunos problemas son el estrés, la ansiedad y la migraña.
“Nuestra labor es generar un sistema moderno de transporte público que realmente sea una opción para el usuario. Queremos que la población vea el beneficio de invertir mejor el gasto. Por ejemplo, con el dinero que se usa para pagar un carro cada mes, ese mismo monto podría invertirse en otra cosa porque hay un sistema de transporte que suple mis necesidades, me ahorra tiempo y me da seguridad. Hasta no darle una alternativa real a los usuarios que compense el no tener carro, difícilmente vamos a hacer grandes cambios”, dijo la primera dama.
Una de las iniciativas que propone la arquitecta es crear un tren rápido de pasajeros (TRP), el cual planea resolver parte de los inconvenientes y devolver la confianza a la ciudadanía en la ejecución de megaproyectos. Sin embargo, ella fue enfática al mencionar que esta idea no resolverá toda la problemática.
“El tren rápido de pasajeros es lo que llamaríamos nuestra columna vertebral, el eje ordenador que queremos seguir alimentando a fin de ordenar el sistema de transporte público”, indicó Dobles.
De igual forma, se propone un sistema de buses eficiente que, en este caso, vendría a ser un complemento fundamental para el TRP. El plan estaría acompañado de una sectorización acorde con el ordenamiento y la modernización, con el objetivo de movilizar una mayor cantidad de personas.
“Mejorar la ciudad trae incluso beneficios colaterales. Comercialmente, las zonas se vuelven más activas y prolíficas. Los beneficios para la economía local serían evidentes, ya que podemos socializar más que cuando estamos encerrados en la burbuja de nuestro vehículo. Una de las metas es generar ciudades con más y mejores aceras y ciclovías. Estos factores pueden mejorar la experiencia vivencial de las ciudades y fortalecer la dinámica social”, concluyó.