El maestro de la Escuela Guayaba Yökö
Doce indígenas culminan carrera en universidades públicas
Doce estudiantes indígenas del país concluyeron en 2013 la carrera de Bachiller en Educación en I y II ciclos con énfasis en lengua y cultura cabécar, la cual se impartió en la Sede del Atlántico de la Universidad de Costa Rica (UCR), en Turrialba.
Maikol Salazar y Perciles Aguilar maestros en la Escuela Guayaba Yökö son un ejemplo de la inserción de estos nuevos profesionales en sus comunidades de origen y el aporte que dan a la educación de las generaciones más jóvenes (fotografías Denis Castro).
Esta promoción estudiantil forma parte
de un programa interuniversitario financiado por la Comisión
Nacional de Rectores (Conare), y establecido con el fin de ampliar
las oportunidades de participación a la población indígena en la
educación superior pública.
A unos 60 km de la ciudad de Turrialba,
en las estribaciones de la cordillera de Talamanca, se encuentra el
Territorio Indígena de Chirripó, en donde labora uno de los
estudiantes graduados.
La M.Ed. Hannia Watson Soto,
coordinadora de la carrera en la Sede del Atlántico, explicó que
las universidades proporcionaron los servicios requeridos por estos
alumnos: transporte, alojamiento, alimentación y materiales.
También aportaron los resultados de la investigación y abrieron los
espacios de capacitación necesarios.
En la Escuela Guayaba Yökö hay 42
estudiantes, de preescolar a sexto grado, y cinco docentes. Es una
escuela rural, de difícil acceso y con recursos escasos. No tiene
electricidad ni Internet.
Maikol Salazar Céspedes, 25 años,
maestro en la Escuela Guayaba Yökö desde 2010 y uno de los
estudiantes graduados en el programa: “Muchos cursos estaban
basados sobre nuestra realidad, en un 80 % pudimos conversar sobre
nuestra cosmovisión y la realidad de aquí”, expresó.
Maikol imparte las clases en español y
en cabécar. Él considera que el español es “una herramienta” muy
importante para estudiar y para integrarse a la sociedad.
Este joven maestro está consciente de su
papel en la defensa de la lengua cabécar y, en general, de las
tradiciones y la cultura de su pueblo. Aunque, dijo, “no se puede
tapar el sol con un dedo”, hay cambios y los cambios son globales,
afectan a todo el mundo.
En las escuelas de Chirripó hay un
maestro o maestra de lengua y otro de cultura. Se busca que los
alumnos aprendan a leer y escribir la lengua materna y que haya un
rescate de las expresiones culturales y de las artesanías
tradicionales.
Persiles Aguilar Jiménez, es docente de
Cultura en la Escuela Guayaba Yökö. El caballo es su medio de
transporte.
En Alto Chirripó se encuentra el Liceo
Rural Fila Carbón II, ubicado en Quetzal. Cuenta con nuevas
instalaciones, construidas con un préstamo suscrito por el país con
el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento para la
construcción de obras educativas en comunidades indígenas.
Este colegio atiende a 109 estudiantes.
Su director, Cristian Hidalgo Ávila, manifestó que se debe trabajar
más en la contextualización de los programas educativos a las
condiciones de los territorios indígenas, reforzar la enseñanza de
matemática y español y proporcionar más tiempo a los alumnos en las
pruebas de bachillerato.

