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Monumento rinde homenaje a boyeros y boyeras

11 mar 2009
Monumento y Mario Parra
El artista Mario Parra junto al Monumento al boyero ubicado en la plaza central de San Antonio de Escazú. (Foto Luis Alvarado Castro)

Los cerros de Escazú, la arquitectura rural, los paseos dominicales de los chiquillos en carreta, el horno de leña, el trapiche y la pulpería, son algunos de los elementos presentes en el Monumento al boyero, inaugurado recientemente en la plaza central de San Antonio de Escazú.

Fue elaborado por el escultor costarricense y profesor de la Escuela de Artes Plásticas, Mario Parra Brenes, con la colaboración de docentes y estudiantes de esta unidad académica y funcionarios de la Compañía Holcim.

Este monumento es un reconocimiento público a la importancia de la tradición del boyeo y la carreta en Costa Rica, la cual fue declarada por la Unesco Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad en el año 2005, así como a cientos de boyeras y boyeros de todo el país.

La obra fue realizada en alto y bajo relieve, siguiendo la técnica de modelado en arcilla y posteriormente vaceado en concreto coloreado. Tiene 65 metros de longitud y tres metros de alto.

Al respecto el artista Mario Parra comentó que “es una obra pública transitable que nos invita a recorrer los diferentes tipos de paisajes, carretas y escenas de la cotidianidad de nuestro pueblo, la arquitectura rural de la época, tipos de vegetación, animales, clases de productos, diferentes materiales, aspectos sociológicos e históricos y sentimientos religiosos y poéticos”.

Monumento al boyero
Este Monumento es un homenaje a la tradición del boyeo y la carreta en Costa Rica y a los cientos de boyeras y boyeros de todo el país. (Foto Luis Alvarado Castro)

Agregó que en el perfil superior del monumento “aparecen los cerros de Escazú, el cerro San Miguel con su cruz, Pico Blanco, Pico Alto, el cerro Banderas, el cerro Tapezco, La Ventolera; más abajo están formas de cultivo y parcelación de la tierra, la arquitectura rural, la presencia de la iglesia típica de nuestros pueblos, y por último el recorrido de los boyeros con sus bueyes y carretas, con todo lo que ocurre en su entorno”.

También incorporó materiales y productos como la piedra, la madera, la arcilla, el café, la caña, el banano y el maíz, y escenas típicas como los paseos dominicales de los chiquillos en carreta, la señora y el horno de leña, la pulpería y la cantina.

Para hacer esta obra el artista Parra se inspiró en los cuentos de Carlos Salazar Herrera y Aquileo Echeverría, las anécdotas de la gente, las pinturas de Quico Quirós con su portón rojo, Fausto Pacheco con la casa de adobe, los relieves de Néstor Zeledón Guzmán con la pulpería, así como en otra serie de personas que han tratado temas de la cotidianidad costarricense.

Para Mario Parra “este monumento es producto de mi terquedad, de mi compulsividad, de mi locura artística, sumado a mi frustración, a mi duda por trabajar una técnica novedosa, por sus dimensiones y su grado de dificultad. Todo esto dio como resultado este monumento único en sus dimensiones, material y estilo”.

Por su parte, la Ministra de Cultura y Juventud, María Elena Carballo, apuntó que “esta obra permanecerá en exposición permanente como hito de referencia local y atracción turística para los visitantes al pintoresco pueblo de San Antonio de Escazú”.

María Eugenia Fonseca Calvo.
Periodista Oficina de Divulgación e Información
maria.fondqddsecacalvo  @ucrpjaw.ac.cr

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