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Hallazgo UCR
Residuos farmacológicos de alto peligro ambiental son hallados en aguas costarricenses
El estudio de la UCR prioriza nueve compuestos farmacológicos como contaminantes prioritarios
24 sept 2025Salud

Imagine que decide visitar un río para pasar un agradable fin de semana con su familia, pero ahora con una novedad. Ese río, que antes traía tranquilidad, ahora también trae un cóctel invisible de residuos de medicamentos que no debería estar ahí.

Así lo evidencia un reciente estudio elaborado por un grupo de expertos del Centro de Investigación en Contaminación Ambiental (CICA), de la Universidad de Costa Rica (UCR), divulgado en el 2024 y expuesto este 2025 en el X Conferencia: “Hacia una agenda de servicios verdes y saludables en Costa Rica”, acogido por el Proyecto de Educación Permanente y Continua de la Facultad de Farmacia de la UCR.

De acuerdo con el estudio efectuado en 163 puntos de muestreo —que incluyó aguas de hospitales, plantas de tratamiento, rellenos sanitarios, fincas ganaderas, porcinas, lecheras, así como ríos costarricenses— un total de 37 compuestos farmacéuticos fueron encontrados en dichos cuerpos de agua.

De esos 37 compuestos, 25 presentaron un nivel de riesgo entre medio y alto para la salud ambiental, mientras que nueve son los que encabezan la lista crítica de contaminantes prioritarios por su alta frecuencia de detección y su elevado nivel de peligrosidad ambiental.

Entre esos nueve contaminantes críticos está la cafeína en primer lugar, seguido por la difenhidramina (antialérgico), el acetaminofén y la lovastatina, muy usada para reducir el colesterol.

Posteriormente, se encuentran el gemfibrozilo, utilizado para controlar la grasa en la sangre, la ciprofloxacina —un antibiótico contra infecciones—, el ibuprofeno, la doxiciclina —un antibiótico contra infecciones respiratorias o de piel— y la norfloxacina, otro antibiótico empleado contra las infecciones urinarias.

“Estos residuos farmacológicos entran dentro de la categoría de contaminantes emergentes que están llegando al ambiente por varios caminos y esto es grave. Uno de esos caminos es cuando el fármaco es ingerido y es parcialmente metabolizado por el cuerpo. Por medio de las excreciones, parte del compuesto se libera y es capaz de generar algún riesgo toxicológico al quedar en las aguas urbanas que van a las plantas de tratamiento”, explicó el Dr. Carlos Rodríguez Rodríguez, investigador del CICA-UCR y uno de los líderes del estudio.

Otra de las posibles vías de cómo estarían llegando estos contaminantes al ambiente, agregó el Dr. Rodríguez, es por la mala disposición de los fármacos vencidos o en desuso.

Según comentó el experto, es usual que los fármacos se desechen de manera incorrecta en la basura común o se viertan directamente en el inodoro o en el fregadero, lo cual facilita que lleguen a los sistemas de alcantarillado y, posteriormente, a las plantas de tratamiento, o bien, directamente a los cuerpos de agua.

"Este estudio genera un aporte muy valioso para conocer las sustancias de mayor importancia. En primer lugar, nos resume el panorama nacional, diferente al encontrado en otros países. En segundo lugar, nos permite concentrar esfuerzos. Es muy fácil perder el enfoque al contemplar las decenas de fármacos hallados, por lo que trabajar en los prioritarios es una forma eficiente para atenuar los impactos", apuntó el Dr. Didier Ramírez Morales, parte del equipo investigador.

Dr. Carlos Rodríguez Rodríguez, investigador del CICA-UCR y uno de los líderes del estudio.

Esto es parte del proyecto de investigación: "CEmerge-Contaminantes Emergentes: Monitoreo y Diseño de Estrategias para la Mitigación de su Impacto Ambiental".

El peligro

Ahora bien, ¿por qué es tan peligroso hallar estos residuos en las aguas costarricenses e, incluso, en suelos agrícolas? La respuesta es contundente: puede favorecer la resistencia bacteriana a los antibióticos, alterar los ecosistemas y, con el tiempo, regresar a nuestros cuerpos de manera indirecta a través del agua o los alimentos que consumimos.

En este panorama, el actual sistema de tratamiento de aguas tiene un papel relevante. El motivo, aseveró el Dr. Rodríguez, es que el actual sistema de tratamiento no logra eliminar en su totalidad los fármacos presentes en el agua residual. Esto es clave y, por supuesto, no es exclusivo de nuestro país.

En gran parte de América Latina, las plantas de tratamiento todavía no están diseñadas para eliminar muchos de los contaminantes de baja concentración y, por ende, varios residuos farmacológicos terminan en los ríos o en el mar.

La planta de tratamiento convencional no está diseñada para eliminar este tipo de compuestos. Una planta de tratamiento de aguas convencional está pensada para eliminar la materia orgánica que tenga carbono, nitrógeno y fósforo, básicamente. Estos contaminantes (los fármacos), que se les conoce también como microcontaminantes, no son fácilmente degradados. Para tratar este tipo de compuestos se tienen que aplicar estrategias usualmente adicionales que en el país, lamentablemente, no se aplican actualmente”, detalló el Dr. Rodríguez.

Así, el efluente —el agua residual que ya pasó por los procesos de depuración de la planta de tratamiento— se libera al ambiente y es depositada en el cuerpo de agua más cercano. Como consecuencia, los compuestos tóxicos que no se degradaron irán a esa fuente hídrica, lo que representa una exposición constante al ambiente y, además, con el potencial de afectar los ecosistemas. 

Si desea algo más gráfico, imagínelo así: cuando el residuo del fármaco llega a los ríos o al mar, este convive con los peces, las algas y los microorganismos, lo que a largo plazo incentiva una alteración de los ecosistemas. Ese residuo también puede filtrarse hacia las aguas subterráneas que abastecen los pozos y los acueductos rurales.

Asimismo, la sustancia puede integrarse al ciclo del agua, infiltrarse en cultivos o quedar atrapada en el suelo donde crecen los alimentos que comemos. En otras palabras, lo que desechamos de mala manera puede reaparecer, indirectamente, en nuestra mesa.

“A lo largo de varios años monitoreamos la entrada del agua a la planta y su salida después del tratamiento. Vimos que uno de los compuestos de relativa fácil eliminación en las plantas de tratamiento fue la cafeína, pero no para el diclofenaco y los otros fármacos. ¿Qué evidencia esto? Que la capacidad de la planta no está pensada para reducir significativamente las concentraciones de todos los fármacos”, aseguró el Dr. Rodríguez.

Lastimosamente, la historia no acaba ahí. La fracción sólida de las plantas de tratamiento; es decir, los lodos que se generan, pueden atrapar los compuestos farmacológicos que no se mezclan con el agua por ser hidrofóbicos.

El peligro aquí radica en que, muchas veces, a estos lodos se les da un uso adicional como, por ejemplo, enmiendas en el suelo tipo abono. Por eso, señala el Dr. Rodríguez, se ha empezado a encontrar residuos de fármacos también en suelos agrícolas.

“Los efluentes de las plantas de tratamiento pueden irse a los cuerpos de agua y, por la parte sólida, pueden irse a suelos. También es muy importante considerar la medicina veterinaria, en la cual gran parte de los residuos no tratados también se utilizan como abono y esto genera una exposición adicional de fármacos en el suelo”, agregó el experto.

Para obtener parte de los resultados, el equipo científico de la UCR aplicó un método multiresidual con cromatografía líquida, acoplado a espectrometría de masas. Este método ayudó a analizar simultáneamente cerca de 70 fármacos.

“El tener la capacidad instalada en el país para la determinación de residuos de estas moléculas, definitivamente abre puertas a nuevas investigaciones relacionadas con técnicas de tratamiento biológicos o químicos que se puedan utilizar para degradar estas moléculas [...] No dudo que el continuar trabajando en este campo de estudio continuará colocando al país como pionero ambiental en la región”, mencionó el Dr. Mario Alberto Masís Mora, colaborador del proyecto.

Equipo científico

Este es parte del equipo investigdor del Centro de Investigación en Contaminación Ambiental (CICA-UCR) que lograron detectar residuos farmacológicos de alto peligro ambiental en ríos, mares y suelos de Costa Rica, un hallazgo que alerta sobre los riesgos para la salud pública y la estabilidad de los ecosistemas.

Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Ahora, ¿qué hacer?

El estudio de la UCR representa un insumo invaluable para enfocar esfuerzos de mitigación de la contaminación por fármacos en América Latina, los cuales “deben ser tomados en cuenta como una primera preocupación durante la implementación de políticas ambientales relacionadas con productos farmacéuticos en la región”, cita la investigación.

Las y los investigadores de la UCR insisten en que el manejo de medicamentos vencidos o en desuso no es un detalle menor, son contaminantes que pueden afectar el ambiente y hasta regresar al ser humano de manera indirecta en cualquier momento.

Ante eso, los resultados del estudio son fundamentales y constituyen un primer paso urgente para incentivar un cambio cultural en el manejo de los medicamentos vencidos, a fin de que sean desechados en puntos especializados, como lo son los Punto Seguro.

M.Sc. Laura María Brenes Alfaro, socióloga del CICA-UCR, explica las acciones que la UCR ha hecho para ayudar a mitigar el problema

Otro elemento es motivar un rediseño de las plantas de tratamiento de aguas para que puedan eliminar estos compuestos.

“En Costa Rica, estamos en una etapa en la cual, hasta hace muy poco, se empezó a hablar de los contaminantes emergentes y a reconocer a los fármacos como contaminantes. De hecho, la regulación es todavía muy difusa y pocos países en el mundo tienen control a nivel ambiental de la concentración de residuos de fármacos que se descartan en el ambiente”, aseveró el Dr. Rodríguez.

Además de la necesidad de hacer conciencia, desde ya las y los científicos de la UCR están investigando cómo efectuar mejoras en las plantas de tratamiento con tecnologías de vanguardia—como la oxidación avanzada— con el potencial de degradar estos compuestos e, incluso, implementar buenas prácticas en el sector pecuario para reducir el ingreso de antibióticos y otros fármacos al ambiente.

Por último, con base en los resultados de este estudio, así como la priorización y la identificación de los compuestos de mayor riesgo para el ambiente, se está trabajando en colaboración con el Comité Nacional de Vertidos. 

El objetivo es promover una nueva versión del reglamento de vertidos que incorpore, por primera vez, el monitoreo de los compuestos prioritarios identificados por la UCR. Esta sería la primera vez que se estaría trabajando con la identificación de fármacos a nivel nacional para términos regulatorios, que es algo bastante innovador a nivel de América Latina.

La lista negra

Medicamento (uso común)

Tipo de agua donde se detectó

RS (puntaje de riesgo)

Cafeína (estimulante, café y bebidas energéticas)

Aguas residuales hospitalarias

2.19

 

Aguas crudas de plantas de tratamiento

1.66

 

Efluentes tratados de plantas de tratamiento

1.44

Difenhidramina (antialérgico y somnífero)

Aguas residuales hospitalarias

1.81

 

Aguas crudas de plantas de tratamiento

0.91

 

Aguas de granjas (porcinas/lecheras)

0.79

Acetaminofén / Paracetamol (calma dolor y fiebre)

Aguas residuales hospitalarias

1.58

 

Aguas crudas de plantas de tratamiento

0.96

Lovastatina (reduce colesterol)

Aguas residuales hospitalarias

1.81

 

Aguas crudas de plantas de tratamiento

1.55

 

Efluentes tratados de plantas de tratamiento

1.06

Gemfibrozilo (controla grasas en sangre)

Aguas crudas de hospitales

0.88

 

Efluentes tratados de plantas de tratamiento

1.17

Ciprofloxacina (antibiótico contra infecciones)

Aguas residuales hospitalarias

1.11

 

Aguas de granjas

0.67

Ibuprofeno (dolor e inflamación)

Aguas crudas de plantas de tratamiento

1.61

 

Aguas residuales hospitalarias

1.20

 

Efluentes tratados de plantas de tratamiento

0.94

Doxiciclina (antibiótico para infecciones respiratorias/piel)

Aguas costeras

1.12

 

Aguas superficiales continentales

0.75

Norfloxacina (antibiótico para infecciones urinarias)

Aguas superficiales continentales

1.10

 

Aguas costeras

1.02

 

Aguas de granjas

0.62

Fuente: Occurrence of pharmaceuticals in Latin America: case study on hazard assessment and prioritization in Costa Rica

Jenniffer Jiménez Córdoba
Jenniffer Jiménez Córdoba
Periodista Oficina de Comunicación Institucional
Área de cobertura: ciencias de la salud
jenniffer.jirhxrmenezcordoba  @ucrwvbo.ac.cr

Comentarios:

1
  • Cindy Calvo Salazar 2025-09-25 11:28:40
    Excelente investigación y sumamente necesaria para continuar educando a la población en el tema de manejo de residuos, así como, en el impulso de nuevas y mejores políticas nacionales.