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¡Excelentes noticias!
Jóvenes de Limón aprenden a convertir los residuos del banano en esperanza, oportunidad y futuro
Las y los jóvenes del Liceo Rural La Perla formularon sus primeras cremas, champús y geles a base de banano en los laboratorios de la UCR
4 sept 2025Salud

Kihaveth Navarro Hernández es una médica limonense de 31 años que vivió una experiencia que cambió su vida. Lo que no imaginaba era que, sin saberlo, su vivencia también transformaría la de doce jóvenes del Liceo Rural La Perla, en Limón.

Gracias a ella, en conjunto con otros aliados, se generó una iniciativa que le permitió a las y los jóvenes materializar algo que antes solo imaginaban: convertir, con sus propias manos, el residuo de banano en cremas, champús y geles con potencial comercial. El impacto de esto fue trascendental.

Tras casi dos horas de viaje desde Siquirres, a las 9:00 a. m. el grupo llegó al Instituto de Investigaciones Farmacéuticas (Inifar), de la Universidad de Costa Rica (UCR).

En ese lugar, guiados por las manos de las y los farmacéuticos del Inifar-UCR, los jóvenes descubrieron que aquel residuo de banano, que suele ser concebido como una basura era, en realidad, una potencial ventana hacia un futuro capaz de abrir puertas.

Así, después de cuatro horas de jornada continua en los laboratorios de la UCR, las y los jóvenes vieron algo más que un residuo, vieron la posibilidad de transformar, de impulsar la belleza y de reconocerse a sí mismos como individuos capaces de generar un cambio.

“Me sentí muy emocionada y nerviosa, pero que encantó todo”, mencionó una de las jóvenes estudiantes. “La experiencia fue muy linda, me llevo todas las ganas de estudiar”, agregó otro joven. “Pude lograr ver esta carrera de forma distinta, en otras palabras, me empezó a llamar la atención”, expresó un estudiante, quienes solicitaron el anonimato. Esto fue alentador.

Desde el criterio de la Dra. Navarro, en los últimos años la provincia de Limón se ha caracterizado por serios problemas sociales y de violencia, en los cuales las personas jóvenes suelen ser las más vulnerables.

El Informe Estado de la Nación 2024 destaca que la violencia homicida en Costa Rica se concentra en zonas con alto rezago social, como Limón. En cantones específicos como Matina, Siquirres y Limón es donde se presentan las mayores tasas de homicidios.

Esa problemática, afirma la doctora, está fuertemente vinculada a la falta de oportunidades y a un entorno social que empuja a que las nuevas generaciones repliquen ciclos de exclusión, desesperanza y violencia que parecen heredarse de una generación a otra, como si ese fuese el único camino de vida posible.

“El desarrollo siempre va a ir de la mano de las oportunidades. Entre menos oportunidades tenga una persona, más reducidas estarán sus opciones y más fácil va a ser que él o ella quiera utilizar otros caminos. Esto es doloroso”, comentó la Dra. Navarro.

“Yo soy originaria de Bataan y mi vida ha sido bonita porque tuve oportunidades que iniciaron cuando gané una feria científica. Esto me motivó a ser doctora y por eso quiero que cada joven de Limón las tenga. El primer paso para lograrlo es saber que otra vida, lejos de la violencia y de las drogas, es posible y que hay caminos para lograrlo: uno es la ciencia”, enfatizó la Dra. Navarro.

Dra. Kihaveth Navarro Hernández, médica

¡Así vivieron las y los jóvenes la experiencia!

Jóvenes
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El recuerdo que generó el cambio

Las palabras de la Dra. Navarro vienen de la experiencia. Ella conoció de cerca lo que significa crecer en un entorno vulnerable y, más tarde, lo constató al atender sus primeras guardias en las salas de shock del área de salud de Matina.

En ese lugar, contó Navarro, se enfrentó a una realidad dolorosa: la mayoría de quienes llegaban con heridas de bala, luchando por su vida, eran personas jóvenes.

“Yo inicié mi trabajo a los 25 años y mi primera paciente en el área de salud de Matina fue una muchacha de 24 años que falleció por herida de bala. Cuando uno ve que personas tan jóvenes están muriendo de manera violenta es porque algo en el sistema está fallando”, relató la Dra. Navarro.

“Así, me di cuenta de que solamente estábamos apaleando los daños que estaba causando la violencia en Limón. ¿Y por qué? Porque muchos jóvenes no ven que hay otros caminos posibles como lo es la ciencia. Creo que la ciencia acerca a los jóvenes a otros caminos y les muestra un mundo que, por ser parte de las zonas de menor índice de desarrollo humano, no es tan cercano a ellos”, manifestó.

Esa realidad la motivó a acercarse al Liceo Rural La Perla y les presenté el proyecto. Luego, tocó varias puertas. No obstante, “la UCR fue la única universidad que contestó y nos dijo sí. Es muy bonito ver que la UCR abre sus puertas para las personas de zonas rurales y que no discrimina”, relató la Dra. Navarro.

Daniela Matarrita Brenes, investigadora del Inifar-UCR

Un inicio

Y sí, las puertas de la UCR se abrieron, incluso, antes de que llegaran al Inifar-UCR. Días antes, las y los colegiales de séptimo, octavo y noveno año recibieron dos capacitaciones virtuales.

En esas capacitaciones se les enseñó las normas de seguridad en un laboratorio científico y escucharon los testimonios de profesionales farmacéuticos graduados, que fueron motivadores para despertar el interés por la investigación y el quehacer científico.

“Fue un día histórico. Nunca imaginé estar en la UCR. Esto fue una experiencia totalmente nueva para nosotros, porque es la primera vez que una universidad estatal nos da una oportunidad. Estamos muy emocionados. Para mis chicos, el venir a conocer un laboratorio es un nuevo mundo”, compartió Heidy Derlyn Wright Cruz, docente de Ciencias del Liceo La Perla.

“Nosotros no tenemos un laboratorio en nuestro colegio. Cuando les propuse el proyecto, junto con nuestra directora, ellos estaban emocionados y dijeron que sí, que querían conocer y saber cómo es un laboratorio de verdad. Aunque yo les imparta ciencias, no tengo cómo enseñarles a hacer un pequeño experimento. Por eso, estar en la UCR ha sido una gran alegría”, añadió Wright. En efecto.

La Dra. Navarro indicó que para muchas de estas chicas y chicos esta fue la primera vez que se encuentran en el Valle Central y, también, la primera vez que están pisando un laboratorio científico.

“Que esta experiencia haya sido a través del Inifar, encargado de velar por la calidad de los medicamentos en el país, representa la verdadera justicia social de la UCR: acercar a las y los jóvenes a caminos que les enseña que, incluso, desde nuestra zona rural puede haber desarrollo”, agregó la Dra. Navarro.

La Dra. Daniela Matarrita Brenes, docente de la Facultad de Farmacia de la UCR e investigadora del Inifar, expresó que el proyecto fue un trabajo coordinado con gran potencial.

“Inicialmente, se iban a hacer las formulaciones y enviarlas para que ellos, con sus propios recursos, lo hicieran. Pero como eran chicos de colegio, quisimos enfocarnos en algo más motivador y no solo darles una formulación, sino que también vieran las posibilidades que hay de desarrollarse dentro de una carrera de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM)”, argumentó la Dra. Matarrita.

El entusiasmo de las y los jóvenes de sétimo, octavo y noveno no se hizo esperar. En cada mezcla, medición de sustancias y observación rigurosa, cada uno depositó un pedacito de esperanza, futuro y creatividad.

“En la UCR creemos que somos entes transformadores, porque tenemos el conocimiento. No obstante, no solo es importante que lo tengamos, es que lo sepamos transferir a las poblaciones que lo necesitan. Aquí hemos combinado la investigación, la docencia y la acción social en un único proyecto. La idea es seguir replicando esta iniciativa con muchos otros colegios, según sus necesidades”, apuntó la Dra. Matarrita.

Shawna Brumley Barr, directora del Liceo Rural La Perla

La iniciativa se enmarca bajo el ED-3342: Apoyo técnico a las artesanales, pequeñas y medianas empresas (ARPYME) de la UCR y con el apoyo de Dole.

El siguiente paso

La meta, ahora, afirmó Wright, es conseguir instituciones que ayuden a montar un pequeño laboratorio en el Liceo Rural La Perla, a fin de continuar el proyecto aprendido y comercializar, en algún momento, los productos, pues ya tienen las formulaciones dadas por la UCR.

En este mismo sentido, la Dra. Matarrita dijo que la idea es motivar y promover la generación de nuevas personas emprendedoras de la zona que puedan darle un valor agregado a los productos que no los tienen, como el banano. Por eso, justamente, se les enseñó cómo hacer el extracto y las formulaciones.

“Que los hijos de las y los bananeros les estén dando un valor agregado al banano es muy importante. Mi papá también trabajó en la bananera durante mucho tiempo, por lo que soy fiel creyente de que esto les puede abrir un mundo nuevo y alejarlos de la violencia”, subrayó la Dra. Navarro.

De lograrse un laboratorio, Wright considera que las y los colegiales podrán aprender una obra para la vida, ayudarse económicamente y generar nuevas opciones. Esto sería transformador, debido a que la mayoría vienen de hogares de madres jefas de hogar y con fuertes desafíos económicos.

Por eso, que las nuevas generaciones encuentren en este proyecto una semilla de innovación y de esperanza, abre las puertas a imaginar un Caribe distinto, donde el conocimiento y la creatividad no solo transforman productos, sino también la historia de sus comunidades.

“El poder es querer. Sí es posible el cambio, solo que hay que ir de la mano con ellos. No hay que soltarlos ni dejarlos solos. Dedicarle tiempo y amor puede transformar, radicalmente, la vida de un joven. Por eso, hay que estar ahí, con ellos. Ya les dije a todos que los quiero ver aquí, en esta universidad, estudiando. Si supieran las puertas que abren la UCR, sería otro mundo”, concluyó Wright.

Jenniffer Jiménez Córdoba
Jenniffer Jiménez Córdoba
Periodista, Oficina de Comunicación Institucional
Área de cobertura: ciencias de la salud
jenniffer.jisdcfmenezcordoba  @ucrylmn.ac.cr

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