Hélice: un salto cualitativo en la relación entre la UCR y el sector productivo

La Dra. Mavis Montero Villalobos, profesora e investigadora en el Centro de Investigación en Ciencias e Ingeniería de Materiales (Cicima), es una de las investigadoras partícipes y ganadoras del programa Hélice-UCR. Su investigación permitió la creación de la empresa derivada Apasomics. Foto: Archivo OCI.

El programa Hélice-UCR, liderado por la Universidad de Costa Rica en alianza con la República de Corea, se consolida como un motor de innovación y desarrollo del país. A noviembre de 2025, el programa ha generado resultados históricos; este ecosistema no solo impulsa la transferencia tecnológica, sino que redefine la relación entre la academia y el sector productivo, lo que posiciona a Costa Rica como un referente regional en innovación colaborativa.  

Desde su lanzamiento en el 2019 y luego de dos procesos de convocatoria, el programa logró crear dos nuevas empresas derivadas (spin-off) de la investigación y el desarrollo tecnológico de la UCR.  

Sumano a esto, el programa Hélice-UCR logró cinco solicitudes de patentes y tres más están en proceso, también, cuatro secretos industriales resguardados, tres programas computacionales y un derecho de autor en proceso. Vinculado a este programa se contabilizan más de 130 empleos. 

El listado de resultados se lee rápido, pero para lograrlo se necesitaron seis años del programa activo, una inversión de más de 4,5 millones de dólares, capacitadores, evaluadores, personal científico y administrativo dedicado, y las capacidades previas de la UCR, sus laboratorios, personas investigadoras y el ecosistema de innovación institucional que lo hizo posible.

Dos nuevas empresas: una nueva forma de administrar medicamentos y un producto cosmético  

Entre los hitos más destacados están Prociarica y Apasomics, las primeras empresas surgidas del modelo Hélice-UCR. 

• Apasomics desarrolla un innovador sistema de administración de fármacos, al lograr transformar un hallazgo de ciencia básica en una solución innovadora para la salud, con patente solicitada y proyección internacional. La firma es liderada por el emprendedor Ignacio González y la investigadora Dra. Mavis Montero Villalobos del Centro de Investigación en Ciencia e Ingeniería de Materiales de la UCR (Cicima).  

• Prociarica nació de la solicitud puntual de la empresaria Rebeca Mora a la Universidad de Costa Rica, para encontrar la forma de extraer de un producto natural un componente activo para un producto cosmético capilar. La solicitud fue atendida desde el Centro de Investigación en Productos Naturales (Ciprona-UCR) por el investigador M. Sc. Víctor Vásquez Chaves.  Entre ambos, se logra desarrollar un cosmético de alto valor basado en ciencia aplicada.    

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Ambas empresas son ejemplo de cómo la investigación universitaria puede convertirse en negocios escalables que generan empleo y exportaciones. 

El proceso de Hélice-UCR 

Este programa realizó dos convocatorias para seleccionar 20 ideas o proyectos de innovación propuesto de manera colaborativa con investigación UCR. La primera se realizó en el 2021 y la segunda en el 2023; además, se gestionaron dos procesos de selección y acompañamiento de proyectos de vínculo universidad-industria, en todos los casos hubo transferencia de la tecnología generada.   

El proceso inició por encontrar y motivar a los proyectos, personas investigadoras y tecnologías con potencial para lograr los objetivos. Al cierre, a través de estos proyectos Hélice-UCR logro impactar cadenas de valor en las industrias agropecuaria, química, cosmética, farmacéutica, manufacturera y robótica, a través de su modelo Quíntuple Hélice: Estado, empresa, academia, sociedad civil y ambiente para transformar conocimiento en valor real para el país y la región. 

El enfoque “uno a uno” garantizó que cada iniciativa respondiera a necesidades concretas del sector socioproductivo. Fueron 81 personas investigadoras las que se vincularon en diversos puntos del territorio nacional con problemáticas a solucionar por el sector productivo.  
 

Mejoramiento genético, procesos industriales y bioinsumos

Solo como ejemplo, el proyecto Novo Café Próspera realizó el mejoramiento genético del café al aplicar estrategias biotecnológicas para conferir resistencia a enfermedades y plagas y adaptabilidad a condiciones ambientales adversas. 

Por su parte, la ruta del maíz introdujo un proceso innovador de malteado estandarizado para la industria de bebidas a partir de variedades de maíz criollo cultivadas en Guanacaste, en especial el maíz pujagua que fue declarado patrimonio cultural.   

Cacao de Upala trabajó en los procesos de fermentación y secado de subvariedades de cacao de cultivo tradicional en Upala para asegurar las propiedades fisicoquímicas y sensoriales que son una ventaja en el mercado cacaotero.  
 
Hélice también logró mejoras en procesos industriales como el café revalorizado, que convierte los residuos del procesamiento industrial del café en una fuente de energía almacenable y en nutrientes reciclables. Otro proceso empleado fue Robustez, que es un sistema robusto para la generación de energía positiva o renovable a partir de la conversión de residuos de piña y el desarrollo de bioproductos de alto valor agregado, y finalmente BioTag, el cual es un proceso de biorrefinería que aprovecha los residuos biomásicos piñeros, para la obtención de micro/nanomateriales biopoliméricos. 
 
Se produjeron bioinsumos como LAMPdetectionKit, que desarrolló pruebas para la detección molecular de patógenos en cultivos de banano para incrementar la sanidad y productividad, Electrobrucell, método de detección portátil de detección de brucelosis bovina en el campo, de respuesta rápida, precisa, fácil y asequible para un tratamiento eficaz y Agrotec, software para la detección temprana de anomalías y enfermedades en los cultivos de café, y monitoreo del cultivo durante el ciclo productivo para asegurar estándares de calidad, trazabilidad y cantidad de producción.  

Por su parte, Siwan fomenta el uso de hongos biocontroladores para atacar poblaciones de ácaros que afectan diferentes cultivos y raíces. Este proyecto desarrolló un sustrato a partir de raíces de cultivos y plantas arvenses para uso agrícola en ambientes protegidos. 

Y cosméticas como Prociarica y APROMonteverde desarrollan productos cosméticos mediante el aprovechamiento de los compuestos bioactivos provenientes de la materia agroindustrial y de procesos especializados de extracción para obtener estos compuestos enriquecidos.

Hélice-UCR demuestra que la ciencia costarricense puede resolver problemas locales con impacto global. El programa no solo mejora la cultura de innovación, sino que motiva al sector privado a invertir en capital semilla y acelera la creación de empresas intensivas en conocimiento.

El InnoHub 

El modelo se apoyó en la infraestructura como el edificio del InnoHub UCR, ubicado en la Sede Rodrigo Facio de la UCR, el cual se presenta como la ventana de acceso a la UCR para todo el sector productivo.  

El InnoHub UCR, por su parte, ha recibido más de 30 visitas académicas y ha organizado encuentros estratégicos con actores socioproductivos, financieros e internacionales. Además, los nuevos fondos para proyectos innovadores marcan un hito en la institucionalización de la innovación en la UCR. 

El espacio está diseñado y continuará acelerando la concreción de alianzas de investigación, desarrollo e innovación con el sector productivo y la creación de empresas intensivas derivadas del conocimiento que contribuyan al desarrollo socioeconómico y al bienestar social nacional.

El terreno queda sembrado  

Como parte de Hélice-UCR se realizó un estudio que posteriormente se actualizó y que fue básico en el trabajo desarrollado. El mismo demarcó las áreas de innovación en el país y permitió ofrecer una guía certera a las personas gestoras y a los proyectos seleccionados.  

Entre las lecciones aprendidas, también está el aceptar el fracaso como parte inherente del proceso de innovación y emprendimiento. Ciertamente, un aspecto que en otros contextos se suele aceptar menos, pero que la cultura de innovación y emprendimiento requiere asumir con mayor naturalidad.  

El desarrollo de Hélice-UCR consolidó una forma de relacionar a la UCR con el sector socioproductivo que queda en el capital humano y en los procesos establecidos, que seguirán aportando vinculación para lograr la transferencia tecnológica. 

Como conclusión, el programa evidencia la necesidad de tener un marco regulatorio que ofrezca mayor claridad y que logre agilizar el desarrollo de proyectos y la transferencia tecnológica. 

También, como mensaje clave, Hélice-UCR apela al sector privado, en dónde debe existir más motivación para que también participe del financiamiento de capital semilla, y engrosar las posibilidades para que las empresas logren dar los saltos tecnológicos, que realmente marquen una diferenciación en el mercado. Lo cierto es que Hélice-UCR demostró que la investigación sí genera resultados para la industria y hay que pagarla.  

La UCR estudia, junto con la cooperación de la República de Corea, la posibilidad de realizar un proyecto Hélice 2, el cual trasladaría las capacidades aprendidas a procesos similares en Honduras y El Salvador. Al respecto, Gustavo Bado Zúñiga, director de la Dirección de Promoción de la Innovación y Vínculo para el Desarrollo (Diprovid-UCR) reconoce que el aprendizaje tras la primera experiencia ya deja sembrada una ruta de trabajo que consolida la relación universidad-industria para Costa Rica y la región.