Voz experta: El papel del humanismo en la interpretación de los conflictos internacionales
Contexto histórico
Los conflictos internacionales de la actualidad se han venido desarrollando con niveles de deshumanización que se creían ya superados por el pasado de un siglo XX extremadamente violento. Deshumanizar al enemigo nos puede conllevar a prácticas racistas y discriminatorias donde, a través del fanatismo religioso y nacionalista, un sector de un país potencia en materia militar y económica se plantee el exterminio de su supuesto enemigo fronterizo. Esto es lo que hemos venido viendo en el conflicto árabe israelí desde la partición del territorio palestino en 1948, pero con mayor gravedad a partir del 7 de octubre del 2023, día en el que el movimiento Hamás llevó a cabo atentados terroristas contra población civil israelí. Este enfrentamiento político no inició ese día, pues se ha desarrollo desde hace más de setenta y cinco años con niveles de violencia extrema entre naciones vecinas, pocas veces vistos en la historia contemporánea. A las disputas por el control de la tierra y los recursos económicos, se le suma el problema étnico, religioso y político ideológico para comprender mejor lo que sucede en esta pequeña franja de tierra del Medio Oriente.
Con un objetivo claramente colonialista, el movimiento sionista israelí se ha dado la tarea desde 1948 de ir apropiándose paulatinamente de todo el territorio correspondiente originalmente a los árabes palestinos, explotando para ello la causa del pueblo judío masacrado por los nazi fascistas durante la segunda guerra mundial y aprovechando con esto la excusa de la necesidad obligatoria de un territorio para un pueblo sin hogar. Apropiarse de todo el territorio palestino es parte del proyecto de la Gran Israel, inventado por varios grupos radicales religiosos primero (principalmente el sionismo cristiano) y luego en segundo lugar por grupos de extrema derecha, entre varios, el sionismo judío mesiánico y como parte de este el kahanismo político (agrupación que fue considerada por Estados Unidos como terrorista en 1994).
A partir del 29 de noviembre de 1947, las Naciones Unidas aprobó la resolución 181 donde se propuso la partición de Palestina. Esta resolución ya de por sí injusta, sin consentimiento de su población, partía el territorio palestino en dos partes: una parte más grande para que la población judía (que Europa no protegió entre 1935 y 1945), y otra porción de tierra para que los árabes palestinos originarios de Palestina consolidaran también su Estado. Hace 75 años se formó el Estado de Israel y este ha impedido sistemáticamente la creación de un Estado de Palestina. (Marín Guzman, 2006). Con esto inicia la Nakba: la expulsión masiva y forzada de más de 700 mil personas de Palestina, de sus casas, de su territorio, por parte del gobierno de Israel y sus brazos armados (muchos de estos de corte terrorista como el ejército Irgun y la Haganá). Entonces cuáles son los fundamentos ideológicos y religiosos de estos actos de despojo de tierras, edificación de un sistema de apartheid social y búsqueda de construcción de una gran nación de Israel que supuestamente responde a las profecías bíblicas de un proyecto celestial que debe ser forzado hacia el futuro para lograr la segunda venida de Cristo. (Sizer, 2008).
El sionismo cristiano como justificante de la barbarie
El sionismo cristiano es una corriente de pensamiento y una tradición religiosa que señala la necesidad de que el pueblo judío regrese a su supuesta tierra prometida, ubicada en Palestina. Allí deben fundar la tierra santa, al nuevo Estado de Israel y construir el nuevo templo de Salomón en Jerusalén. Parte de la idea de que los judíos son el pueblo elegido de Dios, merecen retornar a su tierra histórica y una vez que esto sea posible, esperarían la segunda venida de Cristo a la tierra. Señalan que apoyar a Israel garantiza la bendición de dios sobre los cristianos. Estos deben hacer cumplir las profecías bíblicas. Para justificar la guerra y la violencia señalan que el enemigo de los cristianos son los musulmanes y árabes, y para derrotarlos como fuerzas del mal, se debe dar la batalla final del Armagedón. (Sizer, 2008). Por esto se oponen a cualquier iniciativa de los procesos de paz. Así fue como se opusieron y boicotearon los acuerdos de Camp David en 1978, y los acuerdos de Oslo de 1994, ambos con la mediación de Estados Unidos, con el presidente Jimmy Carter y el mandatario Bill Clinton respectivamente.
Se desarrolla primero a través de la teología de la alianza (1835), luego teología de la prosperidad (1980), con las iglesias pentecostales en Gran Bretaña, E.U.A. y América Latina después de la década de los noventa. Su raíz es el fundamentalismo anglicano de 1830. Los británicos le dieron invención al sionismo cristiano con los predicadores J. N. Darby y Edward Irving cerca de 1835. Para ello utilizan su lectura del Antiguo Testamento (1400- 200 a.C.) y Nuevo Testamento (50 – 100 d. C.) y difunden la idea de las profecías bíblicas. En 1892 Nathan Birmbaum empieza a hablar del sionismo. En 1897 Theodore Herzl habla en nombre del sionismo judío. Luego de este a partir de la guerra de los seis días en 1967, se crea sigue el sionismo mesiánico. Todas apoyan la idea de una patria judía en Palestina. E incluso apoyan el plan de la gran Israel, la cual incluye territorios de Siria, Jordania, Líbano y Egipto.
Según este plan divino la población judía se convertirá al cristianismo luego de la guerra final del Armagedón, y así se le podrá dar forma al reino del Dios cristiano en la tierra, el cual durará mil años. El papel de los cristianos occidentales es forzar este plan divino. Se cree que Jesús es el príncipe de paz, pero la guerra es un mal necesario contra el infiel y el enemigo. Este es el inicio de la deshumanización de millones de seres humanos, a partir de aplicar una interpretación fanática desde lo religioso y lo racial. (Sizer, 2008).
El fanatismo religioso y nacionalista del kahanismo
Willian Blackstone fue un evangelista cristiano estadounidense que, en 1891, escribió el Memorial Blackstone, una petición dirigida al presidente de EE.UU. para que abogara por el retorno de los judíos a la Tierra de Israel, basándose en una interpretación de la profecía bíblica y la misión divina de Estados Unidos. (Sizer, 2008). Estas son las bases por las que apoyaron el tratado Sykes Picot de 1916 en el que potencias militares occidentales controlarían la región palestina y de Jerusalén. A partir de acá fomentan las migraciones de judíos hacia el territorio palestino. Con estos acontecimientos, el nacionalismo judío se radicaliza con agrupaciones armadas como el Irgún y la Haganá, quienes presionan a los británicos para que ceda el territorio a un nuevo Estado de Israel. (Khalidi, 2023).
Luego de la guerra de los Seis Días en 1967 toma fuerza una nueva interpretación del conflicto, con el sionismo mesiánico. Algunos estudiosos de estas doctrinas y corrientes de pensamiento político y religioso, radicalizados por el objetivo de destruir la nación palestina van a oponerse y boicotear los acuerdos de paz de Camp David en 1978. Allí es donde toma relevancia Meir Kahane. Primero funda la Liga de la Defensa Judía en 1968, agrupación que presionaba a los gobiernos de Estados Unidos con actos terroristas. Posterior a ello critica a los gobiernos demócratas de este país, ataca a la izquierda política y a personeros árabes y soviéticos. (Leifer, 2025).
El movimiento kahanista, luego del asesinato de Meir Kahane en 1990 se plantea, entre varias cosas, negar derechos civiles a poblaciones árabes. Demandar la obligación de estos de alejarse de la tierra de Israel. Fomentar la violencia justa contra estos. Generar un sistema de apartheid social donde se separen de la vida cotidiana los judíos de los demás. Prohibir por ley las relaciones entre judíos y no judíos. Oponerse a un régimen democrático en el Estado judío. Rechazar a los judíos laicos, liberales y de izquierdas como interlocutores válidos. (Leifer, 2025). El atentado terrorista más recordado de un simpatizante del kahanismo fue el de Baruch Goldstein en Jerusalén, 1994, cuando este asesinó a 29 musulmanes e hirió a varias decenas más. (Amado, 2018). Un año después el primer ministro Isaac Rabin, firmante de la paz de Oslo en 1994, caería también asesinado por radicales de extrema derecha.
El papel del Humanismo
En la era de los negacionismos, donde se niega la condición humana de múltiples actores sociales y ciudadanos del mundo, es necesario volver a retomar las enseñanzas más básicas del humanismo contemporáneo. Este plantea la defensa de la vida de las personas como prioridad, ante diversas circunstancias de guerras y conflictos armados. Todo ser humano merece una vida digna solamente por un asunto de nacimiento, como plantea la declaración universal de los Derechos Humanos. Una vida digna significa no ser discriminado por cuestiones de nacionalidad, grupo étnico, clase social, género, creencia política o región geográfica. Además de esto, se plantea que todo ser humano merece acceso a lo básico para poder realizarse como individuo, esto es el alimento, el agua, la vivienda, la educación y la salud de calidad. Además de un empleo que lo dignifique.
La población palestina, además de los árabes o los musulmanes son en estos tiempos discriminados por sus orígenes, tradiciones y costumbres, tratados como ciudadanos de tercera categoría, o acusados por potencias occidentales como violentos, terroristas o extremistas. Este tipo de prejuicios y estereotipos fueron también los que sufrieron las poblaciones semitas y judías, además de los socialistas, durante el fascismo europeo, perseguidos y masacrados por los nazis. La resolución a los conflictos internacionales pasa por la capacidad de diálogo que tengan las autoridades gubernamentales para no negar la humanidad del considerado otro, para no anular al contrincante, y para poder establecer mecanismos de negociación que reconozca la diversidad de los grupos étnicos y nacionales, y con ello respetarles su vida para poder llegar a acuerdos de paz y convivencia entre los pueblos.
Como bien señala Leifer “El kahanismo se ha convertido en la corriente dominante desde el 7 de octubre de 2023. Es el estilo político que disfruta con la deshumanización de los palestinos, ese según el cual las vidas judías se consideran más valiosas que el resto. Es la ideología que está detrás de la normalización de la expulsión forzosa y la limpieza étnica. El partido Likud de Netanyahu ha experimentado un proceso de kahanización prácticamente total, por no hablar de los derechistas colonos”. Esta situación ha llevado a la humanidad a presenciar el desarrollo de un brutal genocidio contra la población palestina en Gaza, incluidos miles de cristianos gazatíes. Exigir un alto al fuego, detener la acción genocida del ejército israelí, y luchar por un acuerdo de paz donde existan dos Estados plenamente reconocidos es un acto de humanidad, humanismo y humanización por encima de cualquier ideología política.