Escuela de Enfermería de la UCR brindó curso de formación con metodología reconocida a nivel internacional
Funcionarios judiciales se especializan para abordar a personas con problemas de adicción
Proccetrad-CR es una iniciativa sólida que articula múltiples esfuerzos de entidades públicas y privadas que buscan fortalecer el conocimiento relacionado con la problemática de las adicciones. Anel Kenjekeeva
En el programa también se capacitaron profesionales y no profesionales de organizaciones no gubernamentales y otras instituciones en el área de consejería en alcohol y otras drogas
Hay una diferencia clara entre el uso de sustancias psicoactivas
y el consumo por adicción. Mientras el primero se da tan solo en
algunos momentos, el segundo surge por una necesidad; un
conocimiento clave que ahora 18 funcionarios del Poder Judicial
poseen con mayor profundidad y que utilizarán para redirigir a las
personas implicadas en procesos penales con medidas más apropiadas
según su condición.
La preparación se dio en el marco del Programa de Capacitación y
Certificación del Recurso Humano en Tratamiento y Atención en
Drogas-Costa Rica (Proccetrad-CR), una iniciativa conjunta entre la
Escuela de Enfermería de la Universidad de Costa Rica (UCR), el
Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA) y el
Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD), así como otros
centros de tratamiento e instancias no gubernamentales.
De acuerdo con Elena Hernández Rojas, coordinadora académica,
este es el segundo grupo del Poder Judicial que se capacita en el
área y el objetivo fue sensibilizarlos para lograr abordajes más
efectivos, sin dejar de lado los derechos y el respeto por la
dignidad de cada individuo, independientemente de si este tiene un
consumo problemático o no.
“La adicción posee características muy distintas a lo que es el
consumo, por lo tanto, se debe evidenciar diferente. El Poder
Judicial dicta medidas para las personas a través de los procesos
judiciales y algunas necesitan estar mejor dirigidas. Entonces, lo
que queremos es optimizar las prácticas que tienen los
colaboradores en las diversas organizaciones a fin de que sean
capaces de guiar adecuadamente a las personas y que estas puedan
vivir su vida de la mejor manera”, dijo.
Dentro del grupo de funcionarios del Poder Judicial se
encontraban jueces, abogados, defensores públicos y fiscales, así
como trabajadores del área de peritaje como psiquiatras, psicólogos
y trabajadores sociales; todos ellos capacitados para que, desde su
campo, puedan generar un aporte importante, no ligado al
tratamiento, pues la mayoría carece de una relación directa en este
ámbito, sino en qué hacer y cómo redirigir a estas personas
hacia un cambio favorable en sus vidas.
“Supongamos que una persona está en un proceso judicial y tiene
un defensor público. El defensor debe saber entonces cuáles son las
características de las personas que consumen sustancias
psicoactivas y distinguir entre la adicción y el
consumo porque eso va a tener una implicación
importante. En el caso de los jueces, que ellos conozcan bien
esa diferencia permite que, por ejemplo, puedan recomendar a la
persona a una organización y tener una medida alternativa para
tratar su condición”, explicó Hernández.
Estos son los funcionarios del Poder Judicial. Ellos y ellas concluyeron con éxito el curso "Abordaje de las personas con problemas asociados al consumo de sustancias psicoactivas. Módulo 1". Actualmente, el programa valora abrir un módulo 2 que dé la posibilidad de ampliar aún más los conocimientos en este campo. Anel Kenjekeeva
Apoyo esencial
Al igual que los funcionarios del Poder Judicial, otras 19
personas de organizaciones no gubernamentales del Ministerio de
Justicia, así como del IAFA y la Escuela de Enfermería de la UCR,
se capacitaron, pero esta vez en el campo de la consejería en
alcohol y otras drogas.
Con los nuevos conocimientos adquiridos, ese grupo se encargará
de apoyar a las personas que consumen algún tipo de psicotrópico al
incentivar la abstinencia y brindar apoyo como parte de su
tratamiento a fin de evitar recaídas. Todo esto, a través de
acciones especializadas que propicien la evolución positiva del
individuo durante su proceso de recuperación.
“El curso de consejería en alcohol y otras drogas consta de tres
módulos. Se extendió a lo largo de todo un año y capacitó
a profesionales como a no profesionales. Lo que se busca es
una especialización, es decir, que las personas estén capacitadas
con insumos metodológicos de consejería y así apoyen a las personas
en el reto por dejar de consumir”, indicó Hernández.
Magda Araya García, una de las estudiantes del curso,
describió su aprendizaje como una experiencia que trascendió su
ámbito y tocó fibras sensibles incluso a nivel personal.
“Salimos como personas más sensibles y con muchísimas más
herramientas que nos permiten entender la enfermedad de la
adicción de los usuarios de los centros para los que trabajamos y
conocernos más a nosotros mismos. Con el aprendizaje de estas
técnicas salimos más sensibles, más solidarios y más conscientes,
valores que hacen gran falta hoy en día en nuestra sociedad”,
expresó.
Respaldo internacional
Proccetrad-CR nació, en primera instancia, por una iniciativa de
la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas
(Cicad) de la Organización de Estados
Americanos (OEA). El proyecto fue creciendo a tal punto que se
adecuó a las necesidades específicas de Costa Rica, pero conservó
el estándar internacional.
“El programa es conocido a nivel internacional. La CICAD ha
venido trabajando en otras propuestas en donde se invitan a los
actores técnicos y políticos, que no involucra solo el ICD, sino
también a la UCR. La Universidad, en representación de Ligia
Murillo, ha ido a varios países a presentar lo que se está haciendo
en la temática de drogas. Ella ha enriquecido mucho la forma
metodológica del Proccetrad-CR y la posibilidad de capacitar a
múltiples poblaciones a través del programa de extensión docente”,
afirmó.
En esto también influye el prestigio de la UCR. Actualmente, la
Universidad se coloca en el ranking global de
universidades QS para el 2019 en el rango de 501- 510, una
calificación que la ubica en el puesto 19 entre todas las
universidades de América Latina. Esto aumenta
la credibilidad en cuanto a la calidad de las estrategias que
aplica el programa y su enfoque participativo en el aula basado en
el diálogo.
En la foto se encuentran los participantes del curso "Formación en consejería en alcohol y otras drogas nivel 1". Tanto ellos como los del Poder Judicial suman 37 personas especializadas en la segunda promoción del 2018. Anel Kenjekeeva
Nuevas generaciones
Con ese respaldo que le acompaña, el programa continúa
capacitando a profesionales en consejería y en otros modelos, como
el de reducción del daño, el cual procura restituirle a las
personas habitantes de la calle sus derechos. Este año se suma
un nuevo integrante: la Caja Costarricense de Seguro Social
(CCSS).
“Es la primera vez que estamos trabajando con la Caja y otras
organizaciones. En este caso, el curso de consejería es para
profesionales que están en los equipos transdisciplinarios de salud
mental y que laboran tanto en los servicios de los hospitales como
en el servicio de medicina de empresa”, manifestó María Fernanda
Montoya Picado, coordinadora académica.
Montoya agregó que lo anterior será un aporte vital. Las
instancias participantes han encontrado dificultades con algunos de
sus empleados, quienes presentan situaciones problemáticas en torno
a una sustancia. Por lo tanto, el curso genera una nueva
oportunidad sobre cómo brindar consejería en los servicios de
atención para pacientes y, al mismo tiempo, a nivel interno en cómo
trabajar con sus empleados.
En total son 25 personas las que componen esa nueva generación,
la cual se espera que se gradúe en agosto del 2018. Para el 2019,
se están planificando 11 ofertas académicas y una evaluación de
calidad que sirva para potenciar los alcances del programa.