El Recinto de la Universidad de Costa Rica en Paraíso se llenó de alegría ese martes 5 de mayo con la presencia de los niños y niñas del Taller Colibrí de la Biblioteca Pública, quienes con gran esmero e interés, fueron los encargados de la siembra de árboles en el bosque del Recinto, como parte de la celebración del Día del Medio Ambiente.
Tal y como ocurrió en la sede Rodrigo Facio, Paraíso se unió a la iniciativa del Programa de Gestión Ambiental Integral (ProGAI) y unicamente permitió el ingreso de vehículos cero emisiones a sus instalaciones.
Además, los estudiantes de la Carrera de Turismo Ecológico instalaron puestos con información acerca de ejemplos de economía verde, reciclaje y turismo ecológico, así como la implementación de juegos sobre conciencia ambiental.
También, un grupo de estudiantes y de funcionarios realizaron una caminata con pancartas alusivas al Medio Ambiente, desde el centro del Cantón hasta el recinto universitario.
En diversos espacios del Recinto se han colocado recipientes con el fin de inculcar en los alumnos y en los visitantes, la cultura de la separación de desechos, gracias a la coordinación del Programa de Gestión Ambiental, a cargo del Máster Alvaro Mena Monge.
De esta forma, el Recinto de Paraíso continúa con su compromiso social ante la comunidad, y en este caso, ofreciendo un respiro a la Madre Naturaleza, dijo el profesor Mena.
Recordó que el Día del Medio Ambiente se celebra cada 5 de junio desde el año 1973. Sin embargo, añdió, debemos ser conscientes de que cada segundo, minuto, hora, día, semana, mes o año, debemos comprometernos con nuestro planeta, pues como dice un slogan por ahí “es el único lugar que tenemos”.
La Licda. Flory Pereira Pérez, coordinadora de la Carrera de Turismo Ecológico, recalcó la importancia de implementar prácticas de reciclaje tanto en nuestros hogares como en los centros de trabajo. “Solo así seguiremos manteniendo un ambiente sano y limpio”, manifestó.
Por su parte, la Máster Sandra Córdoba Cortés, agradeció la presencia de los niños y de las niñas, así como el esmero que mostraron en la siembra de los arbolitos. Y por supuesto, el compromiso adquirido por los estudiantes.