Las lombrices son la clave en la producción del compost, ya que consumen la boñiga del ganado y la limpian de elementos microbiológicos nocivos para la salud humana. Foto: María de los Ángeles Quirós Porras.
Una finca con muchas cabezas de ganado, ya sea para producción lechera o de carne, puede generar muchas ganancias… pero también una gran cantidad desechos de sus vacas, toros y terneros. Estos, muchas veces, se convierten en un serio problema para las personas vinculadas con la ganadería, pues no solo impactan negativamente el ambiente, sino que, con el tiempo, dañan los suelos de sus terrenos.
Es por esa razón que en la lechería de la Sede del Atlántico de la Universidad de Costa Rica (UCR), ubicada en Turrialba, desde hace muchos años se dio a la tarea de buscar una manera eficiente de disponer de este tipo de residuos y de darles un valor agregado a su producción, de modo que la boñiga y la orina que genera el ganado sea aprovechado para abonar los pastizales.
Según el responsable de la lechería, Saúl Brenes Gamboa, quien también es docente de la carrera de Agronomía, este ciclo de producción de abono inicia cuando se da la suplementación (comida adicional con minerales, concentrado y otros) del ganado vacuno, el cual es beneficioso para aprovechar todos los componentes orgánicos que generan las reses.
Así, lo que antes era un desecho finquero ahora se aprovecha para obtener un derivado de calidad que mejora el rendimiento de la producción de forrajes, pues se obtienen pastos de mayor calidad, a la vez que se evita la contaminación de terrenos, quebradas y otros cuerpos de agua con ese material.
Brenes comentó que antes era muy normal en las fincas que la boñiga se pusiera en cualquier parte hasta que se descompusiera. Esto dañaba los suelos porque este excremento es un agente muy contaminante.
Pero los desechos del ganado, después de un proceso de escurrido y secado, son un alimento muy apetecido por las lombrices que la consumen. Estas, al desechar este material, también la limpian de las toxinas presentes en esas heces, al tiempo que producen un abono de excelente calidad, conformado por nitrógeno y otros elementos, así como de una gran variedad de microorganismos necesarios para los suelos.
Fue así como surgió la idea en la lechería de mantener este ciclo constante de producción, bajo la técnica del lombricompost, al que se agregaron diversos estudios técnicos y económicos para buscar nuevos nichos de mercado donde se pudiera hacer un mayor uso de este producto