La agricultura es un eje fundamental de la economía y alimentación de miles de familias costarricenses. Desde hace varias décadas, las prácticas para el manejo de los cultivos se transmiten de generación en generación, con énfasis en mantener la mayor rentabilidad posible a la hora de producir. Pero, ¿qué pasa con el impacto ambiental de esta agricultura? ¿Se puede moderar?
La Escuela de Agronomía de la UCR tiene el enfoque puesto en capacitar a sus estudiantes para que generen precisamente eso: cultivos rentables, pero al mismo tiempo, sostenibles con el ambiente. ¿Cómo? Mediante el curso de Sistemas de producción de cultivos, el cual les enseña a utilizar los conocimientos aprendidos a lo largo de su carrera universitaria para producir agrosistemas por su cuenta.
El profesor Freddy Soto, encargado de impartir el curso, afirma que "antiguamente, el agrónomo se centraba en curar el síntoma de la enfermedad del cultivo. Hoy, el nuevo agrónomo, tiene la capacidad de ver el problema con un enfoque más integral y corregir sus causas de manera sustentable".
Soto señala que la eficiencia de un sistema radica en producir más con menos recursos, pero que es determinante valorar el impacto que va a tener esa producción en el ecosistema. Para esto, en el curso utilizan una serie de indicadores que les avisan a los estudiantes si están utilizando la cantidad de agua o fertilizantes adecuados para producir bien, pero sin dañar el ambiente o sobre-explotar sus recursos.
LEA: El futuro de la agricultura solo es posible con el uso intensivo del conocimiento
El curso se divide en varios grupos orientados a trabajar con distintos cultivos como tomate, berenjena, chile dulce y jalapeño, sandia y especies aromáticas. Los equipos de trabajo tienen libertad para tomar sus propias decisiones, lo cual representa un reto para los estudiantes y pone en perspectiva cuánto han aprendido sobre agronomía o si ya están listos para aplicar sus conocimiento en el ámbito laboral.
Otro aspecto que destaca el profesor es la presencia del pensamiento sistémico en la planeación de los cultivos. Esta teoría que propone el curso se basa en valorar todas las posibles interacciones que se pueden dar entre los componentes de la producción, por ejemplo, cómo puede influir el clima en la utilización de nutrientes, la incidencia de enfermedades o el crecimiento de la planta. "Es ver cada variable dentro de un todo y darle importancia a cada detalle", así lo puntualiza el académico.