El uso de la tecnología en los ámbitos educativos se ha vuelto indispensable. La licenciatura que brinda el Recinto de Paraíso prepara al profesorado para sacarle el máximo provecho. Foto con fines ilustrativos.
Sandra Carpio Tenorio (un personaje ficticio pero de un caso real) es una profesora de mucha experiencia. Tiene 53 años de vida, es egresada de la Universidad Nacional y enseña Estudios Sociales en un colegio urbano. Sandra sabe usar Word y Power Point, Excel no tanto, y si bien tiene nociones básicas de cómo aprovechar algunas funciones de su celular para sus clases, tampoco es que lo use mucho.
A Sandra la inteligencia artificial (IA) "le suena a chino" y le da algo de miedo adentrarse en esto. Ella es enemiga de que sus estudiantes saquen sus dispositivos móviles durante la clase y no le hace gracia que algunos lleguen con relojes inteligentes.
La profesora descubrió hace pocos meses que el Recinto de Paraíso de la Sede del Atlántico abrió la Licenciatura en Formación y Ambientes de Aprendizaje Mediados con Tecnologías, que busca fortalecer habilidades y capacidades digitales en docentes y no dudó en buscar un cupo para el otro año.
El fin es que las personas docentes graduadas de universidades públicas y que imparten cualquier nivel de educación (formal o informal) lleguen a utilizar tecnologías —tanto digitales como análogas— en la formación de estudiantes de manera crítica y pertinente.
Hannia León Fuentes es la docente coordinadora de esta licenciatura. Ella explica que en el país no había una formación específica en esta área, en medio de un aluvión de posibilidades tecnológicas que surgen todos los días y que pueden aplicarse a los procesos de educación.
Hannia León Fuentes, docente de la Sede del Atlántico: antes no existía una carrera para fortalecer las competencias digitales del profesorado
Esta formación permite que las personas docentes, sin distingo de la disciplina o nivel que impartan, puedan diseñar, implementar y evaluar actividades de aprendizaje en las que hay tecnología de por medio.
Eso sí, León aclara que el enfoque de la licenciatura no son las tecnologías en sí mismas, sino en integrarlas a los procesos de formación, de manera que las personas que se egresen puedan diseñar, implementar o evaluar experiencias de aprendizaje que toman a la tecnología como un refuerzo.
Incluso, una de las posibilidades que más valora la coordinadora es que la diversidad de orígenes académicos que se integran en esta formación hace que el enfoque sea interdisciplinario. Esto permite al estudiantado incorporar experiencias de otros individuos.
Hannia León, coordinadora de Protea: las personas docentes carecen de un pensamiento profundo al usar tecnología
Origen de la formación
La idea de ofrecer una licenciatura con la tecnología como herramienta de acompañamiento en procesos educativos tiene como antesala una iniciativa que surgió en la Sede del Atlántico, en el 2012, donde se había formulado un plan de estudios para atender las necesidades de docentes graduados que deseaban incorporar la tecnología en sus lecciones.
Sin embargo, esta formación no tuvo continuidad. No fue sino hasta tras la pandemia del COVID-19, que quedó en evidencia la necesidad que existía en el país de una formación consolidada en el reforzamiento de habilidades y competencias tecnológicas a nivel de grado.
Fue así como esta licenciatura comenzó a impartirse a partir del primer ciclo lectivo de este año, con un formato “alto virtual” (con tres cursos virtuales y solo uno “bimodal”, o sea, presencial y virtual, siete sábados por semestre) desde el Recinto de Paraíso.
El cupo destinado es para 25 estudiantes y tiene un año de duración, además de la producción del trabajo final de graduación, que puede ser un proyecto, un seminario, una práctica o una tesis.
¿Qué temas aparecen ya como posibilidades de investigación? León mencionó el aprovechamiento de los celulares inteligentes, el monitoreo de la actividad física en estudiantes indígenas para elegir mejor las actividades pedagógicas en sus aulas, o el uso de la robótica en el apoyo de la educación especial como tres ejemplos de proyectos que ya propusieron sus estudiantes para graduarse.
Además, como novedad, incorpora a las neurociencias en los procesos formativos, junto con la evaluación con tecnologías y el diseño de experiencias de talleres de multipedagogías y multipedagogías emergentes, que se adaptan a los procesos formativos que ya existen en educación formal y no formal.
La inteligencia artificial ha sido un tema también de incorporación obligatoria dentro de estos contenidos. León señala que esta novedad no se ve como una amenaza al futuro de la docencia, sino como una posibilidad para fortalecer las habilidades de las personas vinculadas con la enseñanza y el aprendizaje.
Hannia León Fuentes, docente Sede del Atlántico: la IA fortalece las habilidades de las personas docentes
El Recinto de Paraíso como punto de partida
Aprovechar la virtualidad de esta formación es la principal razón por la cual esta licenciatura se imparte desde el Recinto de Paraíso de la Sede del Atlántico, además de evidenciar que las regiones tienen capacidades y competencias suficientes para innovar en contenidos que incorporan a la tecnología como bastión de enseñanza.
Además, la modalidad “alto virtual” de los cursos de esta licenciatura también evita que el estudiantado tenga que desplazarse casi a diario al recinto. La coordinadora también explicó que los cursos virtuales son en parte sincrónicos y en parte asincrónicos.
