Todas las ciudades enfrentan riesgos y la Ciudad Universitaria no es la excepción.
Teniendo claro que el silencio y la inacción no serían una solución para enfrentar las vulnerabilidades, un grupo de artistas decidió combatir las amenazas con baile, canto, teatro y performance.
Los lugares donde una vez se registró un asalto, se denunció acoso o se incautaron sustancias ilícitas se convierten ahora en escenarios para que mediante el arte se pueda recuperar un espacio que les pertenece a todas las personas.
Los secretos a voces y las molestias que la comunidad estudiantil no siempre externa encontraron en un mapa universitario su mejor aliado para empezar a cambiar las cosas.Mediante postales, las personas participantes marcaron aquellos sitios en los que los que sentían inseguridad o habían sido víctimas de algún tipo de violencia, generando así un mapeo de puntos en los que algo estaba pasando y donde era necesario llevar un mensaje de respuesta.
“Trabajamos con una metodología de “cartografías sentimentales” y en trabajo colaborativo, solo así podemos abordar un tema tan complejo”, explica la Licda. Grettel Méndez, quien junto a la Licda. Karina Mora, ha estado a cargo de la iniciativa.
La identificación de sectores de amenaza permitió trazar los caminos que asustan a muchas personas dentro del campus y de ahí surgió “Sanando Rutas”, un proyecto autocrítico para sensibilizar, visibilizar y dialogar sobre los distintos tipos de violencia que tienen lugar en el entorno de la institución.