Logo Universidad de Costa RicaUniversidad de Costa Rica
Frente Sede
La UCR es vital en Turrialba, Guápiles, Paraíso y sus alrededores
La Sede del Atlántico: un motor de desarrollo para el centro-este del país
La docencia, la investigación y la acción social de la Universidad de Costa Rica fortalecen la calidad de vida de estas poblaciones y son básicas para su aprendizaje y desarrollo
17 jul 2025Sedes Regionales

A inicios de los años 90 del siglo pasado, el cantón de Turrialba y la región por la que transitaba el ahora extinto ferrocarril al Atlántico vivió un duro golpe para su desarrollo: el tren dejó de pasar por la ruta que conoció desde finales del siglo XIX.

Dos situaciones naturales dieron al traste el ruido de la bocina del tren y el sonido de las locomotoras de esta zona, al este de la depresión Volcánica Central: primero, un deslizamiento de un cerro situado entre Juan Viñas y Turrialba sepultó parte de la línea férrea. Este fenómeno provocó el cierre de la ruta entre la cabecera turrialbeña y San José.

Luego, vino el golpe de gracia: el 22 de abril de 1991 ocurrió el terremoto de Limón, que fue tan fuerte que logró doblar los rieles como si fueran una copia de las imágenes del sismógrafo y destruyó la infraestructura para el tramo entre Turrialba y Siquirres. Ambos fenómenos fueron perjudiciales para toda esta región, ya que su economía dependía del paso del tren, en gran medida.

Y usted dirá ¿qué tiene que ver el fin del ferrocarril al Atlántico con la UCR? Y la respuesta es simple: en momentos en que todo este territorio sufría una crisis, la UCR estuvo ahí, como lo está hoy, para ayudar a levantar la economía y el bienestar social de estas poblaciones.

Primero, hay que recordar que la fundación de la Sede del Atlántico en Turrialba data desde 1971, cuando abrieron sus instalaciones al este de la ciudad azucarera. Esto fue fruto del esfuerzo de grandes personalidades académicas y estudiantiles de la zona, quienes impulsaron la propuesta de traer la UCR a este cantón cartaginés y amparados en el planeamiento de regionalización que brindó el III Congreso Universitario de 1970.

Fue así como la voluntad comunal y la visión universitaria permitieron el establecimiento de la Sede del Atlántico en esta región azucarera, la cual tuvo como primer curso a los Estudios Generales en 1971, y luego como primera carrera formal el diplomado de Construcción, que graduó a su primera generación en 1974, tras dos años de estudios.

Años más tarde, en 1992, el Recinto de Paraíso se creó para dar más oportunidades de educación a ese otro cantón cartaginés, pero también para impulsar proyectos de desarrollo que ampliaran el impacto de la Sede. La primera carrera abierta en este campus fue la de Educación Primaria.

Y, finalmente, surgió el Recinto de Guápiles en 1995, primero como un aula de Estudios Generales y luego con la primera carrera de diplomado en Contabilidad en 1997, lo que significó una oportunidad valiosa para la juventud guapileña y de sus alrededores que evolucionó en el polo de conocimiento e investigación que es hoy ese recinto.

Vamos a los números…

Desde entonces, la Sede del Atlántico ha aportado en su quehacer a las comunidades cercanas donde se encuentra presente (así como al país) su conocimiento y sus esfuerzos reflejados en cientos de proyectos de investigación y de acción social, además de una educación de calidad para miles de estudiantes que han pasado por sus aulas.

Justamente, según datos de la Oficina de Registro e Información de la UCR, desde el año 2021 la Sede del Atlántico superó los 2 000 estudiantes matriculados en el primer y segundo ciclos de cada año. Para el segundo ciclo lectivo del año pasado, se matricularon 2 130 alumnos, de los cuales 1 093 están en Turrialba, 575 en Guápiles y 462 en Paraíso.

Esto significa que, según datos de la Oficina de Becas y Atención Socioeconómica de la UCR, el 85,9 % de sus estudiantes (1 829 personas) quedaron cubiertas por alguna categoría de beca proporcionada por la institución en el mismo lapso mencionado: 945 en Turrialba, 529 en Guápiles y 355 en Paraíso.

Como dato adicional, 1 456 de estas becas son de categoría 5, la máxima otorgada por la institución (el 68 % del total), seguida de la categoría 4: 147 becas (el 7 %), lo que habla del impacto de la Sede en movilidad social.

En cuanto a proyectos de investigación, según la base de datos del Sistema de Información y Gestión de Proyectos, Programas y Actividades de la UCR, la Sede del Atlántico acumula 116 temas de este tipo desarrollados desde 1982, de los cuales, 24 están activos y en desarrollo actualmente.

Con respecto a su acción social, la Sede contabiliza 43 iniciativas activas de esta índole, donde 30 son de extensión docente y 13 son trabajos comunales universitarios hechos por el estudiantado de la institución.

Las carreras que imparte actualmente la Sede en Turrialba son Enseñanza del Inglés, Agronomía, Diseño Gráfico, Contaduría Pública, Informática Empresarial, Enseñanza de la Música, Ciencias del Movimiento Humano, Ingeniería en Desarrollo Sostenible, Enseñanza Matemática y Ciencias de la Educación para I y II Ciclo de Lengua y Cultura Cabécar.

A estas, se adicionan las que se ofrecen en el Recinto de Paraíso: Dirección de Empresas, Informática Empresarial, Enseñanza del Inglés, Turismo Ecológico y Enseñanza Matemática.

Finalmente, en el Recinto de Guápiles, la oferta académica consta de Contaduría Pública, Informática Empresarial, Economía Agrícola y Ciencia de la Educación Primaria con concentración en Inglés.

Es decir, en total, la Sede del Atlántico ofrece 19 carreras: 10 en Turrialba, cinco en Paraíso y cuatro en Guápiles.

La directora de la Sede del Atlántico, Rosibel Orozco Vargas, se refirió al impacto histórico y actual que ha tenido esta instancia en las regiones donde se encuentra presente y activa.

Rosibel Orozco Vargas, directora Sede del Atlántico: los aportes de la Sede a la región donde se encuentra presente

Pablo Mora Vargas
Pablo Mora Vargas
Periodista Oficina de Comunicación Institucional
pablo.mojpxyravargas  @ucrwxhg.ac.cr