Voz experta: La defensa de los derechos de la niñez en vulnerabilidad social en el sistema educativo en Guanacaste
Como parte de su compromiso con la región guanacasteca, durante décadas la Universidad de Costa Rica (UCR) ha hecho visible su presencia en la provincia, mediante la docencia, las investigaciones científicas y, en la actualidad, con 118 proyectos de la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) que permanecen activos. Estos buscan abordar áreas como la salud, la alfabetización, las tecnologías productivas, los derechos humanos, la economía social solidaria y la educación ambiental. A continuación, se detalla el trasfondo contextual de este tipo de proyectos a favor del bienestar de Guanacaste.
El Banco Central de Costa Rica (BCCR) menciona que la Región Chorotega aporta el 5,6 % del producto interno bruto (PIB) nacional, lo que la coloca como la segunda región con mayor impacto económico después de la Región Central (2025) . En zonas aledañas a las costas, como lo son Santa Cruz y Carrillo, el turismo representa el mayor porcentaje de ingreso regional (20 % y el 25 % del PIB, respectivamente). En otras áreas de producción, también se hace alusión a la importancia de la agricultura y la ganadería; y su impacto a nivel económico nacional, en donde Guanacaste lidera la producción del arroz, el maíz, los frijoles y la actividad ganadera. La pesca artesanal aún vigente abastece el 60 % de la producción provincial.
En cuestiones de producción energética, Guanacaste es un sabido productor de hidroelectricidad y geotermia, lo que supera el 50 % de la energía generada a nivel país, según datos del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y el BCCR (2023). Sin embargo, el acceso libre al agua potable sigue siendo un problema que enfrentan las comunidades, lo que destaca como un asunto político no resuelto, mientras que en las zonas y en los proyectos turísticos el recurso hídrico es abundante.
En términos de oportunidades educativas y sociales, la región enfrenta desafíos de gran relevancia. Según sondeos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), el 59 % de la población mayor de 15 años no ha completado la secundaria y el promedio de escolaridad no supera los ocho años. Actualmente, en Guanacaste, el sistema cuenta con aproximadamente 104 000 estudiantes ingresados, de los cuales, 75.298 se benefician con el servicio de alimentación; estas personas corresponden a casi tres cuartas partes de la población estudiantil guanacasteca.
Aunque la Encuesta Nacional de Hogares (2023), hecha por el INEC, reportó una reducción de la pobreza al 24,2 %; Guanacaste sigue mostrando un rezago en este aspecto frente a otras zonas del país. Un análisis reciente del Observatorio de Turismo, Migraciones y Sustentabilidad de la Región Chorotega (Obtur) de la Sede Regional Chorotega de la Universidad Nacional (UNA) evidenció un crecimiento de la pobreza extrema en Guanacaste del 100 % de 2021 a 2024 en personas dedicadas a oficios de construcción, alojamiento y servicios de comida al pasar de 1.9 % a 3.9 %. En el caso de la pobreza extrema, en 2022 se pasó del 1.1 % al 3.3 % en 2023. En cuanto a pobreza no extrema, para 2023, 15.8 % de los individuos ocupados en alojamiento y servicios de comida eran pobres, casi tres puntos porcentuales más que en 2019, con un 13 %.
Con respecto a la realidad educativa nacional, y según datos del Décimo Informe Estado de la Educación (2025) indica que Costa Rica sufre un rezago en el que se establece una desmejoría del 6.32 % en habilidades de lectoescritura, la cual figura como la competencia académica que mostró mayor afectación. Esto significa una pérdida de aproximadamente medio año lectivo.
De igual forma, dentro de los fenómenos a resolver se han encontrado algunas problemáticas en lo que a accesibilidad respecta, debido a que, como se muestra en el mencionado informe, existen brechas entre grupos socioeconómicos que aún no han podido ser resueltas. Por ejemplo, el 20 % más pobre de la población nacional se encuentra en un nivel de escolaridad del 9,15 %, el cual aumentó con respecto al año 1984, que representaba un 5,5 % de escolaridad en este percentil. Esto indica que, si bien se ha subsanado la desigualdad en una gran medida, aún se requiere de una atención especial.
Continuando con la problemática de desigualdad, es necesario destacar una inequidad en cuanto al territorio, puesto que, a pesar de que se toma en cuenta que ha habido una mejoría con respecto al desarrollo del sistema, esta no se ha dado de igual forma en todo el territorio costarricense, ya que las instituciones rurales, unidocentes o en territorios indígenas han tenido una menor cobertura, lo que deja entrever algunas debilidades estructurales dentro del propio sistema educativo, inclusive con el crecimiento de los últimos años.
Además, es destacable mencionar un marcado retroceso en el estado de la educación, ya sea en el incumplimiento de acuerdos nacionales, el debilitamiento en la financiación y la falta de claridad en la política educativa durante el período del apagón educativo (2018-2021), donde se encuentra que dicha problemática no ha sido resuelta y, en consecuencia, ha mostrado un deterioro sostenido en los aprendizajes esenciales, con niveles menores que los registrados en el año 2009.
Frente a este panorama, la Sede de Guanacaste de la Universidad de Costa Rica trabaja para fortalecer la defensa de los derechos de niñas y niños en el sistema educativo formal. La iniciativa busca promover y proteger los derechos de la niñez mediante una propuesta de capacitación dirigida a las familias y las personas docentes de los centros educativos vinculados al nacimiento del proyecto TC-619 Aprovechando tu Tiempo para Formar un Futuro: Derechos y Aprendizajes en la Niñez.
El objetivo de esta propuesta es implementar estrategias de promoción de derechos a través de talleres y proyectos educativos orientados a niños y niñas de educación formal e informal, para fortalecer sus derechos y responsabilidades. Asimismo, se procura brindar acompañamiento en el quehacer estudiantil de la niñez participante mediante prácticas de estudio basadas en un enfoque de derechos, para contribuir con la mejora de su rendimiento académico.
La población meta es aquella con mayor vulnerabilidad social y de deserción escolar en distintos centros educativos del cantón de Liberia, así cómo otras zonas de la región guanacasteca, como por ejemplo, el centro cívico de Santa Cruz.
Las áreas de trabajo del TC-619 no se centran únicamente en fortalecer el ámbito pedagógico, sino también, buscan ampliar y fortalecer otras áreas de utilidad para la vida mediante la psicoeducación, por lo que entre las tareas planificadas y ejecutadas dentro del proyecto es posible encontrar tutorías individuales y grupales, talleres educativos vinculados a los deberes y derechos legales de los niños y niñas, talleres dirigidos a las problemáticas contextuales como por ejemplo, la violencia de género o el bullying, con el objetivo promover los valores e ir en contra de estas actividades.
Por otro lado, es de igual manera destacable la propuesta integral que tiene este proyecto, pues no parte únicamente desde la atención a personas menores de edad en etapa escolar, sino también, toma en consideración a la población adulta como parte del cambio, es decir, reconoce el impacto que tiene la adultez en la formación del estudiantado. Es por esto que el proyecto direcciona, además, algunas de sus dinámicas a la población adulta. Ejemplos de esto son los talleres para el manejo del estrés, talleres para lidiar con el burn out (síndrome del quemado) o talleres para afrontar la ansiedad y la depresión , dirigidos al personal docente de los centros educativos.
De igual manera, se trabaja en talleres con padres y madres en temáticas como la estimulación temprana, donde se educa a los progenitores no solo esta materia, sino también, se les brinda contenido formativo en ámbitos de los derechos de sus hijos e hijas.