De Costa Rica para el mundo: una nueva tecnología evita el uso del cancerígeno cromo 6 en los recubrimientos
Su nombre es Ecocoating y es una nueva tecnología, creada por la Universidad de Costa Rica, que elimina el uso del llamado cromo 6 o cromo hexavalente (Cr VI) en la fabricación de anticorrosivos.
El cromo 6 es una forma tóxica del metal que se utiliza en varios procesos industriales como la fabricación de acero inoxidable, pigmentos y curtido de cuero, y tiene la capacidad para adherirse a metales y ofrecer resistencia a la corrosión. Sin embargo, el cromo 6 puede causar graves problemas, tanto de salud como medioambientales.
Es un problema que conoce bien la empresa Anodisa (Anodizados Internacionales S. A.) que produce para la Unión Europea, donde el cromo 6 fue prohibido desde el 2017. La firma solicitó apoyo de la Universidad de Costa Rica para encontrar opciones más sostenibles que les permitieran llevar a cabo los procesos de producción con mejores estándares ambientales. El resultado de esa conversación, generada desde hace pocos años atrás, fue Ecocoating.
A la fecha, ya el producto se encuentra en etapa de maduración 9, lo que significa que ya ha sido probado en escala real y está listo para su uso a escala. A ciencia cierta es una solución de recubrimiento anticorrosivo para piezas de magnesio y sus aleaciones, que es libre de HF, dicromato y cromo III.
Entre sus usos y aplicaciones, Ecocoating es una alternativa altamente eficiente para el recubrimiento de piezas de magnesio. Su aplicación previene y minimiza la formación de óxido blanco en la superficie de las piezas que están expuestas a condiciones climáticas adversas.
La nueva tecnología fue desarrollada por el Centro de Investigación en Electroquímica y Energía Química de la Universidad de Costa Rica (Celeq-UCR) y la Escuela de Química; de manos de la Licda. Dayatri Vanessa Bolaños Picado, del Dr. Roberto Urcuyo Solórzano y del Dr. Diego González Flores.
En la puerta de salida
El desarrollo, se encuentra en etapa de maduración alta y ya es
promovido por la Unidad de Unidad de Gestión y Transferencia del
Conocimiento para la Innovación (Proinnova-UCR) de la Diprovid-UCR.
Ahora, el siguiente paso es su aplicación a gran escala en la
industria, una iniciativa que debe ser impulsada por el sector
privado y que es motivada por la gestora en innovación; la Licda.
Lilliana Rojas Guillén.
Se trata de una tecnología desarrollada en la Universidad de Costa
Rica, proviene de un país pequeño en Centroamérica, pero es
una invención de altísima calidad y esto último el mundo de la
industria de anodizados debe saberlo.
Parte del equipo de trabajo que desarrolla Ecocoating. En la fotografía se observa a la Licda. Lilliana Rojas G., de Proinnova-UCR; el Dr. Roberto Jiménez, químico de Anodisa; y el Dr. Diego Flores del Celeq-UCR. Foto: Archivo OCI.
“Este producto tiene estándares de calidad muy altos, fue creado por necesidad de la misma industria, y ya fue validado en un entorno real, no se trata de un desarrollo de laboratorio, si no que tiene validación en el entorno empresarial. Nuestra eficiencia es económica y técnicamente viable”, explica Rojas.
“Este producto tiene estándares de calidad muy altos, fue creado por necesidad de la industria, fue validado en un entorno real, no es un desarrollo de laboratorio, tiene validación en el entorno empresarial. Muestra eficiencia es económicamente y técnicamente viable".
Licda. Lilliana Rojas Guillén, Proinnova-UCR
Anodisa ahora tiene el valor de esa nueva tecnología en mano. “La perspectiva futuro de la empresa es poder ofrecer al cliente procesos que no hay en otro lugar, ni en Costa Rica ni afuera. Es crecer, aumentar el proceso químico y aumentar la consciencia ambiental sin cromo 6 para ofrecer la opción de cambio”, señala Cindy Montero, gerente comercial de Anodisa.
De hecho, la relación de la Universidad de Costa Rica con los
sectores productivos es estrecha, en especial la que mantiene el
Celeq-UCR, donde se desarrolló Ecocoating. Allí se
atienden problemas complejos de la industria con necesidades
especificas y se tratan de encontrar las soluciones.
“Definitivamente, es algo importante para Costa Rica el que se
genere una relación entre la Universidad y las empresas; como ha
venido creciendo más la industria biomédica en el país, hay más
oportunidades de desarrollar este tipo de colaboraciones y aportar
ciencia”, concluye el investigador Dr. Diego González
Flores