Museo UCR impulsa la accesibilidad y la inclusión desde el patrimonio y la cultura
Reflexionar sobre los desafíos y oportunidades que enfrentan los museos en materia de accesibilidad para personas con diversas discapacidades, fue el tema central del VIII Encuentro Nacional de Educadores de Museos “Museos accesibles para todos los sentidos”.
Durante dos días, educadores, artistas y gestores culturales se reunieron en la Universidad de Costa Rica, convocados por el Museo de la Universidad de Costa Rica (Museo UCR), para compartir experiencias, analizar sus prácticas y aprender a ver los museos desde otras miradas y otras formas de comprender el mundo.
“Estas actividades son parte esencial de nuestra función social como museo universitario. No solo asesoramos y apoyamos otras instituciones, sino que también generamos espacios de diálogo para hacer de la cultura un derecho accesible”, expresó Eugenia Zavaleta Ochoa, directora del Museo UCR.
Entre las principales actividades que se llevaron a cabo durante el encuentro, se presentaron tres ponencias que reflexionaron sobre las barreras que enfrentan las personas con diversos tipos de discapacidad, para acceder específicamente a los museos, pero en general a los espacios culturales.
Gabriela Campos Soto, coordinadora del Programa de inclusión de personas con discapacidad cognitiva a la educación superior (Proin) y Andrea Rodríguez Richmond, estudiante del Proin, hablaron sobre algunas de las barreras cognitivas que se pueden encontrar en los espacios museísticos.
Campos explicó que estos obstáculos no son solo físicos o arquitectónicos, sino también comunicativos, actitudinales y simbólicos. Pueden ser en un texto difícil de leer, una guía confusa, un mapa saturado de información o incluso el trato cotidiano con el público.
“Las personas con discapacidad cognitiva tienen la capacidad de comprender, tomar decisiones y disfrutar del arte. Si no lo logran, es porque el entorno no está diseñado para ellas. La responsabilidad es nuestra”, enfatizó Campos.
Por su parte Andrea Rodríguez, compartió ejemplos en los que mostró cómo un rótulo mal ubicado o un pictograma ambiguo pueden convertirse en barreras de acceso simbólicas.
La segunda exposición estuvo a cargo de Anyoleth Salas Bermúdez, artista visual y estudiante de la Universidad Nacional, quien ofreció la ponencia “Los caminos hacia la inclusión de las personas sordas en el arte y la cultura”.
Salas relató su experiencia como mujer artista sorda dentro de la academia y los museos del país. Contó cómo en visitas a museos donde no hubo intérprete, se sintió excluida, ya que sus compañeros escuchaban al guía, pero ella no. Solo veía las obras sin comprender de manera integral su historia y su contexto.
Su testimonio evidenció la urgencia de aplicar la Ley 9822 de Reconocimiento y Promoción de la Lengua de Señas Costarricense (LESCO), que obliga a las instituciones públicas a garantizar intérpretes y recursos accesibles en eventos culturales.
“No somos visitantes pasivos. Las personas sordas también podemos ser artistas, docentes, curadoras o guías de museo. Queremos participar en igualdad de condiciones”, afirmó Salas.
Entre sus propuestas destacó la incorporación de videos con interpretación en LESCO, subtítulos con buen contraste y pantallas interactivas que ofrezcan la información de cada obra. Además, hizo un llamado a las instituciones para que promuevan políticas inclusivas permanentes, no solo gestos puntuales.
Ernesto Pérez Ramírez, fundador del proyecto La Corazonada Visual, y el artista Geoffrey González Jiménez, compartieron su experiencia trabajando con personas con discapacidad visual y abogaron por una comprensión integral de la inclusión, aplicando el diseño universal.
González, artista con discapacidad visual, explicó que la accesibilidad no debe limitarse a rampas o ascensores. Como ejemplo explicó que, si él entra a un museo, pero no puede leer las fichas ni escuchar una audiodescripción, sigue fuera. “La inclusión no se resuelve con una baranda, se construye con actitud”, afirmó.
Ambos expositores insistieron en que todo el equipo humano del museo, desde la dirección hasta el personal de limpieza, deben estar sensibilizados y formados para atender a públicos diversos.
Estos testimonios evidencian el gran trabajo que aún hay que llevar a cabo para lograr una verdadera accesibilidad, más allá de acciones aisladas, el país y las instituciones deben enfocarse en desarrollar políticas públicas que realmente aseguren la inclusión de todas las personas a los espacios culturales.
El ENEM es un espacio de capacitación que reúne cada año a más de 50 personas provenientes de 25 museos de todo el país, y se ha consolidado como un encuentro de diálogo y colaboración entre colegas dedicados a la educación en museos. A lo largo de sus ediciones, ha propiciado múltiples alianzas que fortalecen los programas educativos y amplían el alcance social de los museos.
“Consideré de gran valor abordar el tema de la accesibilidad y la inclusión, pues, aunque se han desarrollado acciones significativas en esta materia, aún persisten desafíos para garantizar que el derecho a la cultura sea una realidad para todas las personas”, señaló Adriana Araya Góchez, encargada de la Sección de Educación del Museo UCR.

