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Confección de sustrato
Las cinco universidades estatales tejen lazos en jornada de voluntariado conjunto
Tres días de conexión con el territorio indígena Maleku

Las personas alumnas recogieron materiales como microorganismos de montaña para la confección de sustrato, que serviría para enriquecer la tierra y el crecimiento de árboles.

Crédito de foto: Luciana Navarro Herrera.

Red Universitaria Estatal de Voluntariado (UNIVES)
13 may 2024Sociedad

Acción Social U Públicas

Se realizaron actividades lúdicas sobre educación ambiental con niños y niñas de la escuela Viento Fresco en Agua Zarcas. 

Crédito de foto: Luciana Navarro Herrera

Estudiantes de las cinco universidades públicas del país desarrollaron un proceso de aprendizaje y socialización con la cultura de la comunidad indígena Maleku. El grupo realizó actividades de voluntariado en el territorio indígena, ubicado en la Región Norte de Costa Rica. Este encuentro les permitió tener un contacto de sensibilización directo con la naturaleza y el uso sostenible de recursos naturales.

La jornada de voluntariado abarcó tres días, iniciando desde temprano el jueves 11 de abril y concluyendo el sábado 13. La Universidad de Costa Rica (UCR) en conjunto con la Universidad Técnica Nacional (UTN), la Universidad Estatal a Distancia (UNED), la Universidad Nacional (UNA) y el Tecnológico de Costa Rica (TEC), a través de la Red Universitaria Estatal de Voluntariado (UNIVES) coordinaron esfuerzos para llevar a cabo estas relaciones de colaboración con la comunidad Maleku.

Esta convocatoria se realiza en el momento en el que las cinco universidades estatales declararon el 2024 como el “Año de las Universidades Públicas con los Pueblos Originarios”, al mismo tiempo en el que la Red UNIVES cumple su 15° aniversario que las universidades hermanas se unan para realizar proyectos e impactar diferentes comunidades.

“El impacto que tenemos como universidades estatales es muchísimo, porque las personas realmente nos ven como una única universidad. En este proyecto estamos todos con la misma camiseta, eso representa la unión que tenemos nosotros para llegar a las comunidades y también tenemos la posibilidad de permitirle a la población estudiantil que conozcan estudiantes de otras realidades, de otras universidades, de otras carreras” comentó Lupita Abarca Espeleta, coordinadora del Programa de Voluntariado UCR

La conexión con la naturaleza, la tierra, las hojas y la brisa fue constante. Para prueba de ello, las personas estudiantes colaboraron con un proceso de reforestación de árboles, hecho de manera 100% natural y completamente sostenible.

Se inició con recolección de diversas semillas mientras se hacían caminatas en los bosques, estas se separaban por especie para después sembrarlas en camas con el fin de iniciar su proceso de germinación. También se elaboró sustrato a partir de boñiga de ganado, fibra de coco, aserrín y otros componentes, para ayudar al crecimiento y fortalecimiento de los árboles.  

La recolección de semillas tenía como fin la colaboración para el desarrollo de un cultivo sostenible. Fotografía: Luciana Navarro Herrera.

Durante la jornada se realizó un proceso de facilitación de talleres de educación ambiental con niños y niñas de la escuela unidocente Viento Fresco ubicada en el cantón de Agua Zarcas. Se tocaron temas relacionados con el reciclaje y el uso sostenible de recursos con el propósito de promover conciencia y acciones sostenibles de la comunidad a través de actividades que combinaban el aprendizaje con el juego y la diversión.  

Las pinturas, pinceles y brochas fueron herramientas de suma utilidad. Los colectivos de voluntariado trabajaron en conjunto con artistas locales, donde sacaron la creatividad a flote para la creación de murales referentes a la cultura indígena Maleku. Estos se plasmaron en el Centro de Cultura y Capacitación Tafa Jolo, lugar de importancia para la comunidad donde se han desarrollado juicios con actores indígenas.

Semillas

 La recolección de semillas tenía como fin la colaboración para el desarrollo de un cultivo sostenible.

Más allá de realizar actividades de colaboración, las personas voluntarias también vivieron una experiencia de aprendizaje y conocimiento, de primera mano, de la cultura Maleku. Las personas de la comunidad les abrieron las puertas y les explicaron, desde la referencia histórica-ancestral que tiene el cacao para su cultura, hasta palabras y diferentes significados de la lengua maleku.

“En Maleku es uno aprende muchísimo, nos enseñan culturas nuevas, es un lenguaje diferente y aprendemos palabras que una nunca ha conocido. Esto viene a ser como una retroalimentación, sobre todo con el respeto que se tiene a la naturaleza. Todo eso es lo que a mí me deja esta experiencia y me motiva mucho más a venir y aprender más” dijo Tatiana García Elizondo, estudiante de Ingeniería Agronómica de la UNED.