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Javier Sánchez Mora, estudiante de la Maestría Académica en Historia e investigador del Centro de Investigación en Identidad y Cultura Latinoamericanas Anel Kenjekeeva
Jornadas de investigación del Ciicla

Voz experta: Bribris, cabécares y afrocaribeños en la formación de parejas interétnicas en Talamanca, 1870-1910

La Talamanca de este periodo no debe ser pensada como una sociedad aislada y recóndita
6 feb 2023Sociedad

Mister Selven Bryant, un habitante de Puerto Viejo, Limón, recordó en la década de 1970 que muchos hombres jamaiquinos, a inicios del siglo XX, se juntaron con mujeres indígenas y se establecieron de forma permanente en la zona talamanqueña. Según el habitante de Puerto Viejo, los hombres jamaiquinos hicieron sus fincas y familias allí, aprendieron el idioma indígena y sus hijos, al crecer, hablaron el inglés, el bribri y el español.i

Memorias como las de mister Selven, relatadas hace 45 años, coinciden con lo que ha sido investigado en años recientes. La historiadora Alejandra Boza Villarreal ha estudiado el caso de Alfredo Swaby Hidalgo, un hombre talamanqueño cuya madre fue una mujer bribri llamada María Teresa Hidalgo y cuyo padre fue un hombre jamaiquino llamado William Alexander Swabyii. La documentación que ha llegado a nuestros días muestra que Alfredo Swaby se movía entre el inglés, el bribri y el español tal y como mister Selven recordó que lo hacían los hijos de padres jamaiquinos y madres indígenas.

Retrato de Alfredo Swaby Hidalgo

Fuente: La Prensa, 13 de abril de 1923, 3

Una mirada al periodo entre 1870 y 1910 revela múltiples ejemplos que confirman la presencia de vínculos conyugales entre personas bribris, cabécares y afrocaribeñas y nos lleva más allá de la costa talamanqueña; nos lleva hacia el interior del territorio indígena, a sus valles y montañas.

Tierra adentro

Siguiendo el curso río arriba del Sixaola, alejándose cada vez más de la costa, el geólogo William Gabb notó en 1873 que había personas de “raza mixta”, producto de relaciones entre personas blancas, negras e indígenas. En esta misma localidad se había establecido William Alexander Swaby, en la década de 1880, padre de Alfredo Swaby Hidalgo. Siguiendo el Sixaola, tierra adentro, el río se bifurca y llega al primero de sus afluentes, el río Urén, en cuyas márgenes, en 1896, una mujer indígena llamada Elizabeth y un jamaiquino, llamado Marcos Parma, se casaron católicamente. Al norte corre el segundo afluente del Sixaola, el río Lari, cerca de donde, en 1913, Julia Saldaña, una mujer bribri, mantuvo un vínculo conyugal con un hombre afrocaribeño proveniente de Bocas del Toro llamado William Lightbourne. En las montañas de San José Cabécar nace el río Coen, tercer afluente del río Sixaola, donde el religioso Pablo Solano indicó que una mujer indígena había vivido con un hombre negro.iii

Mapa de la zona talamanqueña

Fuente: W.M. Gabb, Collins y Martínez, "Originalkarte des Hauptgebietes von Costa Rica", en Mittheilungen aus Justus Perthes'' Geographischer Anstalt über wichtige neue Erforschungen auf dem Gesammtgebiete der Geographie von Dr. A. Petermann (Gotha: Justus Perthes, 1877), Tafel 18.

Descendiendo de Alto Coen y dirigiéndose al norte se encuentra el Valle de la Estrella, territorio cabécar, donde el científico Henri Pittier, en la década de 1890, señaló que abundaban casas habitadas por parejas de mujeres indígenas y hombres negros. En 1896, en el mismo sector de La Estrella, el misionero Vicente Krautwig casó a una mujer indígena llamada Sebastiana y a un hombre jamaiquino llamado Santiago Quil Foot.iv

Según la tradición oral de la costa talamanqueña, muchos hombres jamaiquinos, a inicios del siglo XX, formaron vínculos conyugales con mujeres indígenas al interior de Talamanca. Según recordó mister Selven Bryant, los hombres jamaiquinos hicieron sus fincas y familias en Alta Talamanca. Inclusive William Smith, a quien la tradición oral recuerda como uno de los primeros afrocaribeños de habla inglesa que se establecieron en la costa talamanqueña en la primera mitad del siglo XIX, no estuvo relacionado únicamente con la zona costera. Se sabe que Smith tuvo una hija llamada Marcelina Smith nacida en 1893 con una mujer cabécar de La Estrella llamada Tomasa. En el sector de Bajo Lari (valle de Talamanca) Smith también estuvo en una relación con una mujer bribri llamada Leonor Almengor.v

La incorporación de elementos culturales indígenas por parte de los hombres afrocaribeños en estas relaciones conyugales no parece haber sido menor. Además del aprendizaje del idioma indígena por parte de los afrocaribeños que recuerda la tradición oral talamanqueña, el jefe político de Talamanca, Amado Chaverri, enviado por el gobierno costarricense, opinó en 1913 que estos vínculos conyugales se daban gracias a que los hombres afrocaribeños se acomodaban a la forma de vida de las mujeres indígenas.vi

Las fuentes también permiten identificar mujeres afrocaribeñas que formaron vínculos conyugales en Talamanca. En 1892 el obispo Bernardo Augusto Thiel había señalado la presencia de mujeres negras y criollas en Sipurio, valle de Talamanca, las cuales vivían, según él, “una vida libre” fuera del matrimonio. Una mujer proveniente de las islas de San Andrés, le había dicho al Obispo Thiel: “¡Yo casarme, nunca! Soy mujer y necesito mi hombre. O uno me busca o yo me busco uno, y si no me gusta le dejo y busco otro. Esta es mi vida y no adopto otra”.vii

Este otro caso, el de una mujer jamaiquina llamada Ana Louis Edward, ejemplifica la presencia de mujeres afrocaribeñas en Talamanca. En efecto, en 1907 ella se encontraba viviendo en el valle de Talamanca con un hombre proveniente de Cartago en una relación consensual. Sin embargo, tres años más tarde, Edward se identificó a sí misma como soltera y manifestó que vivía en Talamanca en casa propia.viii

Talamanca en el Caribe

Los ejemplos expuestos muestran que las relaciones conyugales de personas bribris, cabécares y afrocaribeñas no fueron excepcionales en este periodo. Muestran que había una fluidez de movimiento de personas entre las montañas y valles de Talamanca y el Caribe antillano e ístmico. Revelan lo que los estudios históricos han mostrado en las últimas dos décadas: que la Talamanca de este periodo no debe ser pensada como una sociedad aislada y recónditaix. Por el contrario, la historia de larga duración de la Talamanca de esta época es la de una sociedad independientex desde la cual, el Valle Central costarricense, Bocas del Toro, Colombia, el Pacífico Sur costarricense y las Antillas caribeñas habían sido zonas periféricas. Es difícil sostener la imagen de Talamanca como una sociedad aislada y recóndita cuando a finales del siglo XIX era posible encontrar personas provenientes de cada uno de esos lugares colindantes.

Las relaciones conyugales entre personas bribris, cabécares y afrocaribeñas nos obligan a reconsiderar los supuestos que tenemos sobre Talamanca al revelar a las poblaciones talamanqueñas como “fragmentos sobre el agua de unidades submarinas”xi, donde las unidades submarinas son las historias conectadas del mundo talamanqueño y el Caribe antillano e ístmico.

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i Paula Palmer, “Wa’ apin man”: la historia de la costa talamanqueña de Costa Rica, según sus protagonistas (Costa Rica: Editorial de la Universidad de Costa Rica, 1994), 82.

ii Alejandra Boza Villarreal, “Economía, Estado y comunidades indígenas en Talamanca, Costa Rica, 1927-1948”, Cuadernos Inter.c.a.mbio sobre Centroamérica y el Caribe 15, n.° 1 (2018): 119.

iii William M. Gabb, Talamanca, el espacio y los hombres (San José, Costa Rica: Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes, 1978), 25; ANCR, Poder Judicial, Juzgado Civil de Limón 941, f. 4v. (1909); Tribunal Supremo de Elecciones de Costa Rica, Registro Civil, Limón, Matrimonios, 1888-1905, vol. 1, p. 140, partida 119; “La dinastía de los Saldaña en peligro”, La República, 12 de junio de 1913, 2; Pablo Solano Gamboa, “Recuerdos históricos de la misión”, en El último cacique. Talamanca, siglo XIX (San José, C.R.: EUNED, 2009), 525.

iv Henri Pittier de Fábrega, “La lengua de los indios bribri en Costa Rica”, en Actas de la conferencia de la clase filosófico-histórica de la Imperial Academia de Ciencias (Viena: Librería de los muelles. Academia de las Ciencias, 1898), 16. Traducido del alemán al español por Rebeca Mayorga. Proyecto: 818-C0-457 “Análisis lingüístico, literario e histórico del primer texto extenso en bribri y de su contexto de producción: el 'Evangelio según San Juan' (1905) traducido por Guillermo Gabb”; Tribunal Supremo de Elecciones de Costa Rica, Registro Civil, Limón, Matrimonios, 1888-1905, vol. 1, p. 162, partida 150.

v Palmer, “Wa’ apin man”…, 82, 23; Tribunal Supremo de Elecciones de Costa Rica, Registro Civil, Limón, Matrimonios, 1909-1921, vol. 4-5, p. 2, partida 2013; “La dinastía de los Saldaña en peligro”, 2.

vi “En la región de Talamanca”. La Información, 3 de abril de 1913.

vii Ana Isabel Herrera Sotillo, Monseñor Thiel en Costa Rica: visitas pastorales, 1880-1901 (Cartago, Costa Rica: Editorial Tecnológica de Costa Rica, 2009), 292.

viii ANCR. Poder Judicial. Limón Juzgado Civil, No. 283, f. 6-7v; ANCR. Poder Judicial. Limón Juzgado del Crimen, No. 242, f. 23.

ix Alejandra Boza Villarreal, La frontera indígena de la Gran Talamanca, 1840-1930 (Cartago, Costa Rica: EDUPUC, 2014), 262.

x Alejandra Boza Villarreal, “Guerras indígenas en Talamanca y Bocas del Toro (1709-1867)”, en De colonia a república: economía, política e Iglesia en Costa Rica (siglos XVIII-XIX) (San José: Fundación Museos del Banco Central de Costa Rica, 2017), 25.

xi Lara Putnam, “To Study the Fragment/whole: Microhistory and Atlantic World”, Journal of Social History 39, n.° 3 (2006): 617. (traducción propia).


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Javier Sánchez Mora
Estudiante de la Maestría Académica en Historia e investigador del Centro de Investigación en Identidad y Cultura Latinoamericanas
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