Logo Universidad de Costa RicaUniversidad de Costa Rica
Programa de Donación de Cuerpos de la UCR

Por cada corazón que deja de latir, una nueva esperanza nace para la medicina

El aprendizaje médico con cadáveres es un aporte invaluable para quienes pronto tendrán en sus manos la obligación de salvar vidas
16 sept 2022Salud
Estudiantes de Medicina aprendiendo con un cadáver
Fotografía cortesía del Programa de Donación de Cuerpos.

Karol Cerdas Córdoba lo recuerda muy bien. Fue un miércoles por la mañana cuando, en un pasillo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Costa Rica (UCR), tomó la decisión de donar su cuerpo a la ciencia cuando fallezca.

Ella ya sabe lo que esto implica. Cuando su corazón deje de latir, su cuerpo estará en las manos de las y los jóvenes estudiantes de Medicina, así como de otras áreas de la salud, que dedicarán gran parte de su tiempo a aprender sobre cada rincón anatómico que yace en la vasta complejidad del organismo humano.

Quien no vive para servir, no sirve para vivir. Por eso, tomé la decisión de donar mi cuerpo a la ciencia. Es bonito pensar que a pesar de la muerte uno puede servir más allá de un duelo y ser un instrumento para que los futuros profesionales se eduquen, aprendan, adquieran conocimiento y hagan investigación. Eso fue lo que me motivó a ser donante y hoy quedo con esa satisfacción de que, el día en que parta, mi cuerpo seguirá sirviendo antes de convertirse en polvo”, mencionó Karol.

Esa entrega total y desinteresada es visto por el Programa de Donación de Cuerpos de la Escuela de Medicina de la UCR (Prodocu-UCR), único en Costa Rica y que en agosto del 2022 celebró su cuarto aniversario, como un verdadero acto de auténtico amor y altruismo. No es para menos.

Gracias a cada persona donadora, cerca de 150 estudiantes de Medicina, y casi 1 000 de otras disciplinas vinculadas con la salud, ciencias del movimiento humano y hasta de las ciencias sociales como lo es Psicología, logran formarse de primera mano con un material biológico de incalculable valor que ni siquiera el mejor libro de medicina puede igualar. Las razones sobran.

“Desde el primer día que conocimos los cuerpos de nuestros donantes, no hemos dejado de aprender. Yo sé que muchos podrían pensar que los donantes solo nos enseñan a nivel académico. Esto es cierto, nos han hecho crecer mucho como futuros médicos. Pero, más allá que eso, nos han hecho crecer como seres humanos. A mí, personalmente, me han dado una perspectiva totalmente nueva sobre lo que es la muerte”, compartió Fernanda Villalobos, estudiante de segundo año de Medicina, en un sentido homenaje dado el 19 de agosto a donantes inscritos en el Programa.

Estudiantes de Medicina aprendiendo con un cadáver

La UCR recibe cerca de 20 a 25 cadáveres al año. Con el Programa de Donación de Cuerpos, del 2018 al 2020 se contabilizó un total de 257 donantes actualmente inscritos; 52 % mujeres y 48 % hombres, indicó la Dra. González en el podcast del Programa de Donación de Cuerpos de la Escuela de Medicina de la UCR. Fotografía cortesía del Programa de Donación de Cuerpos.

Una luz

Antes de entrar a sus clases de anatomía, las y los estudiantes de la UCR se preparan para brindar el máximo respeto, admiración y dignidad a cada cuerpo con el cual aprenden. No lo hacen por obligación, sino como una muestra genuina de agradecimiento ante lo que ellos y ellas consideran un “regalo”. Con justa razón.

Para muchas familias, el cuerpo de su familiar amado fue la única y más preciada posesión que dejó y, aún así, en medio de un difícil proceso de duelo, fue dado como un regalo completamente desinteresado.

Por ese motivo, cada joven de Medicina se toma su tiempo para conocer el nombre y un poco sobre el legado de quien, en un pasado, fue un ser humano con una familia, sueños y aspiraciones que tomó la decisión de entregarse por el bien de las y los futuros profesionales que pronto tendrán en sus manos la enorme obligación de salvar vidas. Matías Zeledón Matamoros, donante, tal vez sea uno de los ejemplos más claros de esto.

Matías falleció en septiembre del 2021 a los 61 años. No obstante, meses antes, al conocer que tenía un cáncer de páncreas terminal, decidió ser parte del Programa de Donación de Cuerpos de la UCR.

“Matías tenía una personalidad de ayudar mucho a las personas. Cuando supo que tenía un cáncer terminal, él solito investigó, entró a la página de la Universidad y decidió que eso era lo que él quería hacer. Él pensaba que con la muerte podía ayudar, al menos, a una persona en investigación, y que cada parte de él iba a poder contribuir un poquito en el estudio del cuerpo humano y en las diferentes ramas de la Medicina. Él me dijo: por lo menos voy a poder ayudar a una persona con mi cuerpo. Me voy en paz”, relató su esposa Stefannie Jara Bernard.

Liliana Zeledón Matamoros (hermana de Matías) y Stephanie Jara Bernard (esposa de Matías) señalan que tomaron con sorpresa la decisión de su familiar. No obstante, su voluntad fue respetada porque, si algo caracterizaba a Matías, era su falta de egoísmo. "Al venir a la UCR ahora estoy segura de que Matías tomó una buena decisión y estoy pensando en donarme. ¡Claro! Todavía hay que madurar la idea", manifestó su hermana Liliana.

Para Fernanda Villalobos, ese aporte es tan grande que en ocasiones resulta difícil describirlo con palabras. Únicamente las personas que han perdido a un ser amado pueden saber el dolor que se lleva durante toda la vida.

“Sé que para muchos esto es todavía más difícil por la decisión que tomaron sus familiares. Pero, de verdad, queremos que sepan lo agradecidos que estamos. Les aseguramos que este regalo dado es algo que valoramos increíblemente y que nos ha cambiado la vida. Por eso, nos aseguramos de que la dignidad de sus seres queridos sea siempre mantenida, con un trato de muchísimo respeto y admiración”, enfatizó Fernanda.

Pablo Laines, estudiante de segundo año de la carrera de Medicina y compañero de Fernanda, coincide. “Mientras avanzamos por la vida nos cruzamos con personas que, de alguna forma, nos enseñan algo. El morir no significa que este proceso de enseñanza termine. Por medio del Programa y la donación del cuerpo, que es un acto loable, las personas siguen enseñándonos porque, solo al estar frente a un cuerpo es cuando, verdaderamente, lo podemos entender”, afirmó.

En la fotografía está Karol Cerdas Córdoba, una de las donantes homenajeadas. Para ella, el Programa de Donación ha sido un espacio acogedor. "Yo he pasado varias situaciones de duelo y una de ellas constituyó la pérdida de un hijo. Al estar en el Programa, hasta he logrado cerrar ese capítulo de mi vida", compartió.

Contra el miedo

Stephanie Jara Bernard reconoce que aceptar la donación de cuerpo de su marido no fue sencillo. “Me costó aceptarlo. Luego, mi hija llamó a la Universidad, le explicaron el proceso y cómo iban a tratar al cuerpo. Por eso, estuvimos anuentes a hacerlo. Cuando él falleció, los de la UCR llegaron y recalcaron que lo iban a tratar con mucho cariño y respeto. Ahora, hasta yo estoy pensando en donar mi cuerpo”, señaló.

Temores como los de Stephanie son usuales. No obstante, de acuerdo con la Dra. Jéssica González, coordinadora de Prodocu-UCR, los miedos y las dudas suelen desvanecerse rápidamente cuando las personas se aproximan al Programa de Donación de Cuerpos de la UCR y conocen de cerca la iniciativa, así como los valores que lo rigen: la generosidad, el humanismo, la dignidad, la ética, la gratitud y el respeto.

“El mayor temor de las personas que hemos encontrado es que su voluntad no sea cumplida cuando fallezcan. Ante esto, nosotros, como parte del Programa de Donación, lo que hacemos es educar lo más posible a la población, a las familias y a las personas que ya tienen muy clara su decisión de donar su cuerpo a la docencia e investigación. Por eso, uno de los pasos más importantes que hacemos es una entrevista en la cual la persona donadora debe asistir con algún testigo o un familiar”, compartió la Dra. González.

Para la docente, los resultados obtenidos son satisfactorios. Durante las entrevistas y las charlas se ha logrado modificar la perspectiva de muchas personas sobre la donación de cuerpos, así como resaltar las virtudes del Programa, y el uso e importancia del material biológico.

“La familia costarricense usualmente es muy respetuosa de la persona que falleció y, aunque no entienden muy bien esta decisión, la respetan y la hacen cumplir. No obstante, para ellos es más sencillo aceptarla cuando entienden el trasfondo del porqué la persona deseaba donar su cuerpo a la docencia y a la investigación, los alcances de su aporte y del hecho tan loable y altruista que significa la donación de cuerpos. Con las entrevistas y las charlas se logra que las personas entiendan la importancia del programa y acepten”, mencionó la Dra. González.

Si bien el eje de la docencia y la investigación son los enfoques más importantes de Prodocu-UCR, no son los únicos. Desde su nacimiento, el Programa ha procurado informar e incentivar una cultura de donación de cuerpos sostenida en el tiempo. Debido a esto, también abordan estrategias enfocadas en derribar estigmas, capacitar para afrontar los procesos de duelo e incentivar el autocuidado de la salud mental.

Grandes aportes

Durante los cuatros años de existencia del Programa de Donación de Cuerpos, la UCR ha logrado asegurar la disponibilidad del material biológico para todos los estudiantes universitarios que así lo requieran y no solo de la Escuela de Medicina.

Pero el aporte en docencia no ha sido el único. Las contribuciones también se han destacado en el eje de la investigación, en el desarrollo de nuevos tratamientos y dispositivos biomédicos, así como en la optimización de técnicas médicas y forenses.

Un ejemplo actual es el estudio sobre las características de los huesos de la población costarricense y mexicana que efectúa la Sección de Morgue y Necrobiología (Semonec), de la Escuela de Medicina de la UCR, en unión con la Universidad Autónoma de México. El objetivo de la investigación es mejorar la identificación de los restos durante los procesos forenses.

“Ya existen tablas para la identificación de restos óseos, pero estas están hechas con población no latinoamericana, sino europea que dista un poco de nuestra región. Además, también estamos haciendo otro estudio de variables anatómicas para ver si hay algo específico en la anatomía de la población costarricense, de importancia, que deba ser transmitido a la parte quirúrgica y a los cirujanos para que tomen en cuenta esos aspectos antes de hacer algún procedimiento”, amplió la Dra. González.

Además de los estudiantes, las y los profesionales graduados también se ven beneficiados. Los cuerpos donados son utilizados en cursos de simulación biológica por médicos ya graduados que se están formando para ser especialistas, como lo es ortopedia o cirugía plástica, entre otros.

“Este año fuimos partícipes de un Congreso Iberoamericano de Cirugía Plástica, en el cual los asistentes y residentes en cirugía plástica de Iberoamérica desarrollaron un curso de simulación biológica y aprendieron sobre cómo realizar colgajos para las reconstrucciones mamarias después de una cirugía de cáncer de mama”, mencionó la Dra. González.

Asimismo, se han realizado alianzas con profesionales de otras ramas para que practiquen cirugías de gran complejidad antes de intervenir a un paciente real. Esto incrementa de manera importante las probabilidades de éxito en los abordajes quirúrgicos.

“Hemos tenido profesionales del área vascular periférica que se preparan en algún proceso complicado que conlleva mucho riesgo para el paciente. Ellos practican los procedimientos quirúrgicos en una persona real (en un cadáver) y perfeccionan la técnica antes de intervenir a su paciente vivo”, explicó la Dra. González.

La duración del material biológico es amplia y puede extenderse hasta por más de 10 años. Primero, el cuerpo embalsamado es disecado por estudiantes de la carrera de Medicina en el transcurso de un año.

Posteriormente, es utilizado por las otras carreras del área de la salud durante dos a tres años y, finalmente, se obtiene la osamenta completa y los huesos para fines didácticos que perduran por muchos años más.

¿Cómo donar?

Efectuar una donación de cuerpo es sencillo. Si usted está interesado o interesada, lo primero que debe tomar en cuenta es que este acto es totalmente altruista y ad honorem. Es decir, no conlleva recompensa monetaria. Asimismo, tampoco deberá pagar algún costo para ingresar al Programa.

Luego, debe contactar al Programa de Donación de Cuerpos a los números 8831-2502, 2511-8288 ó al correo electrónico prodocu.em@ucr.ac.cr.

Si desea ampliar la información, puede visitar la página web: https://emedic.ucr.ac.cr/dona-tu-cuerpo/. En ese sitio podrá hallar todos los pasos a seguir. Luego, el personal del Programa de Donación de Cuerpos se contactarán directamente con usted y lo guiarán en el resto del proceso.

“Tengo 30 años y la decisión de donarme la tomé muy joven porque conozco el Programa de Donación y veo cómo tratan al cuerpo cuando llega, así como el respeto y la devoción que le brindan. Ese trato, en definitiva, me enamoró. Tal vez la gente de afuera dice: ¡ay no, donarme jamás! Pero, para mí, la diferencia se generó cuando decidí conocer el Programa”, concluyó Karol.

Los cuatro elementos para tomar en cuenta si desea donar su cuerpo a la ciencia

  1. Inscribirse al Programa de Donación de cuerpos no posee costo económico para la persona donadora o la familia del donante.
  2. Donar el cuerpo es un acto altruista. Es decir, la UCR no proporciona remuneración alguna al donante o a su familia.

  3. La persona donadora puede cambiar su decisión en cualquier momento antes de fallecer.

  4. El Programa de Donación de Cuerpos se hace cargo del traslado del cuerpo y su respectiva gestión.

En la siguiente galería, reviva cada momento del sentido homenaje dado el 19 de agosto a donantes inscritos en el Programa.

 

Estudiantes de Medicina aprendiendo con un cadáver

Familiares y personas inscritas al Programa de Donación de Cuerpos.

En la fotografía se ven a familiares y personas inscritas al Programa de Donación de Cuerpos de la UCR. Ellos y ellas fueron homenajeados el 19 de agosto del 2022 como muestra de agradecimiento por parte de la UCR. Fotografía de Rebeca Alfaro González.

Familiares y personas inscritas al Programa de Donación de Cuerpos.

A las y los homenajeados se les dio un girasol, la flor que representa a la UCR, así como una copia del poema emblema del Programa de Donación de Cuerpos. Fotografía de Rebeca Alfaro González.

Estudiantes de la UCR recitan el poema emblema del Programa de Donación de Cuerpos

Las y los estudiantes de la UCR recitaron el poema "La ciencia que te heredo", ganador del concurso de poesía que realizó el Programa en el 2021. El poema fue elaborado por Carolina Sánchez Hernández, graduada de la Licenciatura en Sociología y de la Maestría en Estudios de las mujeres, géneros y sexualidades de la Universidad de Costa Rica. Fotografía de Rebeca Alfaro González.


 

Este es el poema emblema "La ciencia que te heredo"

En la fotografía se puede leer un extracto del poema "La ciencia que te heredo". Fotografía de Rebeca Alfaro González.

Dos estudiante de Medicina amenizaron con música el homenaje

Dos estudiantes de Medicina de segundo año amenizaron con música el homenaje. El canto fue liderado por Naomi Varela y la guitarra por Fabricio Espeleta. Ellos interpretaron las canciones "Gracias a la vida" y "Hasta la raíz". Fotografía de Rebeca Alfaro González.

Psicóloga María Paula Brenes.

Como parte del homenaje se realizaron dos charlas. La primera fue impartida por la licenciada en Psicología María Paula Brenes. Ella abordó los precesos de duelo. Fotografía de Rebeca Alfaro González.

Dra. Jéssica González

La Dra. Jéssica González, coordinadora de Prodocu-UCR, lideró toda la activdad. En todo momento la doctora dejó claro la importancia de la donación de cuerpos y el acto de amor que esto representa. Fotografía de Rebeca Alfaro González.

Especialista Norma Brito.

La segunda charla fue dada por la M.Sc. Norma Brito, quien compartió cómo vivir plenamente, el autocuidado y la salud mental. Fotografía de Rebeca Alfaro González.

Estudiantes de Medicina comparten sus experiencias

En la imagen está Pablo Laines y Fernanda Villalobos. Ambos proporcionaron un motivador discurso sobre cómo el aprendizaje con cadáveres impacta su formación y lo agradecidos que están de tener dicha oportunidad. Fotografía de Rebeca Alfaro González.
Jenniffer Jiménez Córdoba
Jenniffer Jiménez Córdoba
Periodista, Oficina de Divulgación e Información
Área de cobertura: ciencias de la salud
jenniffer.jiisikmenezcordoba  @ucrrfjc.ac.cr