Este galardón es un reconocimiento que la Rectoría entrega anualmente a miembros de la comunidad universitaria por su apoyo al estudiantado, a la misión formadora de profesionales, a la búsqueda del conocimiento por medio de la investigación, a la gestión administrativa institucional al servicio de la academia y a la relación universidad-sociedad para el logro del bien común.
En el marco de su septuagésimo quinto aniversario, en el año 2015, se acuñó una medalla conmemorativa como símbolo de la perdurabilidad y persistencia de los valores universitarios en la sociedad costarricense. Este reconocimiento se entregará anualmente hasta el centenario de la UCR, en la figura y labor de miembros destacados de la comunidad universitaria que reflejen los valores de la gestión administrativa y la enseñanza-aprendizaje, la investigación y la proyección institucional, como ejes sustantivos de la institución.
Carlos Araya Leandro, rector de la UCR, enmarcó la entrega de la Medalla de este año en el contexto de la pandemia por el virus SARS-CoV-2, situación que ha obligado a redoblar los esfuerzos, el compromiso y el trabajo del personal docente y administrativo, así como de los estudiantes, quienes, a su criterio, han sido “los principales sacrificados de este proceso de enseñanza virtual que, de manera emergente, tuvimos que asumir”.
“Creo que, posiblemente, habría que darle una Medalla Institucional a cada persona o instancia que laboró este año contra viento y marea en un momento tan convulso como el que la historia nos ha puesto de frente. Como eso es materialmente imposible hacerlo, nos hemos abocado a una tarea bastante compleja, que es realizar una selección de personas y grupos que han demostrado una labor extraordinaria a lo largo del año y que, a su vez, sean un símbolo representativo que cobije a toda la comunidad universitaria. Estoy seguro que las personas que van a recibir el galardón de la Medalla Institucional, efectivamente, representan a toda la comunidad universitaria”, manifestó en su discurso Araya.
Una docente que inspira con la danza
“Por la misión formadora de nuevos profesionales de nuestra institución desde una perspectiva humanística y de excelencia, se entrega la Medalla Institucional de la Universidad de Costa Rica a la Licenciada Flor Gaitán Montenegro”.
Flor Gaitán se integró a la Sede de Guanacaste de la UCR en el año 2008 y, desde el 2010, dirige el proyecto Danzarte, una propuesta en la que se aprende, como ella misma lo afirma, “a expresar ilusiones a través del cuerpo humano”.
La oportunidad de desarrollar proyectos de Acción Social, haciendo un puente libre con la Docencia, la ha llevado a dimensionar el poder de ser instrumento del saber, para tocar delicadamente la vida de sus estudiantes, de sus familias y de las comunidades a las que pertenecen.
Para Gaitán, llevar la danza es un aliciente que le permite transformar y pintar de colores un horizonte más humano. Es, además, desarrollar el potencial creativo, físico, emocional, mental y espiritual de cada joven. Durante este año, su mirada se ha enfocado en este proceso de crecimiento con el propósito de forjar una construcción mas humanista en sus estudiantes, que les permita abrir otras posibilidades y marcar nuevos horizontes.
Desde muy pequeña sintió amor por la danza. Inspirada por su padre y por las propias circunstancias sociopolíticas del país que la vio nacer, estudió en la Escuela Nacional de Danza en Nicaragua. Su baile la condujo a otras latitudes y, en el año 2002, se asentó en Liberia, Guanacaste; para dedicarse, en un principio, a la enseñanza de esta disciplina en el Colegio Artístico de Liberia.
Gaitán no pudo asistir a la ceremonia. Por este motivo no se cuenta con una fotografía de ella.
Tras la pista del SARS-CoV-2
“Por la generación del conocimiento mediante investigación que combina la pertinencia social con la relevancia académica, se entrega la Medalla Institucional de la Universidad de Costa Rica en la figura de la Doctora Eugenia Corrales Aguilar”.
Eugenia Corrales ingresó a estudiar la carrera de Microbiología y Química Clínica en 1996. Dos años después empezó a laborar como asistente en la sección de Virología y, desde entonces, no ha salido de ella. Luego de graduarse fue llamada a ejercer la docencia de manera interina y, después de realizar sus estudios de posgrado en el extranjero, pasó a ser profesora invitada. Desde el 2015 es catedrática en Virología en la Escuela de Microbiología y en el Centro de Investigación en Enfermedades Tropicales.
Corrales manifiesta que siempre se vio atraída por el origen y desarrollo de los virus, así como por su impacto en la salud humana. “Desde pequeña siempre tuve curiosidad por entender y explicar lo que me rodeaba. Tenía juegos de química, microscopio de juguete y solía desarmar todos mis juguetes para averiguar cómo funcionaban”, recordó.
Actualmente dedica la mitad de su tiempo a estudiar el virus SARS-CoV-2 con el propósito de informar y asesorar de manera acertada al Ministerio de Salud y a otras instituciones que la consultan.
“Es una gran alegría. No me lo esperaba. Uno siempre cree que no es merecedor de estas cosas. A mí me da mucha alegría porque lo que demuestra es que nosotros, los científicos, tenemos un papel importante en el laboratorio creando conocimiento. Pero, sobre todo, afuera, comunicando y educando, y eso es lo más importante. Este año, mi trabajo se ha concentrado en educar e informar con evidencia científica y asesorar al gobierno y a distintas instituciones para tomar las medidas necesarias para poder estar todos seguros y sanos, sin mucho riesgo en esta pandemia”, manifestó Corrales.
Trabajar en y con las comunidades
“Por la relación y fortalecimiento de la universidad-sociedad para el logro del bien común, se entrega la Medalla Institucional de la Universidad de Costa Rica en la figura de la Mag. Ana Patricia Rojas Hernández”.
Ana Patricia Rojas ingresó a laborar a la Escuela de Antropología de la UCR en 1996 y, actualmente, trabaja como docente de Turismo Ecológico en la Sede del Sur. También tiene a cargo proyectos de acción social, de extensión cultural y de Trabajo Comunal Universitario (TCU).
Rojas manifiesta que es feliz trabajando en y con las comunidades. Esto la ha llevado a impulsar proyectos como Museos y Patrimonio, el Centro de Promoción Cultural de la Sede del Sur y labores con poblaciones indígenas, entre muchas otras.
“Es un honor y me siento muy orgullosa de que la Institución me haya otorgado este reconocimiento y yo creo que no es solamente a mí, a Patricia Rojas, sino a la labor que hacemos en la Sede del Sur con las comunidades, al trabajo conjunto que realizamos y a todos esos chicos que me acompañan en el TCU y que trabajan conmigo y que han estado a lo largo de estos años aportando a las comunidades, tocando vidas.”
Estudiantes alcanzando estudiantes
“Por potenciar el papel del estudiantado como un elemento vital de nuestra institución, mediante iniciativas dirigidas a mejorar la equidad en el acceso y la permanencia en la educación superior, se entrega la Medalla Institucional de la Universidad de Costa Rica en la labor del directorio de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica”.