La Ministra de Hacienda se equivoca al afirmar que 50% del superávit de las universidades es libre
Solo 1,87% del presupuesto total de la UCR corresponde a superávit libre
Rocío Aguilar, ministra de Hacienda, señaló el lunes 25 de
febrero en la comisión legislativa que analiza el presupuesto
destinado para el Fondo Especial de la Educación Superior (FEES),
que entre un 40% y un 50% del superávit de las
universidades es libre y que este debe incluirse en el
siguiente FEES como fuente de financiamiento.
La declaración se da durante la segunda comparencia que
reciben los diputados en la comisión legislativa que estudia el uso
de los recursos que financian la educación superior pública de
Costa Rica. En la primera se recibió a la Contralora Marta
Acosta.
Ante el argumento del superávit, el Dr. Henning Jensen
Pennington rector de la Universidad de Costa Rica señaló que
la institución ha sido transparente y que se ha informado a
la Asamblea Legislativa sobre las inversiones que se realizan con
esos recursos, que reiteró no son
libres.
El pasado 5 de febrero ya se había hecho una reiteración de la
posición de la Universidad respecto al superávit
institucional. El tema ha sido un punto de conflicto entre
la Contraloría General de la República y la institución, la
posición de la UCR es sustentar el hecho de que no existe
un superávit libre del 50% y que este, en el caso de la UCR,
alcanza a penas un 1,87%.
“En ningún momento son recursos ociosos. Son recursos
invertidos en obras de infraestructura, tal y como la normativa lo
exige. Tenemos más de 90 obras constructivas que se apoyan en eso
que se denomina superávit, pero con un fin establecido. Hay
contratos y obligaciones financieras que nos comprometen, por eso
hablamos de superávit comprometido”, subrayó el rector.
Jensen indicó que las universidades públicas estatales son
instituciones comprometidas con el bien común y con el desarrollo
del país y que han demostrado (a diferencia de otros sectores de
Gobierno) que en poco tiempo se puede hacer una inversión en
infraestructura que está a la altura de lo que debe ser una
universidad moderna.
“El superávit no es una masa financiera que flota en el aire, es una cantidad de dinero que tiene fines determinados y que responden inclusive al compromiso que como institución tenemos con el desarrollo de la ciencia y tecnología y el desarrollo de nuestras propias funciones académicas y todo ello para beneficio de nuestro país”, concluyó.
Al 31 de diciembre de 2018, la UCR presenta un superávit libre
de ¢7 563,7 millones, lo que equivale al 1,87% del presupuesto
total. Mientras que el superávit específico corresponde a un
monto de ¢71 717.3 millones (17,7% del presupuesto total) y del
cual el 45,4% pertenece a los programas de proyectos de inversión y
megaproyectos, ambos rubros relacionados a obras de
infraestructura.
¿Qué es un superávit libre y qué es uno específico?
En primera instancia los superávits se clasifican en superávit
libre y superávit específico. El primero es el exceso que queda de
los ingresos y gastos ejecutados al final de un año y los recursos
sobrantes se pueden utilizar en distintas áreas según las
necesidades de las institución.
Mientras que el segundo se refiere también a ese excedente
pero que por disposiciones especiales o legales tiene que
utilizarse para un fin ya definido.
Por lo tanto, la diferencia entre ellos, es que el superávit
libre se puede utilizar en nuevas necesidades institucionales,
mientras que el superávit específico, ya tiene un fin de acuerdo
con lo planificado.
En el caso de la UCR, los superávits específicos obedecen a
disposiciones de carácter especial como convenios, contrato de
fideicomiso, proyectos de inversión, reglamentos y acuerdos, estos
dos últimos dictados por el Consejo Universitario.
Además corresponden a recursos de vigencias anteriores, que
por diversos motivos, tales como, la plurianualidad de los
proyectos, tipo y tiempo del proceso de licitación, consultas,
apelaciones y recursos administrativos en contra de los procesos de
contratación previstos en la Ley de Contratación Administrativa,
entre otras razones, no es posible ejecutarlos en el periodo
presupuestario anual.