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Este 23 de noviembre se cumplen 100 años de la graduación de la primera mujer profesional de Costa Rica

Felícitas Chaverri Matamoros derribó múltiples estereotipos que desprestigiaban las habilidades de las mujeres para realizar complejas tareas intelectuales
23 nov 2017Salud

El 23 de noviembre de 1917 fue la fecha que cambiaría la vida profesional de las costarricenses. La Escuela de Farmacia, llamada así antes de integrarse a la Universidad de Costa Rica (UCR) en 1940, graduó a la primera profesional del país: Felícitas Chaverri Matamoros.

Conocida cariñosamente como Lita, la dedicación y excelencia de esta joven que creción en Heredia consolidó el derecho de las mujeres a los estudios superiores. Un logro que se alcanzó cuando la Junta Directiva del Colegio de Farmacéuticos aprobó su ingreso en 1912, luego de deliberar por varios días y concluir que no había nada que prohibiera la admisión de una mujer.

“Muchos opinaban que a Lita debía negársele su entrada. En ese tiempo se creía que la complejidad de los estudios farmacéuticos no estaban acorde con las débiles capacidades femeninas. Su aceptación hizo que por primera vez se lograra atravesar el pensamiento machista que prevalecía en la época y quebrantar los roles de la mujer dentro del sistema patriarcal”, afirmó la Dra. Lidiette Fonseca González, Decana de la Facultad de Farmacia.

Es así como Felícitas, con apenas 17 años de edad, logró estudiar una profesión considerada exclusiva para los hombres y destacarse con las calificaciones más altas de su clase. Su graduación de honor el 23 de noviembre de 1917 fue clave en derribar múltiples estereotipos que demeritaban las habilidades de las mujeres para realizar tareas intelectuales. Entre ellas, los minuciosos procedimientos de análisis químicos, de calidad, seguridad y eficacia de los medicamentos que exigía la profesión.

Ese primer paso abrió las puertas para que nuevas entusiastas de las ciencias, las ingenierías, la salud y las letras se prepararan en diversos campos de estudio. Lita fue la primera en estudiar cinco años para graduarse como farmacéutica y obtener un título universitario. Hoy son 20.322 mujeres que tan solo en la UCR se especializan en más de 300 disciplinas.

Sin embargo llegar a esa cifra requirió tiempo. Si bien antes de 1917 habían varias generaciones de maestras y obstetras, estas no se consideraban profesionales. De acuerdo con Montserrat Sagot Rodríguez, socióloga de la UCR, la categoría de profesión responde a la obtención de títulos universitarios. Las aspirantes que deseaban ser maestras ni siquiera necesitaban su título de colegio para educarse en esta profesión.

“En el caso de las maestras, a ellas no se les exigía concluir sus estudios de bachiller de colegio. Algunas, inclusive, se formaban como parte de su educación secundaria. El período de formación era de casi dos años en la Escuela Normal, por lo que era una preparación especial, pero no lo suficiente para conseguir un título universitario”, afirmó la especialista.

Lita Chaverri no solo se convirtió en la primera profesional y farmacéutica del país, sino también en la primera mujer en ocupar la jefatura del Departamento de Drogas y Estupefacientes del Ministerio de Salubridad Pública.

Sus pasos rápidamente fueron seguidos por otras personalidades destacadas como la Dra. Aurea Vargas Bonilla, la Dra. Nuria Montero, y la Dra. Yolanda Méndez, quienes impulsaron el desarrollo de la Farmacia de Hospital, el control de medicamentos y la ocupación de posiciones de liderazgo.

Los aportes de Lita Chaverri no solo se enfocarían en su carrera científica. Ella también fue una mujer con especial sensibilidad poética. Sus obras fueron publicadas en importantes revistas de la época que reflejaban su pasión por sus versos y amor por la escritura.

“La toga de farmacéutica la llevó hasta el 6 de octubre de 1934, cuando a sus 40 años muere en San José y deja un gran legado para la profesión farmacéutica y para el país. Actualmente, casi el 70% de las personas que estudian Farmacia en la UCR son mujeres. Lita fue alguien con gran inclinación social y con vocación de servicio a los más necesitados”, manifestó el Dr. Gustavo Rojas Céspedes, docente de la Facultad de Farmacia de la UCR.

Hoy la Facultad de Farmacia de la UCR la recuerda como pionera, impulsora y luchadora, siempre comprometida con aquellas poblaciones más vulnerables, y un ejemplo que inspira la formación de las futuras generaciones.

Jenniffer Jiménez Córdoba
Jenniffer Jiménez Córdoba
Periodista Oficina de Divulgación e Información
jenniffer.jihochmenezcordoba  @ucrtori.ac.cr

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