Una carrera a favor del tiempo

Dra. Ana María Durán, quien a sus 29 años se destaca como científica joven en el campo de la Física, con una especialidad en climatología con énfasis en las áreas tropicales (foto Laura Rodríguez).

Una persona estándar, sin ninguna característica especial y como cualquier persona que creció en los años noventa, escuchando la música de Depeche Mode y de algunos otros grupos que llenaban la programación de MTV, y más interesada por los números que por las letras.

Así se define a sí misma Ana María Durán Quesada, investigadora en el campo de la climatología. Tiene 29 años e inició su carrera de Física en la Universidad de Costa Rica (UCR) en el 2002. Hoy ya posee un doctorado en Física aplicada de la Universidad de Vigo, en España por medio de una beca otorgada por la UCR. Actualmente trabaja en el Centro de Investigaciones Geofísicas (Cigefi), de esta universidad.

“Me gusta mi trabajo, pero también me gusta pasar tiempo con los amigos. No me considero una persona particular”, expresa cuando se le pregunta cómo concilia su trabajo científico y otras actividades.

Nacida en Taras, en Cartago, Ana María estudia los procesos relacionados con el tiempo y el clima de las áreas tropicales, para buscar respuestas a interrogantes sobre porqué llueve, cuándo llueve, los procesos que modifican la lluvia y cómo esta varía a lo largo del tiempo.

Desconocemos muchísimo sobre los procesos de precipitación en la región, dice de forma contundente. Esto la motiva a seguir indagando para aportar a un campo del conocimiento clave para la vida humana y para el planeta en general. “Es necesario tomar medidas con antelación y no esperar a que tengamos el problema encima”, opina.

Además de su interés en los fenómenos climatológicos, tiene afición por la lectura, la fotografía, los idiomas y le gusta mucho viajar, conocer “los lugares bonitos que hay en toda partes”. En cuanto a la música, prefiere el rock progresivo y el metal sinfónico.

“Me gusta la fotografía, los idiomas, el rock progresivo y el metal sinfónico”, dice en relación con sus otros intereses (foto Laura Rodríguez).

Su trabajo consiste en analizar datos tomados de mediciones que se realizan en el océano o en la atmósfera o de información que se obtiene por medio de los satélites. “Mi laboratorio es el entorno”, afirma la joven científica.

Ana María hizo la primaria en la Escuela República Francesa, y la secundaria la realizó en el Liceo Experimental Bilingüe José Figueres Ferrer, ambos centros educativos públicos de Cartago. Desde que estudiaba en el colegio supo que lo suyo era la ciencia. En cuarto año se empezó a interesar en la Física y en quinto tomó la decisión de seguir esta carrera.

“Siempre he sido una persona muy curiosa. Cuando era pequeña mis papás me daban libros para leer, entonces toda la parte de la naturaleza me llamó mucho la atención. Había una enciclopedia, creo que se llamaba Universo, que tenía muchas fotos y compendios de artículos de plantas, animales y sobre el espacio”, relató.

La organización y la disciplina son acciones que ocupan un lugar prioritario en su vida. “Soy una persona de carácter muy fuerte y me gusta trabajar de una forma organizada y que las cosas estén bien hechas”. De esto pueden dar fe sus estudiantes de la Escuela de Física, que la perciben como “muy brava”. Allí imparte los cursos de Meteorología sinóptica tropical y Capa límite atmosférica.

Además de su maestría y su doctorado, la científica ha realizado diez publicaciones, es la investigadora principal del proyecto premiado con el Fondo de estímulo 2013-2014 de la Vicerrectoría de Investigación de la UCR y participa en otros más.

Para Ana María la gente que trabaja en ciencia tiene que tener una cualidad: ser capaz de adaptarse y no frustrarse ante los cambios, porque muchas veces las cosas pueden cambiar de forma dramática.

Además de su maestría y su doctorado, la científica ha realizado 10 publicaciones. Trabaja el tema de la dinámica tropical, en el que estudia procesos en la atmósfera relacionados con el tiempo y el clima en la región (foto Laura Rodríguez).

“Eso es lo bonito de la investigación. Si las cosas fueran sencillas y estuvieran todas determinadas, la ciencia sería aburridísima”. Ana María piensa que es difícil transferir los conocimientos científicos a la sociedad, aunque desea que esto cambie y que haya mayor interés de las autoridades en aplicar los criterios técnicos a la toma de decisiones.

“El clima de Costa Rica no se ha estudiado lo suficiente,  apenas estamos empezando a destapar la punta de un iceberg. No sabemos que hay más allá. Por eso es que estamos aquí”.