El día da paso a las luces de neón y el escenario se transforma. Lentejuelas, brillo, tacones altos, lujo y apariencia. Su perfume se expande y avanza por las calles transformando el paisaje nocturno de San José.
El artista Eugenio Murillo Fuentes, con una mirada respetuosa y sin afán de juicio, recoge en sus obras impresiones inspiradas en ese mundo citadino completamente diferente al que se contempla durante el día.
Su exposición Rein@as de la noche que se exhibe en la Galería de la Rectoría de la Universidad de Costa Rica, nos muestra la ambivalencia y a la vez la ambigüedad de esos dos mundos. De allí que el “uso de la arroba sea intencional”, como dice el artista.
También toma como punto de referencia la reina de la noche, una flor muy común en Costa Rica, que solo se abre y huele durante la noche, además de que, según se dice, son peligrosas porque tienen un cierto nivel de toxicidad.
Al respecto Murillo señala que sus obras se inspiran en el paisaje nocturno de San José, de chicas que toman las aceras y hacen de la noche su “reino”, caminando de un lugar a otro, paradas en esquinas y ofreciendo sus encantos y destrezas al mejor postor. La clientela, por lo general hombres que se ocultan en sus carros, con frecuencia tras vidrios ahumados, van y vienen midiendo “la mercancía” de las coquetas “damas”, que a veces lo son biológicas y otras no.
Agrega que se trata de un negocio tan antiguo como la Humanidad misma, que cumple toda una función social y que hace que el escenario citadino de un giro de 180 grados y ofrezca un mundo completamente diferente al que se muestra durante el día.
En este sentido manifiesta que lo que más le llama la atención es que la ciudad tiene dos caras totalmente diferenciadas: la del día, la cara del estrés, de la tensión, de la conjura, del ir y venir, demasiada gente, demasiado carro, demasiado humo y la luz que por supuesto lo devela todo, y la cara de la noche cuando la ciudad comienza a transformarse en otro escenario activo pero distinto, un escenario que tiene que ver con lo prohibido, con los tabúes, con la infracción a la ley.
“Por eso, señala Murillo, yo lo llamo Rein@s de la noche, escrito de una forma que también se pueda leer reinos, para referirme a esos reinos nocturnos, que son la delincuencia, la prostitución, el narcotráfico, la soledad, pero también el romanticismo, pues la oscuridad tiene como esa magia, como muchas facetas”.
Visión respetuosa
Eugenio es enfático al señalar que “mi intención no es criticar, ni señalar, ni denunciar la prostitución, lo mío es una visión respetuosa hacia ese mundo que tiene mucho dolor, mucha soledad y mucha necesidad. Por eso lo planteo quizá en una forma romántica, porque inclusive me basé en la música para poner los nombres de las obras, le quise dar como un aire de bolero, de cosa romántica, cadenciosa y adolorida”.
Añade que es como una observación de que en el San José de antaño los prostíbulos eran cerrados. Los varones iban a casas de citas. En cambio hoy en día las citas se tiraron a la calle y eso es un fenómeno mundial.
También indica que le parece que se trata de gente especial, que tiene una nobleza en particular. Es gente que por lo general se dedican a eso por necesidad, por desesperación o por mil razones más, y que detrás de cada una de esas personas hay una historia social muy delicada.
“Precisamente eso es lo que me interesa, generar esa sensibilidad, más que una mirada negativa o acusadora, sino más bien comprender el transfondo de las cosas, pues la gente siempre actúa movida por alguna razón y a veces ignoramos y pasamos por encima esas consideraciones”, recalca el artista.
En cuanto a esta exposición, es la primera vez que Murillo trata esta temática en sus obras, aunque ya la tenía dentro de la carpeta de temas que quería trabajar. Fue expuesta en forma de primicia en el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo, y ahora en la Galería de la Rectoría.
También le gustaría mostrarla en las sedes regionales de la UCR, “porque siempre es interesante el público de provincias, sobre todo este tema que me parece es muy citadino, por lo que descentralizarlo sería interesante, pues siempre hay opiniones muy controversiales de los visitantes”, señala el artista.
El dibujo es lo mío
Aunque en esta exposición hay técnica mixta, Eugenio se mantiene en la línea del dibujo, porque según dice “el dibujo es lo mío”.
Agrega que por lo general sus dibujos combinan experimentos técnicos, pero en este caso más aún. De allí que los denominó graphólios, por el hecho de que tienen una base de óleo.
Al respecto explica que lo primero que hizo fue crear una base con óleo para los colores, pero trabajado en forma diluida, muy ligero para que no quede pastoso. Luego aplicó líneas negativas, lo cual hizo grabado, repujado en el papel. Para ello empleó un papel de algodón grueso, producido por la Fabriano (fábrica italiana de papel) para grabado. “Se trata de un papel muy resistente que permite meterlo en prensa y someterlo a grandes presiones. De manera que me sirve para el dibujo, además de que me encanta y siempre lo utilizo”, dice el artista.
De modo que en estas obras Murillo empleó primero la base de óleo totalmente diluido, luego los repujados que hace para conseguir las líneas negativas y por último la parte de dibujo propiamente, para lo cual utilizó barras de grafito en distintas suavidades o durezas.
Esta exposición es auspiciada por la Escuela de Artes Plásticas y la Rectoría y permanecerá abierta hasta el 29 de junio, de lunes a viernes, de 8:00 a. m. a 5:00 p. m.