Cientos de personas se dieron cita en las afueras de la Escuela de Estudios Generales para participar en una nueva edición de la Feria Navideña del Programa Integral para la Persona Adulta Mayor (PIAM), de la Vicerrectoría de Acción Social. En más de veinte puestos los alumnos y alumnas de este programa exhibieron y vendieron gran variedad de artículos con motivos navideños para todos los gustos.
Esta feria navideña es un espacio propicio para que las personas adultas mayores muestren a la comunidad universitaria el fruto de lo aprendido en los diferentes talleres y cursos de creatividad que les ofrece el PIAM a lo largo del año, por ejemplo: decoración con naturaleza seca; muñecas de trapo, repujado en metal, quilting, grabado en vidrio, tarjetería artística, origami, bonsái, audio, bisutería, mosaico.
Profesoras y profesores de los 30 cursos que funcionan en este programa, junto con sus alumnos y alumnas, sedujeron al público con la calidad e ingenio de los productos presentados.
Familias, grupos de estudiantes, y uno que otro curioso, se entretuvieron durante algunas horas pasando de un puesto a otro en busca de ese especial detalle navideño para regalar en diciembre. Y mientras en cada puesto vendedores y compradores negociaban, los funcionarios del PIAM organizaron algunos números artísticos en la tarima del Pretil.
El Taller de Cuentacuentos del PIAM abrió las presentaciones artísticas. El profesor y seis de sus alumnas adultas mayores arrancaron sonrisas y carcajadas del público con sus relatos llenos de ingenio, picardía y un refrescante sabor costarricense.
La música, el baile, el canto, son eternos acompañantes de las actividades que organiza el PIAM, y esta feria no fue la excepción. La voluntaria japonesa Hisae Takeyama, quien colabora con este programa, presentó el coro que está dando sus primeros pasos como parte de la clase que ella imparte. En la clase de la profesora Hisae los adultos mayores aprenden el idioma japonés y también las costumbres de ese país: comida japonesa, la ceremonia del té, la caligrafía japonesa, festividades, el arte del origami, y canciones japonesas.
La compañía de baile del PIAM, Al son de la vida, también llevó algarabía y ritmo a la feria. Este grupo conformado por 24 alumnos y alumnas del PIAM mereció un caluroso reconocimiento por parte del público presente luego de cada uno de sus bailes. Esta compañía de baile es parte de la proyección extra muro del programa, y procura el rescate de costumbres y tradiciones populares costarricenses.