Presencia de inmigrantes enriquece la cultura de los países

Por medio de Internet estudiantes de la Universidad de Texas presenciaron y aportaron interrogantes sobre el tema de migración tratado durante la conferencia (foto Anel Kenjekeeva).

Siendo Costa Rica un país receptor de extranjeros quienes buscan un mejor destino para vivir y ayudar a sus familiares, continuamente se discute sobre si el aporte de los inmigrantes es positivo o negativo para nuestra sociedad.

Que si los crímenes son cometidos exclusivamente por nicaragüenses, que si los traficantes de drogas son todos colombianos o que los europeos sólo buscan el paraíso sexual, son algunos estigmas que recaen sobre los inmigrantes en nuestro país.

Sin embargo, el Dr. Alexander Jiménez Matarrita, investigador y catedrático en Filosofía de la Universidad de Costa Rica (UCR), presentó una tesis diferente en la Cátedra Virtual denominada La vida en otra parte, nombre que lleva también un libro escrito por él mismo y en el que sostiene que culpar al extranjero de todo lo malo denota inseguridad e incertidumbre, pues más bien, los inmigrantes llegan a enriquecer a una sociedad.

“Es común escuchar afirmaciones según la cuales perdimos el país paradisíaco que teníamos porque de pronto empezó a haber muchos inmigrantes. Alguna gente piensa que los países serían simples, unitarios si no viniesen personas de afuera a desordenarlos pero esta suposición no admite la menor prueba, pues todos los países son intrínsicamente complejos, diversos, plurales y diferenciados”, afirmó Jiménez Matarrita.

El Dr. Alexander Jiménez Matarrita catedrático de la Universidad de Costa Rica, es un reconocido experto en temas migratorios (foto Anel Kenjekeeva).

Agregó el filósofo que las enormes desigualdades que han sufrido los pueblos indígenas y los pobres en nuestros países demuestran que no es necesaria la llegada de inmigrantes internacionales para experimentar peligros e inseguridades.

El Dr. Jiménez mencionó además durante su disertación que también los ticos somos inmigrantes principalmente en Estados Unidos y la idea generalizada de que esta condición destruye a las familias debe ser revisada.

Sabemos que Costa Rica es receptora de migrantes, pero acá hay ciudadanos que también buscan otros países para vivir expresó el expositor, “127.000 costarricenses viven en Estados Unidos, según cifras oficiales aunque probablemente sean más, pues se estima que sean 200.000, es la población de centroamericanos con menos presencia pero la cifra ha crecido en los últimos años”, acotó.

Inmigración y desintegración familiar

A partir de setiembre la Escuela de Enfermería realizará una vez al mes un encuentro que tendrá como marco la Cátedra Virtual (foto Anel Kenjekeeva).

El Dr. Jiménez Matarrita también argumentó que la tesis de que la migración destruye las familias no es cierta, pues las parejas maximizan sus habilidades individuales más que si estuvieran con sus parejas.

“Por una extraña paradoja, quizá quienes se han ido nunca han estado tan cerca y quizá las familias y las comunidades nunca se habían comunicado tanto como ahora, la idea según la cual quienes se van destruyen familias y comunidades ignora que estando aquí esas personas no habrían dado los pasos que han dado en la relación con su gente”, indicó.

El especialista fue tajante al concluir que, a menudo, cuando la persona está presente en la familia no necesariamente está construyendo un vínculo, “la trampa está en imaginar que sólo la inmovilidad garantiza la seguridad, los lazos firmes y el desarrollo humano, ¡eso no es cierto!, no es cierto que estando presentes siempre estamos mejorando nuestra vida y la de los demás”.

Esta actividad se dio en el marco del convenio entre la UCR y la Universidad de Texas, centro de educación superior estadounidense que recibió la transmisión vía Internet desde el auditorio de la Escuela de Enfermería.

Dicha Unidad Académica organizó este encuentro dentro de su Cátedra Virtual titulada Temas fronterizos en las Américas: salud y cultura en las fronteras.