Universidad de Costa Rica
La Carrera de Bibliotecología de la Sede de Occidente, por medio del curso El usuario y la biblioteca, realizó una serie de talleres dirigidos a diferentes poblaciones, en cuales lo estudiantes tuvieron la oportunidad de poner en práctica la teoría recibida durante el curso.
Según la Mag. Flor Soto Arroyo, profesora del curso, de lo que se trató fue de acercar a los estudiantes a los diferentes usuarios de una biblioteca y de darles las armas para enfrentar la atención a poblaciones con diversas características.
Soto menciona que en este curso los tres ejes fundamentales fueron el usuario, la lectura y biblioteca y por ello, se realizaron actividades prácticas para que los estudiantes vean cómo se puede proyectar la carrera a la sociedad.
De esta forma, atendieron a niños y niñas en edad preescolar, niños y niñas especiales, persona adulta mayor, autores y estudiantes universitarios. Soto indicó que los bibliotecólogos necesitan el manejo de información y el conocimiento, para apoyar a un niño con una necesidad especial, a un adulto mayor y a otras poblaciones que requieren el servicio.
Según la profesora, “la idea con estas actividades es que los estudiantes sean capaces de antender cualquier población, pero también que tengan la capacidad suficiente para enfrentarse a ellos, para poderse manejar, interactuar y comunicar”.
Es así como se ofrecieron tres talleres de Alfabetización informacional para adultos mayores, en los cuales se les enseñó a utilizar una computadora, a tener acceso a internet y a hacer uso de redes sociales.
Además, se realizó el taller denominado Plan de alfabetización informacional en el Hogar de Ancianos de San Ramón, en donde se pusieron en práctica actividades de promoción de la lectura. Según Soto, es importante que los estudiantes comprendan que la atención a personas adultas mayores puede ser una de sus tareas cuando laboren en una biblioteca.
También, por medio de otro taller, se realizaron actividades en la Biblioteca Pública de Naranjo para fomentar la lectura en niños con necesidades especiales, de esta forma, se mostró la biblioteca como una entidad social de aprendizaje de niños en esta condición.
Por medio de dos talleres, niños y niñas en edad preescolar de la Casa Infantil Universitaria de la Sede de Occidente y del kínder del distrito de Volio realizaron actividades para fomentar la lectura: como títeres y lectura de cuentos.
Otra de las poblaciones cubiertas por estos talleres fueron los jóvenes, por medio del taller Nuevas perspectivas de lectura: tarde de trova y poesía.
También se realizó una Visita de autores de la zona, en donde se dio un encuentro entre escritores y lectores para incentivar la lectura y la investigación.
Según Soto, la importancia de estas actividades es que en cada uno de los talleres los estudiantes se han concientizado de las formas de ver y de atender al usuario y también de que se pontecializó la parte humana de los jóvenes.