Universidad de Costa Rica
En el siglo diecinueve surgen una serie de signos impresos que organizan desde la forma gráfica, las maneras de actuar y pensar en diferentes campos del saber.
Así lo planteó Dra. Valeria Guzmán Verri, profesora de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Costa Rica, en la conferencia denominada Formas gráficas, formas de gobernar.
El argumento que desarrolla la Dra. Guzmán es que con el uso sistemático de figuras numéricas y estadísticas y sus respectivas formas de representación, surgió una tipografía que apresó al sujeto moderno: arquitectos, planificadores urbanos, sociólogos, economistas y administradores.
La forma gráfica hace algo más que describir o representar información: se ha convertido en un medio de control a través del cual recolectar, clasificar enumerar y diseminar conocimiento.
Las líneas, puntos, rectángulos y texturas que representan una clasificación de funciones y datos les permitió a los arquitectos hacer comparaciones y analizar la ciudad.
Para la Dra. Guzmán ser capaz de ver fenómenos urbanos a partir de símbolos y texturas no necesariamente es producto de la creatividad de los arquitectos sino más bien, de la internalización de una forma gráfica que nació cien años antes que los arquitectos la vieran y la alabaran como nueva.
La investigadora señala algunas condiciones que permitieron que esta configuración estadística emergiera en la página impresa, a saber: la forma del material impreso (invención de la imprenta), la representación del cuerpo social como categoría del saber y como representación estadística, la relación de los números en la producción del saber y la manera como se representan los datos.
La propuesta de la Dra. Valeria Guzmán Verri es que el estilo de los datos en el mundo moderno no cubre solo la representación numérica, sino la forma en que esos números están graficados. No es suficiente decir que la convención estilística es un problema exclusivamente numérico y aritmético. Lo que está en juego es “cómo estas figuras numéricas se pueden leer, y esto depende no tanto del carácter aritmético como de la manera en que estos números se disponen en un gráfico”.
Por último destaca la arquitecta Guzmán Verri que la internalización de este lenguaje en la arquitectura hace que el espacio moderno se convierta más en un problema administrativo y menos un problema filosófico.